La tapita no es nada especial. Sólo el logo del nuevo estudio de David Jaffe, que se llama Eat Sleep Play. Simpático, ¿no? A mi me gusta.
Para quienes no lo conozcan, Jaffe es el padre del God of War y en general, un tipo bastante deslenguado para referirse a la industria. Algunos lo consideran un visionario, mientras que otros un verdadero freak. A mi me cae bien. Y el logito me gusta. Me da la sensasión de una bebida helada en pleno verano.
Mientras, en juegos, nada epecial: intercalé algunos temas del Guitar Hero II con el Ninety-Nine Nights (N3 para los amigos), que es de los pocos juegos con fuerte influencia nipona para la Xbox 360. Lo había probado apenas el año pasado, pero nunca lo pude jugar como corresponde. Hasta ahora.
Y me entretiene el concepto de hacer combos gigantes aniquilando a cientos de enemigos con tres patadas y un combo. Justamente tipo God of War, pero multiplicado por cien.
IN OTHER NEWS:
Project Gotham Racing 4 a la calle: esta semana salió a la venta la nueva secuela de carreras arcade para la Xbox 360. Seguramente se acordarán que el título anterior fue uno de los juegos de lanzamiento de la consola, que dejó a la gran mayoría -me incluyo-, satisfechos. El juego ha producido un impacto discreto para mi gusto. Ha logrado vender 119.129 unidades en sus dos primeras semanas. No es para descorchar champaña. La gente de Vida Extra entrega más detalles del juego.
The Orange Box supera a Halo 3: Al menos en términos numéricos, según reporta el sito VG Chartz. Aunque cueste imaginárselo, el nuevo paquete de juegos de Valve ha vendido 348.049 unidades en EE.UU. durante su primera semana, mucho más que lo que logró el Halo 3 con sus 285.860 unidades en la misma cantidd de tiempo. Ahora claro, el Halo 3 lleva acumuladas 3.482.376 de copias vendidas en tres semanas. Veremos si a la larga el gran Gordon Freeman es capaz de destronar al duro Master Chief.
Tetris automovilístico: El comercial fue realizado originalmente para la Toyota mexicana, pero se podría adaptar perfectamente a cualquier esquina santiaguina en hora punta. Es otro uso creativo del juego creado a mediados de los ochenta por el ruso Alexei Pajitnov.