Clásicos·Noticias·Reseñas·Videojuegos

Weekend RoundUp 15/04/07: Edidicón Tortugas Ninja

Confieso que me estoy dejando llevar por la resaca de la temporada. Ando flojo. Pero eso es debido a que no han salido juegos que de verdad valgan la pena ni grandes novedades, a excepción del clásico "ya viene" (ver post a continuación) o seguir hablando por enésima vez del God of War II. No me malinterpreten, por favor. Sigo creyendo que la nueva de Kratos es uno de los mejores juegos de la vida (aunque no sé si sea mejor que la primera parte, la nueva tiene demasiados puzzles para mi gusto), pero fuera de eso, poco más.

Por eso, con el PlayStation 2, tengo en segundo plano al Heatseeker, un arcade de los veteranos británicos de Codemasters, que funciona como un cruce entre el Ace Combat y el clásico Afterburner, de Sega. Pero la verdad no me agarró tanto. Ni siquiera por la novedosa cámara que sigue a los misiles hasta que impactan (buen detalle, pero no es suficiente).

Otra cosa que me apesta son los juegos doblados al español. Me refiero al español de España (no al castellano neutro de las pelíuclas, por ejemplo). Es que no soporto el sonsonete ibérico en los juegos. Que una chica lo diga (onda Penélope Cruz), todo bien. Incluso, súper sexy. Pero en los juegos no. Es una de las cosas por las que aplaudo a las consolas de nueva generación: seleccionas el idoma que quieres y listo. Nadie te impone nada, joer!

No voy en tren, voy en avión: el Heatseeker está ideal para los fans ochenteros del Afterburner. Harta explosión, poca simulación.


El otro que saqué, a propósito de la novedad en cines, fue el de la nueva vesrión de las Tortugas Ninjas, también conocidas como
TMNT. Bien fome el juego. Y básico. Entretiene por una tarde y sería todo. Mientras jugaba, me acordé del clásico Tortugas Ninjas del Nintendo de 8 bits, que jugaba en la casa de una polola, con su hermana chica. Claro, era la época de los monos animados de las tortugas, que pasaban en las tardes por Canal 13, hacían furor. Y era la época también de las películas, que la verdad, eran bien, bien malas.

Turtle power!: Vuelven las tortugas come pizzas. ¿Qué preferirán? ¿Domino’s o Pizza Hut? Hmm…

Aprovechando, también me metí al bazar de la Xbox Live para bajar alguna cosilla. A saber: la versión de prueba del clásico Defender (enamorado del juego desde los 10 años del juego, aunque siempre fui malísimo). Lo malo es que sólo se puede jugar hasta ¡la primera etapa! Es decir, nada.

Además, como me quedé con el bichito de los mechs a propósito del Lost Planet, también bajé el trailer del Armored Core 4, que según rezaba la pantalla, estaba aún en desarrollo (se nota, el demo era bien espartano). Finalmente, también bajé el demo del chachareado Boom Boom Rocket, de los mismos creadores del maravilloso Geometry Wars. Y bueno, si te gustan los juegos de ritmo (o rhythm games, onda Guitar Hero), está bien. Yo, la verdad, me aburro rápidamente.

Dale, dale con el beat: el Boom Boom Rocket es ideal para los fanáticos del Guitar Hero que no tengan la guitarra. O para stoners que quieran ver fuegos artificiales. Da lo mismo.

En cuanto a noticias, poco. Destaco que Sony decidió no fabricar más el PlayStation 3 de 20 gigas (me parece bien). ¿Pasará lo mismo con la Xbox 360?

Leer más

Reseñas·Videojuegos

Dead or Alive: Xtreme 2: No Culpes a la Playa

La franquicia del Dead or Alive es vieja. Y, se supone, popular. La saga comenzó en las salas de flippers como un aracde por allá poor 1996, como un juego pelea ‘one-on-one‘ al estilo Mortal Kombat, Tekken o Street Fighter que incluso tiene hasta un par de películas inspiradas en el juego (una de Takashi Miike, y otra más nueva y más hollywoodense). Desde entonces, ha habido varias secuelas y juegos basados en ese título original. Como éste, que la verdad no tiene mucho que ver.

Este título (que tiene el apellido “Xtreme”) es una variación que básicamente sitúa al jugador en un resort playero. El detalle es que los personajes del juego son puras chicas veinteañeras de origen multicultural que gozan de un esculpido físico y una voluptuosidad que dejaría pálida a cualquier de las argentinas festivaleras de por acá.

El juego y la historia en sí son bastante freak, como buen título de origen japonés. Mezcla de ‘party game’ (es decir, mini juegos) con algún The Sims, el objetivo del juego es pasarlo lo mejor posible en el paradisíaco y tropical resort playero de Zack Island. Eliges a una de las chicas y listo: puedes hacer lo que quieras durante el día, ya sea tomar sol en la playa o en la piscina, forjar amistades, ir de compras, jugar un partido de voleyball, andar en motolanchas y hacer carreras e ir al casino, además de hacer amigas en el lugar, entre muchas otras actividades que más allá de cautivar principalmente al público masculino por el nivel de detalle de los escenarios y particularmente de las chicas, el juego no ofrece mayores sobresaltos.

