Y ayer, queridos amiguitos, fue por fin el lanzamiento oficial del Halo 3 en Chile. Y en mi humilde opinión, como periodista y fan de los juegos de video, no creo que nunca antes se haya hecho algo así de mediático con un videojuego. Pero las circunstancias obligan.
Mal que mal, un videojuego es un producto de entretención tanto o más apetecible que una película o una nueva serie de TV. Y más aún si consideramos que en su primer día de ventas, el Halo 3 vendió más de 200 millones de dólares, sólo en EE.UU.
Chile no se quedó atrás con la fiebre de Master Chief. Y por primera vez, se hizo un lanzamiento de lujo, como nunca antes se había visto en nuestro país.
Digamos que Microsoft se sacó los zapatos (y hasta los calcetines) con un evento que tuvo todo lo necesario para dejar boquiabiertos y babeando a los cientos de invitados que colmaron anoche la Arena Santiago (hoy Movistar Arena).
Entretención (y comida) para todos
El lugar estaba convenientemente producido con una ambientación de luces verdes y alrededor de la sala había docenas de televisores de plasma (¿o eran LCD?) de cincuentaitantas pulgadas entre cubículos rodeados por cómodos y amplios sillones.
Además, había estaciones de juegos a lo largo del salón donde la gallada podía jugar a sus anchas: vi el Tenchu Z, el Gears of War, el Test Drive Unlimited, el Crackdown, el Fifa 07, Bioshock, Forza 2 y muchos más.
Y hubo de todo: comida a granel (sushi y pocitos con fideos japoneses con carne y verduras, gyosas, galletas de camarones (una revelación) y por supuesto, un amplísimo bar abierto. Aunque quizás lo que más llamó la atención fue un colorido bar de oxígeno que pasó lleno todo el rato.
Llegó harta gente también: medios de prensa, gamers, clientes de Microsoft, pokemones y peloláis.
Antes de dar inicio a la presentación de las nuevas aventuras de Master Chief, habló Hernán Orellana, Gerente General de Microsoft Chile, y Vicente Lozano, Gerente de Entretenimiento y maestro de ceremonias del evento.
Se mostraron videos del juego (el clásico Bubble Shield, aunque en una pantalla que podría haber sido más) y luego… a jugar. A terminar la batalla.