Reseñas·Videojuegos

Dead Space: Sustos Interestelares

Hacía tiempo que un videojuego no sólo me hiciera enganchar de tal manera, que apagar la consola era algo imposible. Una etapa más y ya. Una más. Hasta que lo terminé en una semana. De puro curioso con la historia y de puro enviciado que estaba con el Dead Space.

Es tarde para reseñarlo, lo sé. Es un juego que salió a fines del año pasado. En su momento, de hecho, jugué el demo, que me gustó y todo. Pero ya. No fue tan potente como para querer tenerlo. Hasta que, meses después, me lo prestaron. Y vaya que ese demo no le hacía justicia al juego completo.

De los títulos más exitosos lanzados el 2008 y ganador de varios premios, Dead Space es una nueva ¿franquicia? de Electronic Arts que bien puede ser hoy el gran juego hot en lo que se refiere al género del survival/horror por estos días, superando al clásico Resident Evil en estas lides, que, más bien, se está orientando más a aser un título de acción si nos basamos en las últimas entregas.

Ambientado en un universo inspirado en cintas como Alien y Event Horizon, con introducciones de grandes naves perdidas en lo más recóndito del espacio sideral. Dead Space funciona igual.

El protagonista, además, no es un súper héroe ni un space marine. Es sólo un ingeniero que se integró a esta misión con la excusa de encontrar a su novia perdida a bordo del USG Ishimura, el escenario del juego.

La travesía de Isaac Clarke (Por Asimov y Arthur C. Clarke, claro) es a través de todos los rincones de la nave, muy en la onda Resident Evil o incluso BioShock, con los bichos saltando por sorpresa, detrás de las esquinas, cayendo de los ductos de ventilación, etc. Asustar es la cosa. La tipica, pero bien hecho. Y los monos, que más encima son horrendos, violentos y chillones, lo logran. Onda La Cosa.

En ese sentido, como juego de horror, Dead Space otorga todos los sustos esperables, junto a una copiosa cuota de gore. La ambientación del juego va un paso más allá al eliminar los característicos mapas y displays en pos de integrar todo eso dentro del juego, ya sea a través del traje de Isaac o a través de hologramas muy fluidos y útiles. Perderse es casi imposible.

Las armas, como decía, también tienen un sabor único. Como el tipo es un ingeniero, sus «armas» son más bien herramientas de minero: sierras, cortadores de plasma y similares. Y vaya que son efectivas. La único que se escapa es un más tradicional rifle de pulso. El resto, todas son novedosas y deliciosas. Y todas deben ser probadas. Buen twist.

Más allá del juego en sí, me sorprendió que el juego esté obteniendo algo así como un status de culto. Hay un cómic basado en el juego y hasta una película animada. Consideremos además que acaba de salir una precuela para la Wii (titulada Dead Space: Extraction) y cómo no, el anuncio de que se viene secuela.

El resultado, volviendo al original, es uno de los juegos más tensos y adictivos que he tenido el placer de jugar en el último tiempo. Una verdadera joyita.