Clásicos·Flippers·Videojuegos

Shangri-La Pinball

La noche del sábado fue simplemente de felicidad absoluta. Un carrete cualquiera que terminó transformándose en lo que de seguro va a ser una de las experiencias del año. La historia va más o menos así. Pablo Aguayo es un tipo que esa noche cumplía 37 años.

Y para celebrarlo decidió nada menos que realizar su cumpleaños en un salón con 30 flippers. Pinball y videojuegos. Su colección personal. Una cosa única. E invitó a un puñado de amigos, además del suscrito (una vez más, se agradece).

 
Las máquinas eran todas originales, en excelentísimo estado (de verdad, cero fallas, cortesía del socio de Pablo, Pancho Suárez), cada uno con su respectivo gabinete y con una variedad que llegaba a quitar el habla.

Desde el rarísimo e hipnótico Video Pinball (un "simulador" de flipper con background dibujado y luces LED hecho por Atari en 1978), al Time Pilot original, a un gabinete M.A.M.E. fácilmente manejable con cientos de roms originales. O sea, jugar de a dos con el Double Dragon, Bubble Bobble o Golden Axe se podía. Con los flippers era lo mismo: desde clásicos electromecánicos como el Hot Tip, el Cleopatra o el Golden Arrow a modelitos más modernos como el Twilight Zone o el White Water. Uf.

Dos en Uno: jugar de a dos en un flipper como en el Bubble Bobble, como solía hacerse, es de esas experiencias que nunca pensaste volver a repetir. Pues estabas equivocado.

Todo esto, mientras desfilaban platos con tapaditos, snacks, fruta y el infaltable componente etílico. Los invitados, poco más 20 personas, estaban todos extasiados. Todo era demasiado perfecto e ideal. Un verdadero trip a la calle de los recuerdos. Porque, en serio, creo que esto es por lejos la experiencia más perfecta que he tenido para replicar un arcade desde la última vez que pisé un Delta.

Aguayo es un maestro, un ídolo. Él se considera un mensajero, un monaguillo que sólo busca y desea que otros -como uno- puedan disfrutar del placer de jugar un buen flipper en buen estado. Pero su cruzada, para mi gusto es más bien mesiánica. Loable. Realmente loable. Desde esta tribuna, le mandamos un fuerte aplaudo (de pie) a este muchacho que simplemente cfree que el pasado no tiene por qué morir.

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Películas·Videojuegos

Star Wars: The Video Game Retrospective

Se sabe, el mundo ñoño se divide entre Jedis -fanáticos acérrimos de la saga de La Guerra de las Galaxias– y Trekkies -amantes aboslutos de todo lon que sea refrido a Star Trek, Viaje a las Estrellas-. No hay términos medios. Es blanco o negro. Personalmente, me inclino por el bando jedi. Entrar en la discución en este caso no vale la pena; además, existen montones de lugares donde se puede hacer. Acá venimos a hablar de videojuegos, caramba.

Pues bien, ideal para ver después el almuerzo, esta pequeña retrospectiva de cerca de 28 minutos recrea las distintas versiones de la saga Star Wars en la historia de las consolas caseras. Está todo, muy detallado, con un certero análisis (los libretos son muy buenos) y hasta saludables dosis de humor y freakeríos varios. A pito de casi nada, pero muy entretenido.

(Si quedan con ganas de más, el mismo sitio tiene un justo top ten con los mejores juegos basados en la saga)

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Sugerenciads de Juegos para MirageMan

Sí, el mismísimo Mirageman (de civil, la máscara estaba en la lavadora) me pilló desprevenido, con cara de "villano", y me hizo una inocente llave que casi me despacha al otro mundo (nótese el color violáceo de mi rostro).

Porque claro, Mirageman finalmente ya está en cines y revolucionando a todo el país. Con campaña viral, presencia en Facebook y un potente boca-en-boca, la película lentamente se va ganando el corazón de un país cansado de ver más de lo mismo con las típicas películas chilenas. Es que hacía falta. Y chao no más con la vieja escuela del cine chileno. Más apolillada, imposible. Si no, a quienes hablen en contra, les podría suceder lo que me sucedió a mí…

Pues bien, la excusa para hablar de Mirageman es que, más allá de que la película y el personaje pidan a gritos que sean trasladados al fantástico mundo de los videojuegos, hay varios títulos de justicieros anónimos y no tanto. Los clásicos de pelea. No los one-on-one tipo Street Fighter, Tekken o Mortal Kombat. No, no, no.

Me refiero a los verdaderos beat’em ups. Esos que el personaje avanza etapas entre combos y patadas para rescatar a la chica. Como el Kung-Fu Master o el Double Dragon. Pero hay más, muchos. Así que vayan algunas sugerencias favoritas y personales para que Mirageman practique además combos y patadas virtuales:

  1. Kung-Fu Master (Irem, 1984)

    No tengo recuerdo de otro título que asuman el contenido básico de un beat’em up. Bueno, mal que mal, fue de los primeros: Un héroe solitario -Thomas- que avanza distintos niveles, con distintos villanos, hasta llegar a la última etapa en donde rescata a su amada, Sylvia. Si bien el juego fue creado con influencias de esa gran cinta con Bruce Lee llamada El Juego de la Muerte, la fuente directa es una comedia de Jackie Chan llamada Wheels on Meals, del mismo año. Mirageman (incluso Kiltro) perfectamente pueden tomar este juego como referencia directa.

