

Chronicles of Riddick: Assault on Dark Athena y Wheelman. Dos juegos muy distintos entre sí, hechos por estudios distintos y lanzados por compañías diferentes.
Pero hay algo que tienen en común: una calva. La calva de Vin Diesel. Porque el pelado actor es el protagonista de ambos juegos. Y la cosa no deja de llamar la atención.
Diesel no tiene ninguna película actualmente en cartelera (aunque se viene la nueva Rápido y Furioso) y ninguno de sus juegos está basado estrictamente en alguna película. O casi.
Vamos viendo:
El primer ejemplo, el Assault on Dark Athena, algo tiene que ver con alguna de sus películas. Mal que mal, el protagonista y el universo del juego están basado en las películas Eclipse Mortal (del 2000) y Las Crónicas de Riddick (su secuela, del 2004).
Y al igual que la primera parte del juego, Escape from Butcher Bay, esta secuela es un shooter en primera persona, con algunos elementillos rpg que le dan sabor al juego. No está mal, pero tampoco es para volverse loco.
Y al igual también que el primer juego, fue hecho por la sueca Starbreeze, la misma del interesante The Darkness.
Además, el juego tiene la particularidad de incluir justamente el primer juego, pero en versión remozada para las consolas actuales. O sea, dos juegos en uno. No está mal.
Drive, She Said
Por otro lado, tenemos al esperado Wheelman.
Yo aún guardo en el disco duro un soberbio y muy hollywoodense trailer que mostraba a Diesel como un conductor que ejecuta «trabajitos» (muy en la onda de Jason Statham en El Transportador) a gente turbiona.
Hay hartos choques espectaculares, stunts, explosiones, cámaras lenta y como escenario, las hermosas calles de Barcelona.
Eso es Wheelman hoy, un híbrido entre el Driver, el Craxi Taxi y las sagas Burnout y Grand Theft Auto, pero con cierta pomposidad visual ad hoc otorgada por los edificios y plazas catalanas.
Es muy entretenido, sencillo de manejar, pero no supera a ninguno de los títulos anteriores. Lo mejor de todo: recorrer las calles de Barcelona. El resto de la dinámica es entretenida, aunque genérica.
Pero acaso lo más interesante de Mark Vincent Sinclair -su nombre real, porque nadie se puede llamar «Diesel» en serio- es que el cabro de 41 años, a diferencia, por ejemplo, de The Rock, que ahora hace películas infantiles para Disney, es que el actor de Rápido y Furioso esté igual de concentrado en sus películas como de sus videojuegos. Porque él incluso los supervisó.
¿Será Vin Diesel un gamer? Quién sabe. Pero de que le gustan los videojuegos, le gustan. Y los trata con el respeto que se merece. Un aplauso.