Las tarjetas de expansión se han transformado en elementos fundamentales a la hora de almacenar videojuegos en consolas. Y esta alternativa de Western Digital, exclusiva para la Xbox, es la mano para coleccionistas.
Por Alejandro Alaluf
Quienes jugamos videojuegos, quiero pedirles un favor: detengámonos un instante para considerar cuánto puede llegar a pesar un videojuego hoy en día. Es bastante. Muchas veces, especialmente con juegos grandes, el espacio en disco puede superar fácilmente los 100GB.
Es más, ya tenemos títulos que superan ampliamente esa barrera. O sea, el próximo Call of Duty: Black Ops 6 pesa poco menos de 310 GB y para qué decir juegos ya disponibles como el Flight Simulator (150-200 GB), el premiado Baldur’s Gate (150 GB) o el Starfield (140 GB).
Entonces, considerando que el disco de una consola no supera el TB de almacenamiento (en el mejor de los casos), claramente estamos hablando de un espacio que actualmente no da margen para muchas descargas. Menos de diez títulos, con suerte. Y eso es poco, considerando la oferta universal que hay allá afuera, además de los servicios de suscripción como PlayStation Plus o Xbox Game Pass.
En términos personales, confieso que en términos prácticos, mi opción por defecto son los discos duros. Ojalá sólidos y con la mayor capacidad posible. Esto, sencillamente porque funcionan bien: son prácticos, compactos y especialmente rápidos: colecciones de películas, videojuegos para PC, fotos y documentos varios. En general, el formato funciona bien y sin mayores contratiempos, incluso saltando entre sistemas operativos.
Sin embargo, las posibilidades que ofrece una tarjeta SD son vastamente superiores, especialmente si lo que se busca es almacenar videojuegos en una consola de última generación como la Xbox y su serie X/S, justamente por el motivo antes mencionado, que rápidamente se puede transformar en una molestia.
De hecho, en general el disco duro -independiente de su capacidad- sirve, pero no necesariamente para hacer correr los juegos. En mi experiencia, con distintas marcas, muchísimas veces es necesario mover el juego al disco central de la consola. De otra manera, no es posible hacerlos correr.
Pues bien, con una buena tarjeta SD, lo anterior no ocurre y claro, es posible hacer correr cualquier juego desde la misma tarjeta. Una maravilla porque, a la larga, es como contar con dos discos nativos.
Y la tarjeta SD WD Black C50 de 1TB, cortesía de Western Digital, es una excelente alternativa para estos menesteres, ya que, hasta no hace mucho, el escenario disponible en el mercado sólo era dominado por otro fabricante, en un escenario en que las capacidades pueden variar actualmente entre los 512GB y los 2TB, de acuerdo con las necesidades del usuario.
Esta unidad en particular me gustó muchísimo por la sencilla razón de que funciona, justamente, como una tradicional tarjeta de memoria SD. Es decir, es compacta, rígida, se inserta y saca sin problemas (plug’n play en su máxima expresión), tiene muy buenas velocidades de transferencia de datos y, claro, tiene un agradable terabyte de almacenamiento, suficiente como para doblar en capacidad y en rendimiento al disco SSD nativo de la consola.
Sin embargo, la única queja va en ese sentido: si ya la competencia contaba con la posibilidad de una tarjeta de 2TB, ¿por qué no también WD?
Hubiese sido maravilloso, aunque de acuerdo con la evolución de estas soluciones, apostamos a que es un detalle que pronto será remediado porque, se sabe, en almacenamiento, mientras más, mejor.
Especialmente al momento de armar y administrar nuestras crecientes colecciones digitales, que cada vez son más demandantes en espacio por cada juego individual que se instala. Es cierto que estas tarjetas son algo más caras que los discos más tradicionales, pero vaya que vale la pena la inversión.
Como sea, la tarjeta SD Black de Western Digital es un accesorio demasiado práctico para cualquier usuario que necesite contar con un amplio almacenamiento desde una tarjeta de memoria. Pero es algo absolutamente fundamental para cualquier usuario que cuente con una Xbox en la casa.
Oh, y un detalle no menor: el paquete incluye un pase de un mes a Xbox Game Pass. Ideal.
Precio de referencia: $202.745 CLP