No hace mucho le hice una actualización a mi iPhone de primera generación.
Le hice la mejora a su firmware 2.1 y, con eso, un nuevo mundo de posibilidades descargables inundó el telefonito y en especial, por supuesto, videojuegos.
Debo reconocer que hasta ahora me ha sorprendido la variedad y la inventividad de los desarrolladores para sacarle provecho a la interfaz táctil y en especial, al acelerómetro.
Porque hay de todo: desde versiones de fps clásicos como el Doom o el Quake (que, reconozcámoslo, son imposibles de disfrutar correctamente en este tipo de celulares por razones obvias) a completos emuladores de consolas (incluido el sin par M.A.M.E.).
Pero además, está lleno de juegos casuales que incluyen shooters, plataformas, puzzles y estrategia en tiempo real.
Personalmente, instalé juegos de descarga gratuita. Ya saben, la crisis y todo eso. Y estoy gratamente sorprendido con los resultados. La descarga de programas en general desde el Apple Store y su posterior instalación es fluidísima, cero problemas.
El resultado final es sobresaliente: los juegos cargan rápidamente y el impacto visual de sus presentaciones es realmente delicioso.
Recordemos que la pantalla del iPhone es relativamente grande y más prístina para el estándar de celulares tradicionales, con sus 3,5” y sus 320 x 480 píxeles de resolución. Entonces, en serio, los juegos se ven increíbles.
Como el Topple, una creativa variación del Tetris. O el Armado Lite, un sencillo, pero ingenioso juego de plataformas donde un armadillo que avanza por un camino circular subiendo un cerro evitando obstáculos pulsando la pantalla y moviendo el teléfono. Notable, relajante, casual, sí, pero efectivo.
Al final, ¿cuánto rato se puede estar con el celular sin que suene?
O el Space Deadbeef, un perfecto y maravilloso shmup horizontal o el Blue Skies, un shooter top-down en donde conduces un helicóptero también con el acelerómetro, muy similar al legendario Raid on Bungeling Bay para Commodore 64 (también conocido como el primer juego de Will Wright).
La fluidez de manejo del aparato es perfecta. Cualquiera, intuitivamente, podría hacerlo sin mayores problemas. O es lo que me imagino.
Mono porfiado: el Super Monkey Ball se mantiene como uno de los juegos favoritos para el iPhone. Con lo sencillo y entretenido que es, no es de extrañar.
Obviamente, existen juegos aún superiores que lógicamente son los pagados.
Ejemplos notables son el Brothers in Arms: Hour of Heroes o el entretenido FieldRunners, que son algunos ejemplos.
Pero el mejor de todo está por llegar, ante la confirmación de que un Metal Gour Touch estaría disponible para el iPhone a partir de los próximos meses del 2009.
Hasta ahora poco se sabe del juego, pero si se espera que incluya a los personajes y parte de la historia de la cuarta parte, que debutara de manera exclusiva para el PlayStation 3.
Además, se podrán desbloquear wallpapers y otras chucherías para adornar el telefonito. Suena bien, ¿no? Vamos a ver qué se trae Jobso entre manos.