Me gusta pensar que la Brasil Game Show es la feria de videojuegos más popular en el mundo. Al menos en términos de asistencia. Técnicamente aún no lo es, pero pronto lo será.
Porque para esta versión 2017, la décima del evento, asistieron cerca de 330 mil asistentes durante los cinco días que duró la feria, en Sao Paulo. Es una cifra impresionante, especialmente si se le compara con otros eventos de industria más o menos similares como la E3 en EE.UU. o la Tokyo Game Show.
Salvo la Gamescon, en Alemania, que este año congregó a 350 mil personas y es actualmente la feria más concurrida en el mundo. Entonces, considerando, lo de la Brasil Game Show no es menos que impresionante. Y el mundo lo está notando.
A diferencia, por ejemplo, de la E3, los pasillos y los espacios del gigantesco Convention Center, donde se desarrolla la BSG, son enormes y muy amplios. Están llenos de gente, por supuesto, pero uno puede desplazarse cómodamente. Sólo el patio de comidas es similar en espacio a nuestro Festigame.
Evidentemente, en términos de producción los stands no son tan opulentos como sus contrapartes norteamericanas, europeas o asiáticas, pero son enormes e igualmente vistosos y atractivos.
En presencia, la BGS no se queda corta: están Microsoft, PlayStation, Warner Bros., Ubisoft, Samsung, Acer y muchas marcas más relacionadas con el tema. Hay un sector indie muy variado, áreas de retail y para e-sports, además de stands especiales para Corea del Sur, China y otros países.
La Brasil Game Show, dada su capacidad y sus asistencia, mezcla de todo: periodistas y gente del medio, desarrolladores (especialmente locales), marcas, mucho retail (juguetes, ropa, souvenires, videojuegos, libros y revistas) y cómo no, cosplayers, youtubers, jugadores profesionales y gente que sencillamente viene a darse una vuelta. Porque, de nuevo, espacio y comodidad, hay de sobra.
En términos de evento, la BSG igual se tira sus petardos: más allá de novedades en juegos o la posibilidad de probarlos, viene gente importante. Este año, como nunca. Diría incluso que la vara quedó particularmente alta.
Porque entre los convocados este año estuvieron nada menos que Hideo Kojima –a quién le dieron un premio especial a su trayectoria–, Ed Boon, el mismo de Mortal Kombat e Injustice, David Crane, co fundador de Activision y creador del legendario Pitfall! y hasta el mismísimo Nolan Bushnell, fundador de Atari y del Chuck E. Cheese, para conversar con la prensa y los curiosos.
De hecho, tuve la oportunidad de una larga entrevista con él (se viene) y debo decir que ha sido una de las mejores experiencias que me han tocado como periodista. El punto es que hay movimiento y hay variadas actividades para mantenerse ocupado, además de recorrer los espacios y probar juegos. Todo lo que una feria de videojuegos debiera entregar.
Pero me llamó la atención la poca presencia latinoamericana en el evento. Considerando que Brasil y esta feria funcionan casi como una especie de epicentro de la industria gamer latina, es raro no ver mayormente equipos de desarrollo ce otros países del continente presentando sus títulos, sus avances o haciendo negocios.
Hay un stand de Corea, que organizaron ciertas agencias de ese país. Y el espacio era una maravilla. Sólo dedicado a Corea. Lo mismo con China. Por supuesto que estos países tienen mucho más que mostrar y ofrecer en términos de producción gamer al lado, quizás, de TODO lo que se hace en Latinoamérica. Pero eso no es excusa. Es un tema de presencia y, creo, de decir: “Aquí estamos”.
Porque está muy bien que VG Chile y ProChile estén presentes en eventos como la Game Developers Conference o la Tokyo Game Show. Muy bien. Pero me parece que es igual de relevante –por no decir útil, en lo que se refiere a construcción de marca e industria– que también pudiera venir una delegación chilena al Brasil Game Show.
Y delegaciones colombianas, argentinas, peruanas, mexicanas, etc. En serio, me encantaría ver más presencia latina a la hora de mostrar juegos, avances y todo eso. Y que Latinoamérica, el mercado más relegado de la industria, pero el que presenta más crecimiento, se alce como el nuevo mercado emergente de la industria mundial de videojuegos.
Sobre todo considerando que la Brasil Game Show se está alzando para ser la feria de videojuegos más grande y concurrida do mundo.