Una consola no se puede apreciar en todo su potencial hasta que escupe su primer simulador de carreras de autos. Todo el mundo quedó babeando, por ejemplo, cuando el PlayStation 2 estrenó el Gran Turismo 3 A-Spec el 2001.
Claro, porque mostraba los atributos gráficos y de procesamiento de la maquinita casi a un nivel pornográfico de gusto. Y si bien la Xbox 360 ha demostrado lo mismo con un buen puñado de juegos –Gears of War o Dead Rising, por ejemplo– es éste el título que hay que ver, experimentar y disfrutar para poder entender el verdadero músculo de una consola de nueva generación.
Digamos que esta secuela del Forza, que tuvo su debut en la Xbox original el 2005, viene a ser el simulador estrella, la verdadera vedette gráfica en lo que a automóviles se refiere, de Microsoft. Sony tiene el Gran Turismo, la Xbox el Forza. Y este último título definitivamente lleva la delantera.
Claro, consideremos que el Gran Turismo HD ya está disponible desde diciembre para PlayStation 3 y el juego –hermoso, visualmente un siete, etc.– no pasa de ser mero maquillaje para esconder un juego que esencialmente es el mismo de siempre. Por lo menos hasta que salga el Gran Turismo 5.
En ese sentido, el Forza 2 es poderosísimo y superior. Por muchos motivos. Vamos desgranando.
Aparte de que el juego fue presentado oficialmente en nuestro país por el ex piloto Alejandro Schmauck, lógicamente lo que primero llama la atención son los intrincados detalles visuales de los más de 300 automóviles y escenarios disponibles.
Ver en acción tus autos es de verdad sobrecogedor en ese sentido, sobre todo considerando que se pueden personalizar hasta en los más mínimos detalles, gracias a un potente editor gráfico.
El detalle cobra especial relevancia si se considera la capabilidad online del juego, que permite jugar a distancia contra ocho competidores en línea alrededor del mundo. Y acá no sólo gana el que llega primero, si no que también el que posee el cacharro visualmente más enchulado. Por una cuestión de honor, claro.
Luego, tenemos el gran detalle –y acá sí que dejamos al Gran Turismo atrás– que es que los autos presentan daño y desgaste a medida que corren. Y los daños van desde raspones mínimos a pérdidas totales, con una escala de daños fabulosa y realista.
Así, las carreras en circuito –cómo no, replicados de autopistas y ciudades reales– son una delicia. Hay emoción, señores.
Evidentemente, las estrellas del juego son los autos, siendo el Nissan 350Z el modelito principal del juego. Hay de todo: Audi, Volvo, Toyota, Lamborghini, Mazda, Peugeot, BMW, Jaguar, Dodge, etc.; mejor que la misma Feria del Automóvil.
Y ojo, que el juego además se le puede conectar un volante inalámbrico especialmente diseñado para la ocasión, que estará disponible en Chile próximamente. Ahora sí que se puede andar a 280 km. sin preocuparse de nada. A lo más, de volver a apretar retry.