La realidad virtual (y luego, la aumentada) es probablemente mi tipo de tecnología favorita. Por múltiples razones, la he seguido de cerca desde principios de los 90s, pasando por todas las iteraciones y plataformas que han aparecido desde entonces.
Entonces, aprovechando el evento de Apple al que fui cordialmente invitado, por supuesto que solicité probar los Apple Vision Pro, que la compañía californiana hizo debutar hace algunos meses, y que por ahora sólo están disponibles en los EE.UU. Había que aprovechar el momento.
Así que en la tienda Apple del SoHo, en Nueva York, tuve la experiencia de probar este nuevo dispositivo que mezcla realidad virtual y aumentada. La “realidad mixta” que le llaman o, como dijo Tim Cook, el CEO de la compañía durante su lanzamiento en febrero: computación espacial.
De entrada, la experiencia es alucinante y sensorialmente hipnotizante. Tras unos ajustes previos del equipo para que pudiera calzar con la mayor comodidad posible (más sobre esto luego) en mi cabeza, dimos inicio a la experiencia, dentro de la tienda. Primero, en modo realidad aumentada.
La interacción es muy interesante y futurista. Microcámaras identifican la mirada del usuario y la posicionan como si fuera el “mouse”. Es decir, donde uno mira, se puede interactuar. Y aquí viene acaso lo más sorprendente: para hacer click sobre algo o activar alguna función, sólo basta con hacer el signo “ok” con los dedos, y listo. De verdad, la fluidez y efectividad del sistema es muy asombroso.
Al iniciar el aparato, lo primero que aparece es el escritorio con las aplicaciones principales. La “pantalla” del Vision Pro es micro OLED, así que visualmente todo se ve con muchísima claridad, nitidez y alta definición. Y usar cada una de las apps es una experiencia distinta en sí misma, ya sea navegar por Internet, leer libros, diseñar una presentación y para qué decir, videojuegos.
Pero donde la experiencia realmente destaca -por ahora, en esta primera generación- es en el apartado audiovisual. Revivir fotos, agrandarlas a gusto, contar con la posibilidad de visualización de imágenes y video en 3D o sencillamente ver una película en formato “pantalla de cine”, con inmersión externa (casi total) es realmente algo excepcional y muy sorprendente.
Personalmente, viendo una de estas demostraciones de videos en 4K es que mi cerebro hizo click y pasé del asombro a la emoción total. Ahí entendí que las posibilidades del aparato para revivir memorias, por ejemplo, es algo que pocas veces se ha visto.
Son experiencias que de verdad que de verdad me encantaría que mis padres pudieran experimentar. El efecto y el impacto sensorial es muy, muy distinto a ver lo mismo en display tradicional, sea un smartphone, monitor o televisor. Esto es definitivamente otra cosa.
Revisemos ahora lo que falta por mejorar. Por de pronto, si bien el diseño es anatómico, el Vision Pro es algo pesado. Después de una media hora, el peso de los lentes se siente, especialmente en las mejillas y la frente y se hace incómodo. En mi caso, tuve que levantar los lentes para que mi cara pudiera “respirar” un poco.
El otro tema que ha causado ruido es la batería, que va conectada directamente a los lentes vía cable y que otorga, según pruebas, poco más de dos horas de uso. A pesar de que probé los Vision Pro sentado, esta dinámica creo que podría ser mejorada a futuro.
También está el tema de la disponibilidad. Por ahora, el sistema sólo está a la venta a los EE.UU., aún sin noticias respecto a su futura distribución fuera de territorio norteamericano. Y claro, el tema del precio, que en este momento comienza a partir de los $3.499 dólares. Con accesorios, el pack puede llegar a los $4.500 dólares. En comparación (aunque no es exactamente lo mismo), el Quest Pro de Meta, llega a los mil dólares.
Evidentemente, a largo plazo, la experiencia de uso cotidiano puede cambiar drásticamente, como se ha leído en múltiples reseñas de uso prolongado del aparato. Pero la esencia de los Apple Vision Pro no es lejos de revolucionaria, futurista y profundamente emotiva.
Si Apple efectivamente continúa con este producto, creo que las próximas generaciones del Apple Vision Pro no sólo mejorarán y (eventualmente) bajarán de precio, sino que también serán más accesibles para que ojalá la mayor cantidad de gente pueda sorprenderse y hasta emocionarse con las posibilidades de la computación espacial, tal como le sucedió al suscrito.