En papel, la nueva apuesta de Disney por abarcar su dominio hacia lo digital –siendo acá Nintendo su principal competidor- sonaba atractiva y ambiciosa: un videojuego que mezclaba lo físico con lo digital, en donde todos los personajes más famosos de las películas de la factoría de Walt Disney y Pixar estuviesen presentes cohabitando un mismo mundo: desde los Piratas del Caribe, pasando por Monsters, Inc., Los Increíbles, los autitos de Cars, etc.
Eso y mucho más. Todo podía depender de los «toysets» que se fueran acumulando dependiendo del jugador.
Claramente, la idea del Disney Infinity es tener una gran plaza de juegos como en el popular Nintendoland de la Wii U. La diferencia es que las distintas actividades van asociadas a un personaje-juguete real que se adosa en una pequeña plataforma que se conecta vía USB con la consola.
Las diferentes líneas del juego son claramente del tipo acción/aventura y se presenta como un mundo abierto y libre para explorar las diferentes mecánicas del juego, solo o en línea.
Por otro lado, está el toy box o «caja de juguetes», donde el jugador tiene la posibilidad de crear y construir lo que sea. Tipo Minecraft. O como un súper modo editor diseñado para crear cualquier cosa.
Una apuesta curiosa y novedosa, sin duda, pero que a la hora de experimentarlo, se entiende que está dirigido a un público demasiado específico: el infantil.
Probado en la Wii U, el juego está disponible para todas las plataformas a partir del «starter kit» (que incluye a Los Piratas del Caribe, Monsters, Inc. y Los Increíbles) y, según Metacritic, esta versión, la de Wii U, es al parecer la menos recomendada.