Ah, el Half-Life. Qué placer de videojuego. Porque además de considerarlo uno de mis juegos favoritos de la vida, es también uno de los más influyentes y mejor catalogados en la historia de los videojuegos, por varios motivos. Pero vamos por parte.
Mi acercamiento al Half-Life, un detallado shooter de ciencia ficción en primera persona desarrollado por la gente de Valve, fue por casualidad. Debe haber sido más o menos unos cinco años atrás y, la verdad sea dicha, era un momento en que los videojuegos no eran una parte realmente importante en el mundo del suscrito. Pero claro, eso iba a cambiar drásticamente.
Trabajaba en una oficina de gobierno. Y es verdad: la abulia que se siente en los pasillos de esos grises edificios céntricos es casi una presencia física. Por suerte, la gerencia en donde trabajaba éramos todos lolos y semi-computines. Unos más, otros menos. El punto es que un buen día, uno de ellos -el boss, ni más ni menos- ofreció instalar la versión online de un juego que era “la cagá”, según sus palabras. Como el Quake o el Unreal Tournament, pero muchísimo mejor y más evolucionado. Nunca fui muy fan del Quake (de nuevo, culpa de mi etapa no gamer), ni tampoco había jugado online u na sesión multijugador. Pero sonaba bien. Entretenido al menos.
Varios en el piso instalamos el multijugador. Y no pasó mucho rato para que seis o siete trabajadores del Estado de Chile religiosamente jugaran Half-Life antes de almuerzo, después de almuerzo y antes de irse a casa. Como ritual, alguien susurraba o mandaba un mensaje vía MSN: “se viene”. Era entonces hora de repartir fierrazos.
Qué goce que era. Horas y horas y horas de exploración, tácticas, estrategias y escondidas para encontrar el punto perfecto para azotarle un balazo en la cabeza al contrincante para luego reírse en su cara. Virtualmente. Vía mensajitos (y gritos, irreproducibles, que cruzaban la oficina) hacia tipos con nombres tan vistosos como "hijo de puta", "kanaktor", "sussudio", "soy dios", "fenix@cruel", "hugo boss", "pico pal que lee", "computin choro", "orioshi", "kamasutra", "pirata" y otros tantos coloridos sobrenombres. La diversión, como en Fantasilandia, era total.
Pero luego de eso, poco. Por diversas razones el equipo de trabajo fue disuelto y el multijugador del Half-Life comenzaba a desaparecer. Por mi parte, instalé el single player del juego en mi PC y jugué solo hasta hartarme. Pero ya no era lo mismo. Faltaba el resto del equipo. Y ahí quedo. Como un lindo recuerdo. Pero entre medio, salió el Half-Life 2, el cual nunca tuve oportunidad de jugar, aunque ganas no me faltaban para nada. Todo eso, hasta ahora.
He aquí algunas impresiones sobre el juego que recogí al azar en la red:
Half-Life 2 is the closest thing to a flawless single-player experience we’ve seen in years — G4TV.
Valve Software finally delivers the sequel to Half-Life, an amazing ride that’s arguably the best first-person shooter ever. — GameSpy.
Man, this game does exist, didn’t think it would make it here in my lifetime. — un tal Daniel Comer.
En terminos de comentarios, no creo que haya más que agregar. Tan sólo decir que es el juego más espectacular, entretenido, absorvente, enviciante y gráficamente sorprendente que he visto en demasiado tiempo. Gracias a un amigo/vecino que que tiene un laptop Dell ("ideal para gamers", según él), he podido jugarlo, auqnue no tan seguido como me gustaría (en mi viejo PC, el intento sería totalmente inútil).
El juego corre a las mil maravillas a pesar de algunos problemillas con Steam, que es el distribuidor del juego y que, al parecer, no te deja jugar en modo offline. Es decir, si no estás conectado a internet, no game for you!
¿Y qué queda para más adelante? Pues las aventuras de Gordon Freeman -el protagonista y, a estas alturas, ícono absoluto del mundo gamer- se supone que volverá a repartir fierrazos en los próximos meses. No hace mucho salieron nuevos contenidos episódicos del juego para PC, y Valve anunció que un nuevo capítulo del juego Half-Life: Orange tendrá su lugar para la Xbox 360 en los próximos meses.
Me atrevo a decir entonces que después del Grand Theft Auto IV, este es el título que más me hace comerme las uñas este año 2007.
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