

Así es. Nuevamente la Xbox 360 me falló con un incandescente red ring of death.
Ya saben, esa enfermedad fatal que anula la consola, falla que Microsoft ha reconocido públicamente y que le ha costado miles de millones de dólares en garantías, recambios, demandas y reparos. Además de las puyas de la comunidad.
Pues bien, ha sucedido. Otra vez. Ya antes me había pasado, hace un par de años, y ahora volvió a ocurrir.
Lo peor de todo es ver cómo la consola te escupe esas luces rojas.
Hay que entender que después de varios años de uso, la luz verde limón característica de Xbox es algo que se da por sentado. Que es parte integral y complementaria del rito del videojuego.
Entonces, cuando aparecen esas funestas lucecitas rojas donde debería haber verde, la sensación es como si la consola estuviese agonizando (lo está), pero es como si además gritara de dolor. Cómo cuando E.T. estaba a punto de morirse. Es una sensación horrible. He tenido pesadillas al respecto.
En Microsoft Chile me dijeron que llamara al servicio técnico, básicamente un call center ubicado en Argentina que atiende tu reclamo y gestiona la reparación. Más bien, el recambio.
La estocada final vino cuando el diligente tipo que me atendió, me dio la noticia de que la consola podía ser reparada dentro de 10 hábiles, es decir, a partir del 5 de enero próximo. ¡El 5 de enero! La espera se hace imposible y ya no me quedan uñas.
¿Qué hago mientras? Meditar.
Eso y aprovechar la excelente oferta que ofrece la tienda de Steam: el S.T.A.L.K.E.R.: Shadow of Chernobyl a la módica suma de US$ 4.99. de manera descargable. Así que allá vamos.