En cosa de gustos no hay nada escrito, eso se sabe. Por ejemplo, a veces me miran como bicho raro porque no me gusta el Gran Turismo. Seguro: la presentación, los gráficos y los escenarios están a la altura de un «¡la cagó!», pero por favor, saquémonos las caretas, el juego es una LATA. Ok, el juego es un simulador, ¿pero qué clase de simulador de autos es si ni siquiera los autos se dañan al chocar? A mí que me revisen, yo prefiero lejos un Burnout o un Need for Speed a cualquier hora del día.
Y por lo que veo, no estoy solo en esto. Arturo Paniagua, de Escetia, ofrece un punto de vista muy similar al mío, a propósito de cierta noticia, la que paso a reproducir íntegramente:
Ayer tuve que reir por no llorar al enterarme de que nuevamente, nos quedamos sin sistema de daños en Gran Turismo. ¿La excusa? La cuenta David en VidaExtra:
La respuesta de los desarrolladores es que no van a implementar daños en Gran Turismo hasta que no se puedan representar de forma realista. Esto es algo que no van a hacer de momento porque es demasiado trabajo. Es un trabajo comparable a crear otro juego nuevo. Además, según su opinión, los daños que implementan otros juegos son únicamente “daños simplificados”.
Ya yo perdí la cuenta de la generación de consolas en la que estamos, pero en Polyphony llevan con esa excusa desde el primer GT de PSone. Al parecer son muy quisquillosos con el sistema de daños y oiga, les gusta hacer felices a sus jugadores que podrán seguir conduciendo por el césped y chocándose sin más problema que la desaceleración.
¿No se supone que este es uno de los mejores juegos de conducción? Por variedad de vehículos y por el diseño de escenarios, no me queda duda -aunque Forza y Project Gotham pisan fuerte-. Pero ¿qué pasa con el realismo en la conducción? Pues fácil, ya tenemos la descripción perfecta para Gran Turismo: es el FIFA de los juegos de conducción. Pura pinta.
Yo no podría estar más de acuerdo.
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