Visto de otra manera: gran asombro por la capacidad gráfica, desilusión por lo superficial del juego en sí. Al final, DOA es un título más para mirar que para jugar. Si tan sólo el stock de trajes de baño de las chicas es para quedar boquiabierto, y para qué hablar del ululante movimiento de sus pechos. ¿Juego voyerista? Y por qué no.

A mo-ver el coolo: créanlo o no, uno de los mini juegos del DOA es una pelea de potazos en medio de una piscina. Uf.


Todo lo anterior, adornado con una banda sonora extremadamente veraniega, happy y playera que incluye a gente como Big Mountain y Hilary Duff transforman a
DOA Extreme 2 en una divertida –aunque breve– experiencia voyerista digital o en el juego más gratuito de la historia.

El juego obtuvo una claidfifacion de 53 en Metacritic. Ninguna sorpresa. Y la página oficial de la serie está por acá. Finalmente, como regalito, el trailer del juego (muy recomendado) que resume el carácter del jueguito. Y si el fanatismo se vuelve obsesión, acá hay un foro que también le puede gustar a los más cochinones.

Leer más

Clásicos·En Medios·Videojuegos

¿Te Acuerdas de esos Ruditos Digitales?


Esto está ideal para matar algunos minutos y para autohacerse el test de cuánto recordamos acerca de los juegos que jugamos cuando chicos. Especialmente los clásicos ochenteros.

Esta simpática prueba sonora realizada por la página del canal público norteamericano PBS (y que ha transmitido estupendos programas dedicados al mundo y la industria de los videojuegos, como The Video Game Revolution,cuya página vale la pena visitar) pone a prueba la memoria personal sonora al tener que reconocer sonidos clásicos de los juegos que, al menos el suscrito, jugaba cuando era apenas un mocoso, a principios de los ochenta.

La pruebita se llama Retro Sound Quiz y –¿me puedo quebrar?–, le achunté a todas las preguntas. Eso dice que tengo muy buena memoria o que prácticamente no tuve infancia. Más tests clásicos (aunque no sonoros) de PBS por acá.

Leer más

Reseñas·Videojuegos

Guitar Hero II: I Wanna Rock. Again

Desde la aparición del hoy de culto Dance Dance Revolution (seguro lo han visto: ese juego hiperkinético donde hay un tipo dando histéricos pasos de baile al ritmo de una discutible música electrónica con tintes nipones, mientras mira una pantalla donde desfilan flechas) los juegos rítmicos o rhythm games han causado sensación en las nuevas generaciones.

Claro, uno que está acostumbrado a la clásica maniobrabilidad de un joystick y un puñado de botones, ahora se encuentra con complejas estructuras de movimiento donde no hay que dispararle a nadie ni escapar de ningún laberinto: el objetivo es seguir los “pasos” de baile con la coordinación adecuada y pisar las baldosas virtuales cuando corresponde. La experiencia es enérgética, entretenida, quema calorías y finalmente positiva. Aunque al final el juego te deje con gusto a nada.

De toda esta nueva generación de juegos que hacen sudar e incluso sacan músculos y bajar de peso, existen ejemplos ya clásicos como el PaRappa the Raper, BeatMania, Donkey Konga y el ya mencionado DDR, pero también existen otros ejemplos como el incombustible Guitar Hero.

Este título, desarrollado originalmente por Harmonix (también creadores del Karaoke Revolution) a fines del 2005, fue un éxito de popularidad total. Claro, lograba realizar el sueño nerd por naturaleza para alguien que se la pasa sentado con un joystick: creerse el cuento de ser una estrella de rock, con guitarra (de juguete, pero igual) y todo.

Porque la idea del juego era replicar hits originales de bandas como Deep Purple, Black Sabbath, ZZ Top, Franz Ferdinand, Ramones, Queen, David Bowie, Jimi Hendrix, Red Hot Chili Peppers y muchos otros. Todo, “jugando” con la guitarrita (o en su defecto, el control tradicional, pero eso le resta toda la magia al juego). El juego terminó siendo un éxito de ventas, el alma de fiestas y la fantasía realizada de miles de músicos frustrados. Y, obvio, no pasó mucho rato hasta que Harmonix decidió lanzar una secuela.

Pump up the volume: nuevas canciones, nuevos modos y los mismos monos feos (pero divertidos). Igual: diversión totalmente garantizada.

El Guitar Hero II realmente no ofrece una evolución muy grande en relación al original: se mantiene el career mode y ahora hay más guitarras para elegir. Lo que sí lo hace atractivo son dos cosas: una, su nuevo menú de canciones, que esta vez incluye 64 hits de bandas tan diversas como Mötley Crüe, Rush, Cheap Trick, Kiss, Nirvana, The Police, Van Halen, Alice in Chains, Primus, Guns’n Roses, Aerosmith, Jane’s Addiction y muchos, muchos más.

