Entrevistas

NCIOLÁS COPANO vs. JAVIERA ACEVEDO

Esto es sólo un extracto del artículo portada de la próxima edición de su revista favorita, CeroUno. Se trata de una entrevista hecha por Nicolás Copano a la maravillosa Javierita Acevedo. Sí, la misma Kika Kuntsmann de Tres Son Multitud y hoy en El Club de la Comedia.

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Javiera Acevedo (23, actriz) es increíble. Pertenece a la categoría de chica que provoca miradas. Cuando me tocó hacer el, ejem, sacrificio de vivir en plan sport con el Wii Fit hablé con mi Editor y le solicité alguna clase de regalía. Al entregarme la opción de elegir quién sería mi compañera de foto no dudé en elegir al nuevo rostro de El Club de la Comedia, la chica que interpretó a la exquisita Kika Kuntsmann en Tres Son Multitud y ahora, preparándose para la ochentizada versión del clásico de Sony, That’s 70 Show. ¿La buena noticia? Tiene pasado gamer. ¿La mala? Esta pololeando.

– Javiera, enumérame tus gadgets.
Tengo este celular, un Samsung con bluetooth. Igual ocupo sólo lo básico, pero puedo subir canciones sin cables. También, hace un tiempo, me compré una cámara Olympus acuática y un Mac, por consejo de amigos diseñadores y fotógrafos, pensando en que iba a poder hacer cosas increíbles. Pero no logro entenderlo. Soy capa para buscar datos en Internet. En un PC soy seca. Pero no sé por qué me compré un Mac. ¡Soy una tonta! Mas encima, borro cosas sin querer. El día que lo odié fue cuando escribí un mail romántico y, no sé cómo, ¡se borro! Computador de mierda. Me carga el teclado y me cuesta usarlo.

– Mi enemigo Mac…
Sí. ¡Los odio! Me habían hablado maravillas y compré la pomá…

– ¿Tienes Facebook?
Sí, pero no lo ocupo. Porque aparece gente que no conoce. Además, como que todos se envician tanto con eso. Ya no puedes tener vida privada en Internet. Es un poco complicado. Yo cuido mi mail, por ejemplo. En eso confío. Eso sí, fui víctima de un hackeo en Messenger. Había gente que se había hecho pasar por mí, cuando recién empecé a salir en la tele. Me llegaban requests de tipos sin polera, medios pokemones, con nicks llenos de letras raras. Desde ese día, le tengo pánico al MSN.

– Te deben coquetear muchísimo los hombres. ¿Cómo te gustan?
Me gustan los hombres con sentido del humor. El que no lo trenga, conmigo esta muerto.

– ¿Y los adictos a los videojuegos?
Me agradan, pero no es exceso. Aguanto al que juega Playstation con otros amigos. Fútbol, ojala. No me gustan mucho los adictos al Counter Strike, por ejemplo. Una vez salí con un chico que jugaba demasiado y eso me terminó molestando.

– ¿Por qué?
Porque era mucho. “Son las 12, vamos a jugar al Counter!” ¡Lo encuentro atroz! ¡Iba a tarreos! “Oh, le di un con un shotgun!”, y se sentía increíble por que le daba un tiro en la cabeza a otro con una escopeta. Qué lata.

– Ok. ¿Y tus juegos favoritos?
Me gusta el Tetris y el Simon. Y tenía un computador en blanco y negro donde jugábamos con mi hermano al Buggie, que se trataba de unos camioncitos donde saltabas. A eso le pegaba. Mi colegio era súper tecnológico, el Colegio Alemán. También jugaba Super Mario World con una compañera de curso. Me encanta Yoshi. Y cuando chica, en las maquinitas de Algarrobo, me gustaba el Rally X.

– Yo soy de los que piensa que a las chicas lindas les molesta ser como son o tratan de ignorarlo. ¿Me equivoco?
Algunas veces, algunos días. Hay días en que amanezco poco segura y no me siento linda. Mil veces. Ahora (mira su reflejo en el espejo) me siento más o menos no más. Estoy como muy pálida…

– Estás loca, te ves increíble. ¿Estás viendo alguna serie en la tele?
Me gusto mucho Prision Break. Quiero que salga la cuarta temporada. También veo CQC, los matinales morbosos… Y una vez me vi en SQP.

– ¿Y fue muy fuerte?
No. Fue cortito y no pesqué mucho.

– ¿Y cuáles eran tus dibujos animados favoritos?
Las Tortugas Ninja
, Ángel, la Niña de la Flores, los Thundercats, He-Man. ¡Me creía Sheera! También el Chavo del Ocho, pero no me gustaba Pipiripao. Ni tampoco Ronald McDonald, me da terror ese payaso.

– ¿Vas a hacer más cosas este año?
Si, voy a hacer el remake de That´s 70 Show, que en Chile se va a ambientar en los 80. Yo soy la hermana del protagonista, una mina muy perra.

