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Borderlands: el cruce perfecto entre rpg y fps

La adicción de estos días, además del pegote Doodle Jump, tiene un nombre: Borderlands. Porque honestamente, hacía mucho tiempo que un juego no lograba agarrarme del cogote y me soltara.

Y es que la mezcla perfecta de shooter en primera persona (probablemente mi género favorito) con el de juego de rol (clases, puntos de experiencia, etc.) hacen que este juego sea una delicia, como un mote con huesillos en verano.

Y si a eso le sumamos un punzante sentido del humor, una magnífica dirección de arte basada en el fino arte del cell shading y una historia de ciencia ficción que rescata guiños al cine, los comics y la cultura pop, tenemos a uno de los grandes títulos de los últimos meses. O al menos, uno de los más adictivos.

Es cierto que el Borderlands no es el primero que apuesta por esta combinación. Pero sí es la que saca mejores dividendos.

Imaginemos el momento en que un buen día, un creativo productor en Hollywood dio con la novedosa idea de cruzar entre sí géneros cinematográficos establecidos. Como una comedia de terror, por ejemplo. ¿Por qué no? Si hasta hay ejemplos notables, como La Danza de los Vampiros, Creepshow o Shaun of the Dead.

El caso de Borderlands cae justamente en esta categoría de híbrido. No en el de comedia de terror, claro está, si no que referido al mundo de los videojuegos, con sus propios códigos y todo.

Porque la estructura de esta notable aventura post apocalíptica, que rescata la imaginería de Mad Max y la inspiración en los cómics del inglés Jamie Hewlett (creador de Tank Girl y los monos de Gorillaz), se basa en probablemente dos de los géneros más populares y demandados en videojuegos: el de los shooters en primera persona (o fps) y el de los juegos de rol (rpg).

El resultado es un apasionante y muy adictivo juego, un role-playing shooter (como lo describió su desarrolladora, la tejana Gearbox) que satisface de igual manera a ambos públicos.

Es principalmente un juego de disparos que se nutre de una manera muy natural con crecimiento de personaje a través de puntos de experiencia a través de exploración (mucho looting, a lo Diablo), matar enemigos y cumplir misiones) que permiten acceder a más y mejores accesorios y armas.

Pero es la arquitectura de rol lo que le da el verdadero sabor: hay montones de personalizaciones en las cualidades de los personajes, además de contar con los mentados puntos de experiencia y una oferta que contempla –no es exageración– 47 millones de variaciones distintas de armas que van desde pistolas a rifles de largo alcance. Charlton Heston estaría orgulloso.

Es cierto que han existido otros ejemplos similares, como la saga rusa S.T.A.L.K.E.R., que opera con códigos muy similares, o incluso el popular Fallout 3.

Pero mientras que la aventura soviética y la de Bethesda son mucho más oscuras y tensionantes (y la primera sólo está disponible para PC), Borderlands, en cambio, es colorido, más pausado, con un gran sentido del humor y lo mejor: tiene vehículos para evitar caminatas largas. El juego ideal para quedarse pegado todo el verano y derretirse en la silla.

ps: Ojo con la genial secuencia de créditos.