Hoy, 27 de julio, Atari cumple 44 años de edad. Hablamos de la compañía fundada por Nolan Bushnell en 1972. Y hablamos de la compañía que formó la primera parte de la industria de videojuegos y que transformó al medio, más que en una entretención, en una industria y en un fenómeno pop.
Y si bien Atari tuvo varias máquinas -y computadores- durante su historia, es muy probable que sea la mítica Atari 2600 la consola que más se recuerde. El siguiente par párrafos los escribí en estas mismas páginas, a propósito de los 30 años de esa consola:
Si mal no recuerdo, fue durante la navidad de 1981 ó 1982 en que un 25 de diciembre recibí de regalo un flamante Atari 2600 cuando tenía menos de 10 años. Obviamente, había hinchado con tener uno hace mucho más tiempo, hasta que mis padres cedieron y finalmente lo tuve. Por la chita que fui feliz.
Me acuerdo del impacto de ver correr por primera vez un Atari. Fue en la casa de un amigo, una invernal tarde de sábado. Su papá se había traído uno desde EE.UU. y ver correr juegos de verdad (no como el Pong, que era choro, pero nunca me conquistó del todo) fue alucinante.
O sea, ¡la tele funcionaba como algo más que ver tele, por Dios! Increible. Tenía que tener uno. Recuerdo que la caja venía con el clásico Combat -el primer juego creado para la consola- y, como gran cosa tipo promoción, el también clásico Asteroids. Ahí sí que no me despegué de la tele.
Recuerdo todo y cada uno de los detalles de esos juegos. Los colores, las formas, los gráficos y especialmente los sonidos. Es más, podías pasar en bicicleta por el barrio y era fácilmente reconocible cachar quién estaba jugando Atari al pasar. Fue toda una revolución.
También recuerdo que en un recientemente inaugurado Parque Arauco había una elefantiásica estación de juegos en una de sus tiendas ancla (¿el Gala Sears?) que permitía jugar toda la librería de juegos de Atari, 30 segundos por juegos (las colas eran enormes lógicamente y yo esperaba pacientemente y luego volvía a hacer la fila).
La misma maquinita era utilizada en Sábados Gigantes para hacer un concurso: quién anotaba más puntos jugando 30 segundos al Space Invaders. Genial. Era, claro, mi concurso favorito junto con el «Dispara Ud. o Disparo Yo».
Luego, llegaron más juegos. Como el Adventure, uno de mis juegos favoritos de todos los tiempos y probablemente el que le tengo más cariño de todos. También estuvo un buen rato el Pitfall!, el primer juego no Atari (era Activision) que tuve.
Pero hubo de todo, incluyendo varios juegos no Atari que me trajeron mis padres de un viaje a EE.UU. como el Demon Attack (que era parecido al Phoenix) y claro, títulos clave como el Pac-Man (el más vendido para la consola) o el funesto E.T., El Extraterrestre.
Después de eso, mis recuerdos son más bien difusos… No sé qué habrá pasado con la consola y con los cartuchos (¿los habrán regalado mis santos progenitores?). Lo que sí recuerdo es que algunos años después mi obsesión se trasladaría hacia los primeros computadores personales.
Todo el mundo tenía un Atari 800XL y yo… tuve un flamante Commodore 64 con disketera. Pero eso es harina de otro costal y tema para otro posteo.