Estar en medio de la BlizzCon puede ser una experiencia ahogante. Sobre todo si uno es fanático de los videojuegos. El fanatismo acá se respira con la misma o más devoción que para un partido de fútbol o para un encuentro religioso.
En un breve resumen, eso fue la BlizzCon 2010. Un evento multitudinario que tuvo como gran detalle el hecho de que Latinoamérica esta vez estuvo invitada por primera vez. ¿Por qué? Porque para Blizzrad nuestra región es un mercado atractivo. Y se instalarán por acá. Y organizarán torneos locales.
Pero más allá de eso, este posteo intenta ser un reflejo de esos dos días vividos, lo impactatante que fue ver a ese público, comentar algunas de las novedades (Diablo III, claro está e impresiones varias. BlizzCon 2010. Bola Extra estuvo ahí.
Estar en medio de la BlizzCon puede ser una experiencia ahogante. Sobre todo si uno es fanático de los videojuegos.
Desde las interminables filas para entrar al Anaheim Convention Center, pasando por quizás demasiada gente disfrazada de los distintos personajes que pueblan los juegos –cosplay extremo– de esta desarrolladora, la experiencia es única. Loca. Freak.
El fanatismo acá se respira con la misma o más devoción que para un partido de fútbol o para un encuentro religioso.
La BlizzCon es el evento máximo acerca del poder del fanatismo –fandom, como diría Henry Jenkins–, en la relación entre el público y la compañía.
La simbiosis es perfecta: una catarsis de dos días en un inmenso centro de convenciones de la ciudad de Anaheim, California (famosa por albergar el reino de Disneyland), en donde 20 mil asistentes agotan en minutos las entradas disponibles para asistir a un encuentro entre fanáticos, ejecutivos y artistas a gran escala.
Es un evento celebratorio, una fiesta de devoción geek que ya se la quisiera cualquier otra compañía en términos de fidelización de su clientela. Porque la gente adora los juegos de Blizzard de una manera única. Eso es fuerte.
No por nada la compañía, fundada en Irvine, California en 1991 (bajo el nombre de Silicon & Synapse), es hoy una de las desarrolladoras más importantes y rentables de la industria, con casi 5000 empleados en todo el mundo.
Y tan sólo con tres franquicias, las cuales han evolucionado en secuelas que a veces pueden llegar a tardar más de una década en aparecer, han logrado establecerse como una marca premium que incluso la ha llevado a ser homenajeada en las cimas de la cultura pop en series tv como South Park y Los Simpsons y el cine.
Sin ir más lejos, Sam Raimi –el mismo de Spider-Man y la saga Evil Dead– será el director que traslade a la pantalla grande el vasto y fantástico universo de su juego más popular, el World of Warcraft. El mismo que cuenta con más de 12 millones de cuentas activas por suscripción en todo el mundo.
Por otro lado, tenemos la saga StarCraft, extremadamente popular juego de estrategia en tiempo real, pero ubicado en un universo de guerras intergalácticas. Es el juego para computadores más vendido en Chile y en Latinoamérica.
El detalle es de tal magnitud, que Blizzard ha decidido prestarle un inusual monitoreo a la región y establecer oficinas en Brasil. No por nada la prensa latina fue invitada por primera vez al evento. Y vaya que fue una experiencia para este cronista.
Lo anterior implica no sólo un acercamiento hacia el numeroso público que juega sus juegos en estos parajes. Además, implica que Blizzard impulsará torneos regionales con sus juegos, para mejorar ese concepto tan en boga y atractivo para muchos que es el ser un videojugador profesional. O gamer pro. Bien por Blizzard.