Puede sonar medio siútico, pero así es. Es verdad que en Santiago –y en Chile– las tiendas de videojuegos son de por sí un lujo, sobre todo si consideramos que el valor promedio de un título es de alrededor de $40 mil, pero cada día la cosa se va expandiendo. Sucede en el resto del mundo y no va a suceder acá. El problema es cómo contrarrestar esos altos precios con la vil piratería. Fácil: entregando valor agregado.
Es así como lo entendieron Francisco Masjuán y Vicente Lozano, las mentes detrás del concepto Playware. La idea nació originalmente por parte de Masjuán, quien inauguró la primera tienda Playware en el Apumanque, en noviembre del 2007.
Luego, dado que la tienda reportaba éxitos de ventas, decidió juntar fuerzas con Lozano. Ambos, amigos y ex empleados de Microsoft, saben muy bien cómo opera el mercado de los videojuegos. Así que decidieron apostar por un tienda que se diferencie del resto.
La nueva tienda Playware, recientemente inaugurada, se ubica en el barrio de Tabancura. Allí, una casa de tres pisos oficia de sala de ventas y oficinas. Es el primer piso el que llama la atención.
En un vasto espacio, el local no sólo cuenta con secciones dedicadas exclusivamente a consolas específicas –Xbox 360, Wii, PlayStation 2 y 3, juegos para PC–, sino que además cuenta con espacios para jugar cómodamente en mullidos sillones y un sector para la realización de eventos y lanzamientos. “La idea es darle al cliente una experiencia única a la hora de comprar videojuego”, remata Vicente Lozano.