– ¿Y qué tipo de personajes te gusta interpretar?
Me encantaría hacer de una mala muy mala, como la novia de Kill Bill o la enfermera (Daryl Hannah). El personaje bueno no me agrada tanto.

– ¿Y eres mala en la intimidad?
No.

– Me lo imaginaba. Se ve que eres muy dulce.
Así es. Por eso me gustaría ser villana. Uno siempre quiere ser lo que no es.

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En Medios

GENERACIÓN CONSOLA

La evangelización a veces resulta. Mi buen amigo Francisco Ortega siempre asumió el rol actual de los videojuegos en la cultura pop, pero al final del día se negaba a creer. O a tener una consola. O por último ir a mi casa para que viera lo que se estaba perdiendo. Finalmente ha logrado abrir los ojos. El otro día me dijo "Alaluf, recomiéndame una consola". Y hoy viernes 30, en el suplemento Wikén, el cabro escribió al respecto como sólo él sabe hacerlo. Imperdible.

A continaución va el texto íntegro de su columna. El texto original lo pueden encontrar en la página de blogs de El Mercurio o en su blog personal. Como sea, está muy bueno y muy recomendable. Especialmente para todos aquellos allá afuera que aún se niegan a creer.

GENERACIÓN CONSOLA, por Francisco Ortega ¿Cuándo cambiaron los videojuegos? Cuando la industria entendió que en lugar de ser una versión con mejores gráficas de lo iniciado en 1972 con la Oddisey de Magnavox, debían apuntar a convertirse en el cine comercial del siglo XXI. Convertir al videojuego en una experiencia completa, una nueva forma de contar una historia en la que el jugador, más que el tipo tras la consola, es protagonista de lo que tiene en frente. Neal Stephenson, en Snow Crash, la novela que sepultó el cyberpunk en 1992 (y que inspiró desde Matrix a Second Life y Facebook) hablaba del "metaverso", una interfaz tan perfecta que cualquier hijo de vecino podía ser protagonista de la historia o del juego que quisiera inventarse. Ciencia ficción o premonición de lo que sucede hoy en un gran porcentaje de casas con adolescentes o en departamentos de solteros con poder adquisitivo.

Es cosa de hacer un vuelo de reconocimiento. En 1998, la Playstation estaba relegada al dormitorio de los niños. Diez años después, la Wii se tomó el living y se convirtió en un electrodoméstico más, en un sello generacional. Los grupos familiares que se formen de aquí a los próximos años van a tener el ítem consola en un lugar tan fundamental como fue la televisión para sus padres. Una anécdota curiosa: la palabra Wii se repite hoy en las listas de novios de las grandes tiendas, más que DVD, lavadora o equipo de sonido. El videojuego ya no es nerd, ni geek. Ya no está reservado a los espinilludos. El videojuego ganó la guerra, el respeto y se tomó el nuevo siglo. No es un detalle que revistas de espectáculos y cultura como Variety y Entertainment Weekly hayan incluido la categoría "VG" entre sus secciones y que hoy el papel del crítico de videojuegos tenga en diarios como The New York Times o el Chicago Tribune, más espacio que el comentarista de cine.

Lo escribió el ya citado Neal Stephenson en The New Yorker hace un par de meses: el futuro de la narrativa está en las consolas. Y no se refería a las malogradas adaptaciones fílmicas de productos de consolas. O a los cómics que llevan a viñetas los mundos de Metal Gear Solid. O la cada vez más prolífica industria de best sellers, que mediante el "spin off" de algunos de los juegos más populares están haciendo que una inmensa mayoría de quinceañeros que jamás se habían despegado de su consola estén entrando a su librería más cercana. A lo que apuntaba el autor de La Era del Diamante, es al modo en que los videojuegos van a cambiar la estética del relato. De aquí a unos cuantos años, en lugar de decir esto es muy de cómic, o muy punk, la cita va a ser a algún producto desarrollado por los incombustibles nerds multimillonarios de DMA Design. Sólo recordemos lo que sucedió en las críticas de Exterminio, la cinta inglesa de zombis. La historia ya no era "muy George Romero", sino derechamente "muy Resident Evil".

Otra perla: hace un mes que la frase "Grand Theft Auto IV" es la más repetida en medios de difusión de cultura pop. Revistas tan dispersas como Newsweek y Wired le dedicaron la portada; reportajes en los diarios más importantes se inclinaron al que es, por mucho, el gran fenómeno pop de 2008, más que la nueva Batman o el disco de Hannah Montana. Hiperventilación mediática o signo de los tiempos. Un poco de ambos, pero lo cierto es que basta sentarse diez segundos ante el GTA IV para entender muchas cosas; es increíble cómo hoy un videojuego tenga más cojones que todo lo que ha hecho Scorsese después de Buenos Muchachos, Tarantino tras Jackie Brown o incluso Michael Mann luego de Fuego contra Fuego.

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