Para los que se criaron jugando videojuegos en los ochenta, gastando el vuelto del pan toda la tarde en los Delta o Flipperlandia, el Street Fighter marca un antes y un después en lo que a jugar flippers se refiere.
Antes del Street Fighter, las combinaciones para jugar eran muy sencillas: sólo un joystick y dos botones, y listo. Había excepciones, claro. Juegos como el Robotron (con dos joysticks, sin botones) o el Asteroids y el Defender, con hasta cinco botones de control. Y ya eso era mucho. Pero en 1987, apareció un juego de pelea one-on-one que además del joystick, tenía ¡seis botones de ataque! Después de eso, nada fue igual.
Rewind. En la primera mitad de los ochenta,
El juego fue exitoso. Estableció una legión de fanáticos y un nuevo standard en lo que se refiere a controles y combinaciones de ataque que terminaron siendo el modelo a seguir hasta el día de hoy. En términos comerciales, el juego estableció
Para muchos, el Street Fighter II es el juego favorito de sus vidas. Y no es para menos: su elenco de peleadores (Ryu, Ken, Guille, Chun Li, etc.), sus escenarios, los combos de ataque y sus one liners (“fight!”) ya son parte –hace rato– de la cultura pop: secuelas varias, copias de otros juegos, cómics, series y películas animadas, juguetes, flippers y una película que tuvo a Jean Claude Van Damme a la cabeza (y se viene una nueva el 2009, centrada en la vida de Chun Li) son sólo parte del fenómeno pop.
Anyone who opposes me shall be destroyed!: dos ociosos emulan magistralmente el juego con tiza, un pizarrón y una buena dosis de creatividad. Son los efectos pop del Street Fighter.
Pero más allá del legado, aún quedan mochas, ciudadanos. Considerando que la última entrada en la franquicia fue el Street Fighter III (además de sus tres versiones) en 1997, la espera por una cuarta versión ha sido más larga de lo común. Pero se biene. Ya ha sido anunciada. En octubre, Capcom publicó un video teaser que mostraba algo de la novedad –en imágenes pre rendereadas en 3D– , como indicio de que la franquicia sigue más viva que nunca. Excelente.