Sólo diré que fue una experiencia cuasi religiosa jugarla por primera vez en la casa de una amiga, con el Super Mario 64 y experimentar ese mundo abierto, maravilloso y casi sin fronteras. Un acierto. Para la época, claro.
Sólo diré que fue una experiencia cuasi religiosa jugarla por primera vez en la casa de una amiga, con el Super Mario 64 y experimentar ese mundo abierto, maravilloso y casi sin fronteras. Un acierto. Para la época, claro.