Lo he comentado anteriormente: RedMagic hace rato que se ha posicionado como la marca premium en músculo tecnológico y rendimiento en videojuegos dentro de un smartphone. Y acá está nuevamente la prueba.
Por Alejandro Alaluf
Mi relación con RedMagic fue amor a primera vista. Anteriormente, he relatado cómo llegué -por casualidad- a conocer la marca hace algunos años durante una Mobile World Congress en Barcelona donde, de lejos, vi un celular que me llamó poderosamente la atención. El resto, a título personal, ya es historia.
Entendiendo que por algún motivo varias submarcas de teléfonos dedicados al gaming no llegan a nuestro país (el caso del Asus ROG Phone) o derechamente ya no meten tanto ruido como hace algunos años, la posición de RedMagic es privilegiada. E incluso, hasta un poco única en su foco y su nicho de audiencia.
Porque hablamos de un celular poderosísimo en cuanto a sus componentes, superior comparativamente a cualquier otro teléfono gama alta. El detalle es que todo lo anterior está enfocado derechamente en el diseño y en la potencialidad absoluta de correr videojuegos como probablemente ningún otro smartphone lo pueda hacer.
Además del celular, la caja, siempre estilizada y sofisticada gráficamente, con su tradicional iconografía futurista/ciberpunk, incluye un protector transparente de silicona, el adaptador de poder y su respectivo (y grueso) cable USB-C rojo carmesí, además de los documentos y la garantía correspondientes.
Comencemos por la pantalla. Es riquísima: son 6,8” de display AMOLED con tasa de refresco de hasta 120Hz y un brillo máximo de 1.600 nits. Además, es prácticamente rectangular, con bordes muy finos (y no redondeados, como es la tendencia) y debo decir que me gusta mucho más este diseño. Me recuerda mucho a los viejos y entrañables smartphones de Sony, los Xperia.
En rigor, no hay demasiadas diferencias respecto a los modelos anteriores de la marca, pero, aun así, sigue siendo una gran pantalla, que, si nos ponemos estrictos, aún adolece de su falta de regulación de brillo automático, por lo que hay veces que hay que hacer el ajuste de manera manual.
Sigamos con la más sorprendente: el procesador Snapdragon 8 Gen 3 de ocho núcleos, el chip más potente y poderoso del planeta, y el primero que me toca probar con esta joyita tecnológica. Así, todo lo que se realiza con el teléfono, vuela.
Sumado a los 16GB de memoria RAM (más tres GB virtuales, contamos finalmente con ¡19GB! de procesamiento de memoria en 512GB de almacenamiento. La versión Pro+ incluso llega a los 24 GB y a 1TB de almacenamiento. Wow.
Así, cualquier operación, cambio de app en el momento, cerrar y abrir otra, despliegue de páginas, correr videos o animaciones y por supuesto, la maravillosa fluidez que se ve al correr cualquier tipo de videojuego. Todo es instantáneo. Pero otra cosa, como ya es tradición, es activar el botón lateral que transforma el teléfono es una verdadera consola portátil.
Al momento de hacer el switch, la experiencia, la transformación del teléfono no deja de sorprender. Acá estamos frente a otro tipo de bestia en términos de dispositivos móviles. Es otra cosa. Y la interfaz de bienvenida del “modo consola” vuelve a sorprender.
Por cierto, el adaptar cualquier tipo de control inalámbrico o accesorio para sacarle aún más provecho al dispositivo vía bluetooth es sumamente sencillo, rápido y funciona a la perfección.
Es acá donde el teléfono brilla al máximo. Es en este momento que todas las especificaciones técnicas del aparato entran en acción, amén de su mini ventilador RGB que, efectivamente, es un tremendo disipador de calor durante funcionamiento extremo, junto a su tradicional sistema ICE 13 de enfriamiento de diez capas.
Más allá de que sea uno de los ingredientes más icónicos de RedMagic y el único smartphone en el mundo que cuenta con un accesorio de este tipo, dicho sea de paso. La experiencia es inigualable
Ahora, es cierto que, en términos estrictos de software, el sistema de la marca aún necesita pulido y algunas mejoras para que la experiencia pueda compararse con otras marcas que, efectivamente, ofrecen una experiencia de uso un poco más integral y satisfactoria. Pero también hay que ser justos: RedMagic mejora con cada iteración.
Luego pasemos a otro detalle que me impresionó mucho: la capacidad de su batería, que alcanza unos sorprendentes 6.500 mAh, por lejos más que cualquier otra alternativa que haya en el mercado. Es una capacidad rimbombante que, sumado a su carga ultra rápida de 80W (165W la versión Pro+), hacen que el teléfono rara vez se quede sin energía tras unas buenas sesiones de juego extremo.
El sistema de cámaras es decente, pero nada del otro mundo: atrás contamos con dos lentes, uno principal de 50MP y otro gran angular, también de 50 MP, mientras que al frente nos encontramos con uno de 16MP para selfies. Pero ya sabemos de antemano que esto no es el verdadero músculo del teléfono.
Finalmente, acaso lo mejor de todo: su precio. Otro de los detalles irresistibles de la marca son sus valores de referencia desde su tienda online oficial, que le asigna a este modelo reseñadoun precio de $799.000 CLP, aunque el modelo básico arranca aún más abajo, en los $649.000 CLP. Difícil de creer, pero así es.
En suma, más allá de las mejores y actualizaciones técnicas -como contar con el microprocesador para móviles más potente del momento- la fórmula RedMagic no ha variado mucho y tampoco tendría que hacerlo: dentro de lo que es su foco, es decir, a la reproducción de videojuegos móviles, estamos frente a lo mejor que hay.
En ese sentido, y considerando todo lo descrito anteriormente, lo que ofrece RedMagic es absolutamente único como experiencia (especialmente para gustosos de los videojuegos), a un precio imposible y sí, está disponible en Chile.