Cuando chico y uno iba a los flippers, era muy común que uno se acercara a una máquina simplemente porque el gabinete era atractivo. Rico, vistozo. O tenía monos y colores atractivos. Pasa que antes, mucho antes, los juegos de video tenían sus propios muebles originales, con el arte del juego y todo. Muchas veces los dibujos tenían poco y nada que ver con el juego, cierto, pero ayudaban a generar en nuestras inocentes cabezas la idea del juego más allá de gráficos pixelados. Como pasaba también con las carátulas del viejo Atari. Además, eran los ochenta.
Con el tiempo, al menos en nuestro país, las gabinetes pasaron a ser meros muebles genéricos al que prácticamente sólo se le incrustaba la pantalla. Todos tenían el mismo front plate que decía "videogames" y que eran más fomes que chupar un clavo. Después ya nadie siquiera se molestó en traer videojuegos originales. Seguramente era muy caro.
Pero bueno, como la nostalgia pega, el sitio i-Mockery se encargó de enumerar los mejores gabintes originales de videojuegos. La selección es tremenda. Está el Space Invaders con sus marcianos eléctricos, el Battlezone, con su periscopio y sus dos joysticks, el de las Tortugas Ninja, para cuatro jugadores, el Afterburn, con cabina incluida (en la foto), el minimalismo del Pong y muchos, muchos más. Seguramente te encaramaste en alguno de ellos. Una verdadera delicia. (Vía Destructoid)