“El consumidor debe entender que mientras exista la piratería, no va a haber un desarrollo de la industria local”, me decía hace unos días un ejecutivo de Electronic Arts para Latinoamérica. En papel, eso suena muy bonito y sin duda que es cierto.
Pero ¿qué pasa con el padre, el estudiante o el gamer -alguien como usted o como yo-, que debe decidir entre comprarse un juego a $49.990 CLP versus uno "alternativo" a dos lucas? Como están las cosas, la respuesta es más bien obvia.
Sony por ejemplo, pasó de tener acaso la consola más pirateada de la historia (el PlayStation 2) a tener la única que aún es inviolable. Bien por Sony. Aunque quizás por eso el PlayStation 3 no ha tenido el éxito esperado.
El caso de Microsoft está a medio camino. La Xbox 360 se puede desbloquear, pero al menos te prohibe el ingreso a Xbox Live y a jugar en línea cuando se descubre que ésta ha sido adulterada. microsoft dando la hora: si de verdad quisiera combatir en serio el problema, ¡ofrecería el servicio en la región!
Y finalmenrte tenemos a la Wii, que se desbloquea a diestra y siniestra y los juegos pirateados están a la orden del día. Hasta donde yo sé, es la única consola que no penaliza al usuario al modificarla. Quizás por eso, Nintendo emitió un estudio sobre piratería. Los detalles y el comunicado oficial, después del salto…