

El recuerdo es automático. Algarrobo, principios de los 90. Verano.
Caminando entre los flippers, viendo las novedades de la temporada, me topo con un «Auu!! Shamona!» y me cuesta digerirlo: es un videojuego protagonizado nada menos que por ¡Michael Jackson!
Recordemos que en esos días, el tipo aún gozaba de una saludable fama y, básicamente, era la estrella pop del mundo en ese instante.
El juego se llamaba Michael Jackson’s Moonwalk. Estaba basado en la película del mismo nombre que muy pocos vieron sobre el ex astro de «Billy Jean» y «Thriller».
Joe Pesci hacía de villano y, si no me equivoco, la estrenaron a mediados de los 80s en el desaparecido cine Santa Lucía. Era un juego de acción isométrico en tercera persona en donde Michael debía rescatar… niños. Todo, al son de «Smooth Criminal«. Oh, ironías.
Flash forward tiempo presente: Michael Jackson hace mucho rato que dejó de ser lo que era y hoy, lejos de ser un ícono pop de masas, es un ser extraño y freak, declarado en quiebra, y que apenas puede vivir de sus glorias pasadas. Espiral de decadencia.
Tanto así, que su Rancho Neverland ha sido vendido, junto con todo lo que tenía dentro. Y eso, lógicamente, incluye también videojuegos.
Y claro, como a Jackson el tema lo cubría con el vuelto del pan, su vieja casa estaba atiborrada de increibles máquinas que hoy, claro, parecen más que nada piezas de museo.
Pero igual. Son tremendas máquinas. Si hubiese ido a ese lugar por sólo cinco minutos, no me habría ido de allá nunca jamás. Supongo que no fui el único que pensaba así.
Pues bien, su colección arcade está en subasta en Julien’s Auctions. La colección incluye varios flippers, entre ellos el de Los Simpsons, la Terminator 3, Star Trek y la que con la que yo me anotaría: la Indiana Jones.
Además, hay varios videojuegos noventeros con gabinetes completos, consolas, mesas de air hockey, taca-tacas gringos, simuladores y otros chiches más que perfectamente podrían estar en Fantasilandia.
Son páginas y páginas de mquinitas, un verdadero imperio del entertainment para niños. Uf.
¿Yo? prefiero quedrame con los buenos recuerdos de Thriller, muchas gracias.