Lanzado a mediados del 2011, Temple Run se transformó de la noche a la mañana en uno de los videojuegos causales más populares y descargados en todos los sistemas operativos móviles del último tiempo.
Desarrollado por un matrimonio norteamericano conformado por Keith Shepherd y Natalia Luckyanova, hoy los bonos de su estudio, Imangi, son más altos que los de Zynga. Y de paso, generaron escuela con un sinfín de clones que copiaron su sencilla y adictiva mecánica del endless running.
En enero de este año lanzaron una mejora y también exitosa secuela y hace unos días vino una actualización que contaba con una interesante sorpresa: reclutaron al mismísimo Usaín Bolt para que protagonizara el juego.
Obviamente, el concepto le cae como anillo al dedo y da cuenta de cómo se puede exprimir un concepto digital usando astutamente a celebridades. Bien por Imangi.