Atención a los nostálgicos: este Turok no es precisamente una continuación ni tampoco tiene que ver con la saga iniciada en 1997 para el Nintendo 64, y que fue una pequeña sorpresa al mezclar en un juego de disparos tradicional elementos jurásicos como dinosaurios, junglas y su protagonista, un indio nativo norteamericano que cazaba velociraptors y mercenarios. Todo, sacado originalmente del cómic del mismo nombre.
En vez, esta es una reinvención. Ignorando los seis títulos anteriores basados en esa premisa original, la franquicia fue retomada por los estudios Touchstone -en su primer juego- y rediseñada como un sólido shooter en primera persona, pero que nunca despega del todo. El indio nativo ya no está, pero los dinosaurios sí, y durante el juego pueden participar como enemigos o aliados, dependiendo del jugador, lo que le da un cierto toque táctico al juego.
Esta vez, el protagonista es Joseph Turok un tipo con entrenamiento militar –y sólo de raíces indias, el único guiño a la serie original– que debe detener a una horda de patos malos en un planeta verde alterado genéticamente. La típica.
¿Va a servirse otro?: un velociraptor se come a un humano como si fuese un Big Mac. Es la esencia del juego: cazar o ser cazado. Y chao con el cuidado de los animales.
El juego funciona como cualquier fps y en ese sentido no aporta mayores novedades a un género que ya se sostiene por sí mismo, sobre todo tras la horda de excelentes shooters como el sensacional Call of Duty 4. En vez, el Turok se la juega por crear escenarios gráficamente sobrecogedores –la mayoría detalladas y frondosas junglas–, pero que tampoco son algo que logre de verdad destacar. Hay un buen arsenal de armas (incluido el arco y flecha original) que incluso se pueden tomar en ambos brazos, como en el Halo. Pero fuera de eso, y de un buen sistema multiplayer, poco más.
Sólo recomendable para fanáticos de las aventuras en primer apersona, nostálgicos y fans de Jurassic Park. Si les srive de referencia, en Metacritic el juego promedió 69 puntos. No está mal, pero tampoco es para volverse loco.
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