

Anoche, en el Salón San Cristóbal del Hotel Sheraton de Santiago, Nokia celebró su evento de fin de año, que tuvo todos los ingredientes necesarios para que fuese una gran velada. Paso a detallar.
Primero, al entrar al salón, habían apostados varios videojuegos clásicos «ochenteros». Estaba el Ms. Pac-Man, el Wonder Boy, el Final Lap (con el gabinete original completo a dos pantallas). Además, había un PlayStation 2 con su respetivo plasma y con el Top Spin corriendo.
También había un tremendo EZ2Dancer (el popular juego de ritmo coreano que en Chile tiene hasta su propio foro) que hizo las delicias de la mayoría.
Y por supuesto, había un flamante Nokia N95 conectado a una tele para jugar Snake 3D. Pero lo que personalmente más me atrapó el ojo (y los dedos) fueron varios flippers.
Estaba el Fish Tales, el Super Mario Bros., el Lethal Weapon y mi favorito de la velada, el Terminator 2: Judgement Day, máquina en la que pasé noches veraniegas enteras jugando. Por suerte, todo ese esfuerzo al fin valió la pena.
Resulta que cada máquina tenía un monitor que supervisaba los puntajes más altos de cada una de ellas. La persona que registraba mayor puntaje, se llevaba premio (y no, no fue un N95 como muchos rumoreaban).
Yo, obviamente, me anoté con el Terminator, aunque el mismísimo Coco Legrand (que es parte de las celebridades Nokia) se me adelantó. Me decía: «¡este es de mi época, weón!» Ja, qué patudo. Le dije que no fuera fresco, que más bien la Kiss o el Golden Arrow eran de su época. De lolo palanca.
Cuando finalmente me puse a jugar -y a pesar de que la máquina no estaba en las mejores condiciones (paletas sin fuerza, elementos del flipper fundamentales que no funcionaban, etc.)-, logré el record, poco menos de 40 millones. No está mal. Y como nadie lo pudo superar, me llevé para la casa unos magníficos audífonos Nokia.
Pero eso no fue todo. Además, había mucha comida. Comida ad hoc, por cierto: hamburguesas, mini pizzas, tacos, papas fritas, brochetas de pollo con cebolla, bar abierto y el broche de oro: una fuente de chocolate para untar marshmallows y frutas. Fue como el cumpleaños que siempre quisiste celebrar cuando chico. ¡Gran evento, Nokia!