Además de algunas mejoras en la técnica con la guitarra, el otro gran detalle es el modo multijugador que permite no sólo jugar al mismo tiempo. Además, permite que ambos jugadores se turnen en manejar la guitarra líder y la rítmica, o el bajo y la guitarra, dependiendo del gusto y la habilidad de cada jugador. Así, los resultados son mucho más satisfactorios. Y ojo, que ya se ha anunciado una nueva versión del juego, pero con una edición ochentera. Así que a preparar la pichanguera.

So you wanna be a rock’n roll star: el kit completo del Guitar Hero II, con guitarra incluida. Créanme: vale la pena la inversión.

Al igual que la versión original, el Guitar Hero 2 fue positivamente criticado (y con justa razón) por prácticamente todo el mundo. En Metacritic obtuvo una puntuación de 92, al igual que en GameRankings.

Leer más

Clásicos·En Medios·Flippers·Noticias·Videojuegos

AMOA 2006: El Verdadero Flipperlandia

Cuando chico, uno de mis mayores placeres sociales era pasar una tarde entera con amigos en un arcade, que acá en Chile tuvieron el nombre genérico de Delta. Ir a los deltas. Gastarse unas fichas en los Deltas. Había montones, por todos lados, y en la playa también. Pero también había otros arcades, como Flipperlandia, los Gamecenters o los mismos Juegos Diana.

Si la memoria no me falla, la primera vez que pisé un arcade y puse cara de baboso fue a fines de los 70s. Tengo el recuerdo de ir de la mano con mi papá hacia el Shopping de Vitacura y desde lejos sentir una infinidad de ruiditos electrónicos.

Allí estaban los Flamingo (que luego pasaron a ser Flipperlandia) y al entrar, aún recuerdo la sensación mezcla entre aire acondicionado, muchas luces (por sobre una cierta luminosidad tenue del local), ruidos miles y una cierta onda media disco en el lugar. O sea, una sobre estimulación a los sentidos brutal. Y fascinante.

En general los arcades, es decir, esos salones repletos de flippers, videos, incluso juegos de mesa tipo Air Hockey, me recontraencantan. Siguiendo con la cosa nostálgica, recuerdo las idas "clandestinas"con mi abuelo a los Diana de Ahumada (los que acaban de cerrar) y un arcade que estaba al lado del desaparecido Bowling de Apoquindo, en el segundo piso, donde después estuvo (gasp!) la Discola. uno se perdía entre tanto juego. Pero claro, nada de eso existe hoy. Ni los Deltas ni nada.

En verdad, son lugares que desaparecieron hace mucho rato. Desde que durante los 90s las consolas se apoderaron del entretenimiento casero, ir a los flippers ya no tenía mucho sentido. Menos aún para las nuevas generaciones. Una pena, claro. Pero en EE.UU., que fue donde se masificaron durante los 70s y 80s (¿te acuerdas de la película Tron?), aún existen. Son escasos, pero los hay. En Japón, en cambio, los game centers todavía abundan.

Esto nos conduce a la AMOA, también conocida como la Amusement & Music Operators Association, feria que se realiza anualmente en EE.UU. y que este año tuvo lugar en Las Vegas (era que no) a fines de septiembre. A este lugar sí que me encantaría ir. Es como el stand de Japón en la FISA, en los 80s, cuando uno podía ver las novedades que meses después iban a estar en los Delta. Pero claro, acá está multiplicado por diez. Este año hubo 6.000 asistentes en la AMOA. Y hubo de todo.

¿Detalles? El sitio oficial de la última versión de la AMOA está aquí, y un buen reporte del sitio Retroblast, está por acá, con buenas fotos y todo.

Leer más

Flippers·Noticias

Y Se Nos Van los Juegos Diana de Ahumada

Una lata. Pero tarde o tempano iba a suceder. El mítico local subterráneo de Ahumada 131 se cerró para siempre. Pero qué pena por la cresta. Era el último de los grandes salones de arcade de Chile (y del mundo, probablemente). Donde había flippers de todas las épocas para regodearse. Donde me escapaba cuando iba al centro, gracias a la venia de mi abuelo y a pesar de los gritos de mi madre. Donde incluso celebré un cumpleaños (no la fiesta, claro) con varios amigos cuando chico. En fin. Fue bueno mientras duró.

Hoy conversamos en la radio con Ignacio Moraga, el dueño de los Diana. Simpático el tipo. Se nota que le tenía cariño al lugar y a las máquinas. Como sea, desde este humilde rincón vaya un saludo a esas tardes de fichas y fichas.

Acá, el link a la nota de la entrevista, que salió publicada en el sitio de Radioactiva, y también en Emol.

Leer más