Benditos sean los demos. O sea, siempre dejan con gusto a poco, con una leve sensación de frustración y, en el mejor de los casos, con ganas de querer comprar el juego completo. Y bueno, ese siempe fue el motivo principal por el cual un demo fue hecho: ser un teaser, una probadita, algo para precalentar.
En ese sentido, los demos son fundamentales para generar expectación, buzz o boca-en-boca. Y al igual que los mismos juegos que representaban, pueden ser mediocres, fomes o derechamente maravillosos.
Pues bien –y dado que uno no es millonario– muchas veces jugar el demo es la única forma que existe para acercarse a algún título en particular. Y por suerte, éstos abundan. Después del salto, vaya entonces unos comentarios sobre algunas novedades como el esperado Splinter Cell: Conviction, el Just Cause 2 y el nuevo Game Room, en Xbox Live…
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