Especificaciones técnicas
- Estudio Clover Studios
- Publisher Capcom
- Plataformas PlayStation 2
“A Ball-Bustingly Hard Game. But Fair.”— Trailer del God Hand.
Clover Studios debe haber sido una de las tiendas de videojuegos más freak que haya existido. Eran un equipo de desarrolladores que venía de Capcom y son japoneses, por supuesto. Pero por dios, ¿qué clase de arroz come esta gente? Ya había comentado en otro post la hermosa rareza sicodélica que es Okami y este nuevo título, épicamente bautizado como God Hand, confirma lo anterior.
El juego es un beat’em up ceado por Shinji Mikami (padre del Resident Evil), en donde el único objetivo es repartir chuletas a diestra y siniestra de la manera más vistosa posible. Algo así como los nietos anfetaminados del ochentero Double Dragon.
El juego está ok, en donde los combos para repartir combos (tsk, tsk) se aprenden rápido y si se aplican correctamente, son sumamente efectivos. Hasta ahí todo bien, incluso normal y a ratos hasta novedoso. Pero en donde el juego se vuelve chistoso es en la historia. Y los personajes. ¡Y los diálogos!
En rigor, el juego se supone que es un western. Pero japonés. Con personajes sacados del manga más delirante posible. Como una mezcla entre los monos del Mortal Kombat cruzados con los de Dragon Ball Z. Pero en el lejano oeste, con saloons y todo.
La historia versa sobre Gene, un poderoso guerrero que logró derrotar a Satán (!) gracias a sus poderosos brazos sobrehumanos –la mano de Dios, pero no de la de Maradona– con los que fue bendecido al nacer. O algo así. Qué importa la verdad.
Lo que hace finalmente sobresalir a este juego son los pequeños detalles que lo acompañan. Desde la banda sonora, mezcla entre banda sonora de un olvidado spaghetti western escrito por Ennio Morricone, fusionado con tecno y música surf, a los insanos diálogos que incluso se ríen astutamente de los clichés de los mismos videojuegos de pelea. Onda al final de una etapa: “¡al fin, un boss de verdad!”.
El sentido del humor es sin sentido y por eso, genial: entre las combos se cuenta una patada trasera a los testículos del oponente, uppercuts que envían a la víctima al espacio sideral y sartenazos en la cabeza (¡con risas grabadas de fondo!). Eso, sin contar a un par de bosses escandalosamante, um, «vistosos», y a unos extraños coqueteos con la cultura XXX, con revistas porno y spanking incluido. Sólo por eso, el juego vale totalmente la pena.
«¡Poderes de los gemelos fantásticos actívense!»: los bosses gay del God Hand.
La lata, tal como lo dice el trailer del juego, es que es increíblemente difícil. Algunos monos (como un apestoso demonio azul con media cabeza) los encontré personalmente muy difíciles, además de que aparecen demasiado seguido. Y empezar de nuevo las etapas puede llegar a ser algo muy frustrante.
Y lo otro es que, bueno, a pesar de que los diálogos son en un perfecto inglés, los menús son lamentablemente en nipón. De todos modos un pequeño hallazgo freak para alegrar un rato el fin de semana. Y ojo, está disponible sólo para el PS2.