El almacenamiento digital ha sido desde el origen de la vida digital un factor sumamente importante y hasta silenciosamente estresante. Muchas veces, incluso, capaz de ser el factor de recambio para algún dispositivo.
“Me quedé sin espacio” o “se acabó el disco”, es algo que aún sigue pasando, independiente de los formatos actualmente existentes para guardar textos, documentos varios, fotos familiares o la colección de películas o videojuegos.
Y eso que esto es sólo considerando el uso más casual o doméstico. En lo que se refiere al mundo corporativo, la cosa también ha ido evolucionando y escalando. Data centers, servidores en la nube, sistema híbridos de carácter privado y público. La cosa parece avanzar sin detenerse, independiente del tamaño de la operación.
A todo lo anterior, por otro lado, hay que sumarle todo el backup de data necesario ante La explosión de datos generados por la múltiples aplicaciones basadas en inteligencia artificial, Internet de las Cosas (o IoT), big data y el creciente uso de servicios en la nube, que están impulsando una demanda de soluciones de almacenamiento aún más avanzadas, complejas y seguras para los usuarios.
Desde los viejos floppy disks y discos de 3 ½, pasando por cd-roms, pendrives, discos duros y soluciones en la nube, fueron parte de los temas, entre muchos otros más, que conversé con Osvaldo Caviedes, gerente regional de Western Digital, una de las empresas que más sabe de este tema.
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