No escondo que los rpgs, es decir, los juegos de rol, no me apetecen en general. Me parecen densos, complicados, aburridos, largos y lateros con tanta lectura obligada y toma de decisiones intrascendente. En el caso de los morrpgs, es decir, los juegos masivos multijugador online, me pasa algo similar, aunque el fenómeno me parece muchísimo más fascinante de seguir y analizar. Por que si me dedicara a jugarlos, ahí sí que no tendría vida.
Sucesos como World of Warcraft o Second Life, que convocan a millones (sí, millones) de personas alrededor del mundo, son cosas dignas de, al menos, prestarles algo de atención por la cantidad de elementos de interacción social virtual que involucran. Sin ir más lejos, los populares cabros de South Park le dedicaron un capítulo completo al World of Warcraft (WoW para los amigos) en donde se reían/homenajeaban de su popularidad.
Claro, porque los mmorpgs (acrónimo de massively multiplayer online role-playing game) son un gran y popular negocio. No sólo cuentan con más de 15 millones de suscriptores en todo el mundo. Además, los ingresos en el negocio alcanzaron durante el 2006 el medio billón de dólares, cifra que se duplicaría rápidamente en los próximos años.
Y el primer paso en eso es el excepcional éxito que ha tenido un nuevo capítulo de
Millones de nerds no pueden equivocarse: el último capítulo del World of Warcraft vendió la friolera de 2.4 millones de unidades. ¡En el primer día!
Blizzard, compañía que fabrica el juego junto a otras sagas como Starcraft y