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HITMAN NO ES PRECISAMENTE UN HIT

Y vimos Hitman. Fue exactamente lo que esperaba: una película de acción, con un montaje y un ritmo acorde a la escuela actual de películas de este tipo (desde el nuevo James Bond a La Supremacía Bourne), con exóticos escenarios europeos (siempre un agrado) y una chiquilla que se roba la película. Es decir, la película es correcta, cliché a rabiar, pero funciona como un buen pasatiempo de fin de semana. Pero nada más. Tampoco hay que pedirle peras al olmo.

Pero sí hay que pedirle rigurosidad con su fuente original. Y en ese sentido, el juego cumple. El famoso Agente 47 está bien. Timothy Olyphant está digno, pero tiene cara de mozuelo. El Hitman original -el de las carátulas al menos- es más avejentado y duro. Los asesinatos, a diferencia de la mayoría en el juego, son a punta de balazos. Pero se perdona. Quien se arranca con los tarros es la exquisita Olga Kurylenko. Tanto así, que ya fue fichada para la próxima cinta de James Bond. Es decir, se va a repteir el plato. Claro que en vez del calvo Olyphant, tendrá a Daniel Craig. Que en mis libros es un poco más cool.

¿Referencias al juego? Escasas y breves. Aparte de que la película abre con el tradicional Ave María, se puede apreciar el mismísimo juego en acción. Por escasísimos segundos. Cerca de la mitad de la cinta, durante una pelea con nuestro héroe, los tipos caen a un departamento a través de una ventana. Dentro, hay dos chicos jugando Hitman. Pero no hay un guiño ni nada con los personajes, que están muy ocupados agarrándose a coscachos, muy seriamente. Y eso sería. Definitivamente, faltó algo de humor en la mezcla.

Dudo que la película dure mucho en cartelera. De hecho, en los EE.UU. tuvo una pasada bastante paupérrima, tanto en crítica como en taquilla. Al final, Hitman será una más de las adaptaciones de juegos a la pantalla grande. Y nada más. Que venga la siguiente…