

Especificaciones técnicas
- Estudio Retro Studios / Forever Entertainment
- Publisher Nintendo
- Plataformas Nintendo Switch
En noviembre de 1994, justo cuando estábamos a punto de cambiar generaciones de consolas de videojuegos, Nintendo sorprendió con un último disparo, para mantener vivas las ventas de su popular Super Nintendo. Y dio en el clavo.
Se trataba de un reboot de uno de sus personajes más queridos y populares, pero que, realmente, todavía no había tenido la posibilidad de brillar como lo había hecho a comienzos de los 80s. Se trataba de Donkey Kong, el otrora némesis de Mario, creado originalmente por Shigeru Miyamoto en 1981.
Los encargados de desarrollar el juego por parte de Nintendo fue Rare, un estudio británico, pionero en el desarrollo de gráficos 3D en los 90s. El equipo estuvo 18 meses preparando el juego, inspirados principalmente en la saga original de Mario, pero con nuevas herramientas tecnológicas.
El resultado fue un juego que no sólo permitió a Nintendo mantener su liderazgo a través de la 5ª generación de consolas, sino que además posición a su clásico personaje como un ícono pop para las nuevas generaciones.
La guinda de la torta es que el título –Donkey Kong Country– rápidamente se posicionó como uno de los mejores videojuegos de todos los tiempos. El resultado fue espectacular, por dónde se le mirara. Fue realmente el medio golazo de Nintendo.
30 Años Después
Exactamente tres décadas después del impacto del Donkey Kong Country -y tras algunas secuelas y porteos- Nintendo decidió rehacer el juego original, pero claro, con todas las posibilidades técnicas actuales disponibles, especialmente, alta definición. Y el resultado es realmente encantador.
En rigor, el juego es, a su vez, una adaptación de del mismo título, ya que Nintendo decidió actualizar la saga el año 2010, especialmente para la Wii. En ese sentido, este es (casi) el mismo juego, pero mucho más mejorado y pulido, tanto visualmente como en sus mecánicas de juego.
El juego es esencialmente el mismo: el usuario controla inicialmente a Donkey Kong (luego a su sobrino, Diddy Kong), quien comienza su aventura en una isla tropical -su hogar- tras el robo de sus plátanos por caprichosos animales de la isla, además de la hipnotizante tribu “Tiki”.
El desarrollo del juego, al igual que el original, se presenta como un juego de plataformas tradicional, con scrolling lateral y 80 niveles distintos, que muestra vistosos escenarios y detalles gráficos que alegran el alma en sus detalles.
Las mecánicas de juego son también esencialmente las mismas, con la posibilidad de saltar, rodar y pegar manotazos al suelo, ya sea para atontar enemigos o para descubrir lugares secretos durante el camino. Digamos que el juego no es nada de sencillo.
De hecho, es más bien difícil si lo comparamos con otros juegos similares como los juegos de Mario, Kirby o incluso como el laureado AstroBot de PlayStation. Este es un juego de plataformas tradicional y hardcore.
Los coleccionables y los secretos se mantienen: globos para las vidas extra, las (tramposas) letras “K-O-N-G” y cómo no, plátanos a raudales dispersados durante el camino.
En realidad, no es necesario agregar más detalles, porque la experiencia de juego habla por sí misma.
Conclusión: Gorilas Entretenidos
Al final del día, hablamos de un juego de plataformas tradicional que rescata lo mejor del género. Porque está lleno de detalles, sorpresas y precisión para lograr los objetivos y, en ese sentido, pocos títulos dentro de ese género pueden alegar excelencia hoy en día como lo hace el Donkey Kong Country Returns.
Es cierto que Nintendo puede que abuse un poco de su modelo de adaptar sagas antiguas y rehacer viejos títulos en vez de hacer nuevas aventuras, pero eso da un poco lo mismo a estas alturas.
Porque lo mejor de todo es, por supuesto, la experiencia misma de juego. Porque más allá de la excelencia visual que presenta el juego, detalles como la banda sonora se mantienen, lo que hace que el juego funcione casi como una especia de máquina nostálgica del tiempo.