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Quantum of Solace: El Nombre es Bond, James Bond

Ah, el GoldenEye. Ese juego marcó generaciones.

No sólo por su original modalidad de shooter en primera persona, sino que además por darle un vuelco a la serie, generar ambientes exóticos y atractivos –acordes con la película– y un sistema multijiugador pocas veces experimentado en consolas.

El juego no sólo fue un éxito en su momento; además, hoy se le considera como uno de los más grandes títulos de todos los tiempos y quizás una de las mejores adaptaciones de una película a un videojuego.

Desde ese momento, los juegos basados en la imaginería de James Bond desfilaron como shooters –ya sea en primera o tercera persona- en diversas consolas, desde el notable Everything or Nothing a ejemplos retro como el From Russia with Love, con la voz del gran Sean Connery incluida.

Y hay muchos otros más, pero que ni siquiera vale la pena mencionar.

 

Quantum of Solace: La Novedad

El caso de Quantum of Solace , la última entrega de la franquicia, provoca sentimientos encontrados.

Enfundado como un fps (que funciona con el mismo motor del Call of Duty 4), el juego fue desarrollado, irónicamente, por Treyarch, los mismos del Call of Duty: World at War.

El juego utiliza la dinámica del cúbrete-o-muere, tipo Gears of War, teniendo como escenario no sólo la última película del agente secreto al servicio de Su Majestad. También, mete al cuento partes clave de Casino Royale.

Así, el juego funciona como debut en consolas next-gen, pero también ocupando la figura de Daniel Craig como el nuevo agente 007.

Y como el juego transita de ida y vuelta entre ambas películas (muchas veces con escenarios, situaciones o enfrentamientos inventados al gusto de Treyarch), la historia del juego sabe un poco a majamama.

Claramente, Treyarch trató de reinventar el GoldenEye para las nuevas generaciones y eso está bien. Se aplaude. Mal que mal, ya ha pasado una década. Y los elementos, digamos, están.

Pero en esta época en que ciertos fps han dejado la vara demasiado alta en términos de calidad, historia y jugabilidad, el Quantum of Solace sabe un poco desabrido.

Puede sonar contradictorio, pero todo depende del cristal con que se mire. No es que el juego sea fome o malo per se, al contrario. Entretiene de buena gana y posee buenos escenarios, una buena cantidad de armas y gráficos pasables.

Pero suena a algo recocido, poco original y que ya hemos jugado. Y mejor.

Quantum of Solace llega tarde al mismo género que ayudo a reinventar. Y si bien la cosa funciona por un rato, el resultado final no está a la altura del nuevo Bond. Ni al de un fps next-gen. Pero sí es uno de los juegos más entretenidos basados en la mitología Bond. Y eso ya es algo.