Dentro de lo que es gama media, Xiaomi generalmente sorprende con su siempre fiable línea Redmi, que ofrece muy buenos y equilibrados aparatos. Esta año no es la excepción.
Por Alejandro Alaluf
Xiaomi, la compañía china que acaba de estrenar su primer vehículo eléctrico y que recientemente cumplió 14 años de vida, es una marca que históricamente se ha destacado por entregar tecnología que se basa en un interesantísimo equilibrio entre prestaciones técnicas y precios atractivos.
Y si bien en los últimos años su portafolio de productos ha escalado hasta el tope de la gama alta (el próximo Xiaomi 14 Ultra, que revisaremos a futuro, es un muy buen ejemplo de ello), eso no quita que su corazón siga siendo teléfonos potentes y capaces a precios no tan inaccesibles.
En el fondo, el fin es democratizar la tecnología. Que (ojalá) pueda llegar a la mayor cantidad de gente. Mal que mal, hablamos de una de las líneas de smartphones más populares y vendidas en Chile, según datos que he podido recopilar desde las propias empresas de telecomunicación locales.
Ya el año pasado me tocó comentar la versión 2023 del Xiaomi Redmi Note 13 Pro+ para La Tercera, y debo decir que me gustó mucho. Este año, con esta nueva iteración, mis impresiones no han cambiado. Pasemos a revisarlo.
Primeras Impresiones
Fuera de la caja, el aparato se siente de inmediato rico y cómodo a la mano. Posee un diseño tradicional, clásico, con un cuerpo de vidrio por ambos lados, con bordes redondeados y un peso bastante aceptable de 204 gramos.
Debo dejar en claro que, en mis libros, cualquier dispositivo que pese menos de 200 gramos puede ser considerado como liviano, así que acá casi-casi califica.
El costado izquierdo del aparato está ausente de botones, mientras que el derecho incluye los de encendido y volumen. La parte trasera es limpia, salvo por una capa en la parte superiro que destaca que el modelo es un Redmi y que además aloja el módulo de cámaras. Me gusta. Se compacto y ordenado.
Hay que destacar la carcasa protectora de polímeros negra (no de silicona transparente) de alguna manera hasta acentúa el estilo del aparato. No alcanza a ser eco cuero, pero sí se nota resistente y es muy agradable al tacto.
La pantalla destaca como lo podría hacer un smartphone gama alta. Tenemos un cristal AMOLED de 6,67” con Dolby Vision, tasa de refresco de 120 Hz, HDR 10+ y hasta 1800 nits de brillo. Es decir, ver correctamente la pantalla bajo el solo no será problema alguno. Es una pantalla muy buena para el rango de precio.
De la misma manera, la pantalla está certificada TUV Rheinland, lo que garantiza que la filtración de luz azul, esa que produce la fatiga visual, está asegurada para el usuario. Además, hay certificación IP68 contra agua y polvo. Bien.
En términos de resolución contamos con 1220 x 2712 píxeles (o 1.5K), con una relación de aspecto de 20:9. Y viene con protección Corning Gorilla Glass Victus. O sea, por otro lado, la resistencia de la pantalla también está asegurada.
Bajo el capó encontramos un procesador MediaTek Dimensity 7200 Ultra (de 4nm) que potencia todas las operaciones del teléfono. Y al menos en las semanas que pudimos probar el aparato, prácticamente no se notó ningún tipo de problema, salvo un muy leve recalentamiento al momento de exigirle más de la cuenta al equipo.
Todo lo anterior se complementa con 12GB de memoria, junto con 512 GB de almacenamiento. Muy bien ahí.
Además, junto con incluir una batería de 5.000 mAh, suficiente para hasta poco menos de un par de días de autonomía, también encontramos un cargador de 120 W, por lo que la carga del aparato es sumamente rápida, lo que se traduce en un 100 por ciento en poco menos de 20 minutos. Dejar cargando el teléfono toda la noche y definitivamente ya no es necesario.
Experiencia de Uso
El Redmi Note 13 es un rico teléfono, especialmente su versión Pro+. Para usos generales que involucren velocidad, rendimiento, placer visual ante una pantalla que puede ofrecer todo lo necesario dentro de su rango, el aparato no decepciona.
Viene con Android 13 y la capa propia de la marca en su última versión MIUI 14, con todas las opciones de personalización que siempre ha permitido la interfaz, aunque algunos días cayó la muy esperada actualización a la nueva interfaz HyperOS de Xiaomi.
En términos fotográficos, el teléfono destaca. De entrada, viene equipado con una cámara principal de 200MP (1/1.4″ ), de lo más potente que existe en el mercado y que permite sacar fotos profundamente detalladas al momento de hacerles zoom, por ejemplo.
La cámara ultra gran angular es de 8MP (f/2.2) con estabilización óptica de imagen, que compensa el temblor de la mano y el movimiento de la cámara, mientras que el lente macro llega a los 2MP (f/2.4) y la frontal, para selfies, a los 16MP (f/2.4).
Combinado con la estabilización electrónica de imagen, es sorprendente ver lo balanceado que puede resultar una foto o video. Cuando una va a paso veloz, por ejemplo, al retratar una mascota o un niño, los resultados son los que uno espera.
La resolución máxima alcanza los 16.320 x 12.240, hay grabación 4K (a 30 fps) y, por cierto, el zoom alcanza los 4X, sin pérdidas. No es lo más potente del mercado, pero uso general está muy bien.
Como siempre, el variado cajón de herramientas de posproducción fotográfica permite hacer lo que se quiera, especialmente para creadores de contenido, con efectos bokeh, recortes “mágicos” para sacar de cuadro elementos no deseados, múltiples filtros, embellecedores, stickers y un sinfín de elementos más. Hay harto para entretenerse y ser creativo.
La conclusión es que, por donde se le mire, este modelo es una excelente y muy balanceada sugerencia para quienes estén tras un smartphone potente y rendidor en todos sus departamentos, pero bajo ya la barrera de los 500 mil CLP.