Entrevistas·Reseñas

Weekend RoundUp: FPS Extravaganza Edition

Estoy rodeado de fps. Y me encanta. Se ha dado la casualidad -para mi alegría- de que todos los juegos que tengo actualmente a la mano son títulos de disparo en primera persona. Y shooters. Todo, a dos bandas, yendo y viniendo entre la Xbox 360 y el PC.

Repasemos: en la consola acabo de dejar en pausa al Turning Point: Fall of Liberty, un juego que nunca cosechó mayores loas y pasó muy piola bajo el radar, pero que a mí siempre me llamó la atención, a partir del concepto del juego, así que decidí comprarlo -en oferta- durante mi pasada estadía en México.

El concepto se basa en el «what if?«, una ucronía, un «qué hubiera pasado sí»… y el foco es que Winston Churchill, durante su visita a los EE.UU. en 1931 no hubiese podido sobrevivir a ese atropello menor que tuvo mientras cruzaba la Quinta Avenida en Nueva York.

Entonces, como no hubo líder inglés, la historia tomó un curso distinto y la Alemania Nazi logró ganar y conquistar el frente europeo a tal punto de concretar una invasión de avanzada a la costa oeste norteamericana -Nueva York como blanco principal-, como si el Día D hubiese ocurrio al otro lado del Atlántico.

Notable premisa, si me preguntan.

La introducción del juego es sencillamente genial: eres un obrero de la construcción que, de repente, desde la altura, ve cómo decenas de aviones alemanes y paracaidistas surcan los cielos con explosiones y caos masivo. Nadie entiende nada.

Y la misión es lógicamente reponerse del shock inicial, ser parte de la resistencia y acabar con la amenaza nazi. Todo bien hasta ahí.

La lata es que, efectivamente, el juego se nota que fue hecho a la rápida, con mala producción, gráficos que se vuelven feos y genéricos, pésima animación, diálogo, etc. Es decir, un juego que es más interesante leerlo que jugarlo. Igual salva, claro, especialmente para fanáticos.

Pero el título que lo reemplazó días después está de verdad muy recomendable.

 

Malas Compañías

Se trata del Battlefield: Bad Company. Algo había mencionado de este esperado shooter bélico que, para mi gusto, es un upgrade de los anteriores títulos de la saga, más orientados a la jugabilidad en líena y el paso por distintas clases militares.}Este es un shooter que sabe que el Call of Duty 4 está hace rato afuera.

Y en ese sentido, más allá de lo rutinario de las misiones -pon una bomba, defiende el pueblo, aniquila las fuerzas enemigas- salva sobre el promedio principalmente por dos cosas: sus gráficos, sus escenarios destructibles su onda tipo Los 12 del Patíbulo o Los Héroes de Kelly (o más recientemente Tres Reyes) y, principalmente, su sentido del humor.

Vamos recién en la segunda o tercera misión y la cosa entretiene bastante. Me gusta.

Pero también me gusta el Crysis. ¿No lo sabían? Ja. El punto es que esta vez es el juego original, con cajita y todo.

Y sí, los estoy haciendo correr en low, con los gráficos casi básicos del juego, pero aún así es un juego notable y me atrevería a decir que tiene el dudoso honor de ser el último gran fps disponible hoy en el mercado (más adelante veremos).

La historia, el escenario gigante, la isla, los detalles, su realismo es una cosa de verdad que deja sin habla. Así tanto vale la pena jugarlo, por mucho que en mi PC se vea «desaprovechado». Da lo mismo.

Y para rematar, tengo el famoso Terrorist Takedown 2 que mencionaba hace un par de días y que no he logrado hacer correr por problemas con el disco… Hmmm…. Y el Rainbow Six: Lockdown que salió la semana pasada en la colección de Cosar. Qué alegría, hay fps para rato, señores.

¿Más Call of Duty? Porque hay novedades. Ya adelantábamos que la secuela al mejor y más popular fps del último tiempo iba a volver a escenarios de la Segunda Guerra Mundial.

Pues bien, ahora tenemos videos, harto rostizamiento (parece ser que los lanzallamas tendrán un rol protagónico) y declaraciones de la gente de Treyarch, que está desarollando el juego, donde explican el porqué de sus decisiones y de cómo no saldrá una versión para PlayStation 2, entre otros interesantes detalles.