

La historia de acaso el juego más esperado de todos los tiempos es quizás la más extraña de la historia de los videojuegos.
Porque se trata de un título que ha estado en la retina del público y de la industria desde que fue anunciado, en 1997. Sí, hace 12 años.
Rebobinemos.
En 1996, uno de los videojuegos más populares para PC era el Duke Nukem 3D, un novedoso shooter en primera persona que ponía al jugador en el rol de un héroe facistoide, que gusta tener un puro en la boca y que es amigo de los comentarios políticamente incorrectos, además de chicas libidinosas con escasa ropa.
Eso, sumado a una gran cantidad de divertidos villanos (como policías chanchos) y una atractiva conectividad multijugador, hicieron que el juego se transformara en uno de los shooters más populares de aquél entonces.
Personalmente, enganché como loco con el juego. Mucho más que, por ejemplo, el Doom. Duke era mi héroe. Y sus famosos one-liners, que son insuperables hasta el día de hoy.
Pasó que al año siguiente, 3D Realms, estudio creador del juego (junto a otras joyitas como el Commander Keen o el Shadow Warrior), anunció la secuela. Era lógico. La lata es que nadie iba a suponer que el juego jamás saldría a la calle.
¿Y qué pasó entonces?
A partir de entonces, cada cierto tiempo se le fue entregando al público y a la prensa diversas fotografías, pantallazos y hasta videos que prometían que el juego venía en serio. Pero nunca pasó nada.
George Broussard, uno de los jefes de 3D Realms y cerebro del juego, anunció crípticamente en algún momnento la frase que luego lo haría famoso: «it’s done when it’s done«.
Todo a tal punto, que la revista Wired le hizo entrega durante varios años el premio “vapourware” al juego, en honor al título más cacareado que nunca vería la luz. Algo así como el premio “Pedrito y el Lobo”.
Las esperanzas se disolvieron hace sólo unos días, cuando 3D Realms anunció el cierre definitivo de sus estudios y, con eso, la noticia de que el Duke Nukem Forever quizás nunca salga a la calle. Una pena.
A no ser que esto sea una elaborada campaña viral para relanzar el juego. O para que lo tome otro estudio. En una de esas, ¿quien sabe?