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A 20 Años de la Segamanía

Hace exactamente dos décadas, la competencia entre consolas de videojuegos simplemente se resumía en dos grandes actores: Nintendo y Sega. Mario y Sonic. Un gásfiter italiano y un puercoespín azul. Y esta batalla, durante la cuarta generación de consolas de 16 bits, fue una de las más encarnizadas con ataques directos entre una y otra empresa.

El caso de la Genesis, también conocido como Mega Drive fuera de América, fue el más exitoso para Sega. Logró vender 29 millones de unidades alrededor del mundo –en Brasil logró dominar un sorprendente 75% del mercado– y hasta el día de hoy, muchos de sus juegos siguen siendo populares gracias a resurrecciones en PlayStation 2 y PSP, Xbox Live y otros sistemas.

Es más, 20 años después, existen en la red variados emuladores, como Fusion o Gens32, que recrean a la perfección esa experiencia en el confort del PC. Yo ocupo actualmente el Gens 32 y es un estupendo emulador. Sobre todo considerando que allá afuera hay miles de juegos. O sea, ideal para rememorar tardes de nostalgia en 16 bits.

La ironía de todo esto es que, todo ese año estuve jugando con la consola. Pero el destino quiso otra cosa: un par de años después, me compré un Super Nintendo en oferta. Claro que eso ya es harina de otro costal.