La multinacional taiwanesa unió fuerzas con Microsoft para entregar una de las mejores plataformas móviles para disfrutar videojuegos.
Es muy interesante ver cómo ha evolucionado el acceso al mundo del videojuegos. Más allá de las posibilidades a través de un computador o una consola tradicional, hoy la oferta permite salir del living y llevar la experiencia de juego fuera de la casa.
Desde hace algunos años, a partir del éxito de ventas que tuvo la consola Steam Deck, varios fabricantes como Lenovo o MSI decidieron sumarse y desarrollar su propias máquinas portátiles. Pero la pionera (en Windows) fue Asus.
Estamos hablando de un dispositivo que podría definirse como un PC portátil, pero optimizado para correr videojuegos, especialmente, los que se encuentran bajo el ecosistema de Xbox.
En otras palabras, no es una “nueva Xbox”. Es la experiencia Xbox acentuada dentro de las posibilidades que ofrece la Ally X.

Los Detalles
Vamos a lo importante: la Xbox Ally X ofrece una pantalla full HD (1980 x 1080) de 7” con una tasa de refresco de 120 Hz. Por dentro, es potenciada por un procesador AMD AI Z2 Extreme. Lo anterior se traduce en que la consola es capaz de correr, sin problemas, cualquier juego triple A o de alta demanda gráfica.
El salto cualitativo respecto a las viejas consolas portátiles, en donde Nintendo reinaba, es verdaderamente considerable, gracias a la posibilidad que entrega correr cualquier videojuego desde la nube.
Su diseño es algo distinto a modelos anteriores, pero mantiene su estética, con un acento en los mandos y en el agarre, que efectivamente logran recrear la experiencia de tomar un control tradicional de la Xbox. Buen detalle. Comodidad equilibrada. Además, con 715 g de peso, no se hace para nada pesada. Incluso pasada la hora de juego.
Experiencia de Uso
La ROG Xbox Ally X es lo más cercano que he tenido a llevar una Xbox en el bolsillo: en la práctica, es un PC Xbox‑céntrico que se siente (casi) como una consola. Arranca directo de una interfaz a pantalla completa que prioriza la app de Xbox y Game Pass, con tus partidas, logros y listas de juegos exactamente igual que en una Series X, solo que ahora la “consola” viaja en la mochila.
Windows 11 sigue teniendo sus mañas en formato portátil, especialmente esas pequeñas ventanas de notificación, que no siempre se entienden y que definitivamente rompen la inmersión de la experiencia, o las actualizaciones que aparecen en el peor momento.
Pero cuando todo está en su sitio, la sensación es muy particular: pasas de jugar un título de Game Pass, a abrir Steam y luego a la Epic Store en segundos, sin cambiar de dispositivo ni de ecosistema. No es una consola sencilla al estilo Switch; es más bien una Xbox “desbloqueada” en forma de PC de bolsillo que premia a quien se toma el tiempo de ajustarla.