  2. Knuckle Joe (Seibu Kaihatsu / Taito, 1985)

    Desconocido juego que recuerdo jugar en el Delta 3 de los Dos Caracoles. De hecho, buscando info sólo pillé al mono de Kirby, pero nada que ver. El original en todo caso aplica perfecto: en una urbe seudo futurista, un tipo con calzas y sin polera, dios, ni ley, reparte combos y patadas cual metralleta a los patos malos de rigor.

  3. Double Dragon (Technos Japan, 1987)

    Probablemente el beat’em up más popular de todos. pero si hasta lo hicieron película con el malo de Temrinator 2. Era un porquería, pero igual. Creo que fue el pimer juego co-op que conocí. Bunas combinaciones de combos y patadas (como el siempre eficaz ‘codazo’), grandes malos (y villanas con látigos!) y el mejor comienzo de un videojuego para la época: los malos le pegan un golpe al estómago a tu chica y se la raptan. Directo al mentón. It’s go time.

  4. Dragon Ninja (Data East, 1988)

    Otro co-op de lujo, también conocido como Bad Dudes. Pero Dragon Ninja era más cool. En la historia, había que salvar al Presidente Ronnie (!) de un ejército de ninjas. Recuerdo haberlo terminado el juego junto a un amigo del colegio, en unos flippers de Viña. Creo que nos gastamos unos 6.259 fichas en el proceso. Pero fue una tarde imborrable. A la salida, me creía Van Damme.

  5. Final Fight (Capcom, 1989)

    El Final Fight es el último beat’em up que jugué harto en los flippers. Me gustaba que uno de los "héroes" era el papá de la mina raptada de rigor (de una originalidad) y el alcalde de la ciudad. Pero también estaban los malos más estrambóticos: desde la mina con mini y esposas a esos clones de Axl Rose que se llamaban… Axl! Acá ya se me confunden todos los de la misma onda: el Streets of Rage, el 64th Street, Captain Commando, etc, etc. Capcom abusó un poquitito de la fórmula al final. Y eso que el Street Fighter ya era furor…

  6. The Warriors (Rockstar, 2006)

    El último gran juego de combos y patadas para mi gusto. Basado en la película de culto de 1979 del mismo nombre dirigida por Walter Hill, este violento y estilizadísimo beat’em up ambientado en el sucio y decadente Manhattan de fines de los 70s debiera ser un remake. O Mirageman contra las variopintas pandillas de la cinta y ambientado en Nueva York. Qué peliculaza sería…

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Noticias·Videojuegos

¿Spy Hunter = Nuevo Pontiac?


Los mayorcitos de 30 seguro se acordarán del clásico Spy Hunter, de Bally Midway. Originalmente nacido en los arcades y trasladado a cuanta consola existió por esos días -la mayoría seguró lo jugó en el Atari 800XL-, el juego se hizo mundialmente famoso por lo entretenido que era, por las distintas armas y enemigos, y claro, por su inolvidable sountrack del tema de Peter Gunn, en versión 8-bits.

El Spy Hunter es de esos juegos que todo el mundo recuerda. Como el Montezuma, por ejemplo. Pero éste sí que tiene planes para que sea hecho película (parece). Y fue flipper. Y tuvo además su juego (horrible, eso sí) para PlayStation 2, antes de que saliera el filme, con la Roca como protagonista. Raro. Y como buen clásico, también lo puedes jugar online.

Y sí, también ha sido inspiración para comerciales televisivos. Como acá, donde el nuevo Pontiac G8 se pone los pantalones del clásico ochentero. Notable, ¿no? El auto, si tienes sobre 30 mil dólares, lo puedes pillar por acá. (Vía Joystiq)

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Flippers·Películas·Videojuegos

Weekend RoundUp 09/03/08: Edición Se Te Apareció Marzo

Este fin de semana no sólo me dediqué a darle finalmente como caja al Burnout Paradise (se viene reseña), sino que también aproveché de ver varias cosas relacionadas con videojuegos. Hay un montón de cosas, que iré comentando en su debido momento, cuando corresponda (tranqui). Vamos por parte:

  • The King of Kong: A Fistful of Quarters: Gran, gran documental -algunos lo han llamado una mini obra maestra– que ha pasado por montones de festivales y de hecho, fue estrenado comercialmente en los EE.UU. hacia fines del año pasado. Muestra cómo dos tipos -Billy Mitchell y Scott Wiebe- pelean por tener un logro en teoría inútil: el mayor puntaje absoluto en el clásico Donkey Kong.


La película comienza con la obvia vuelta a principios de los ochenta, cuando todo era más sencillo e inocente y Billy Mitchell, un geek de Florida que además tenía el récord en el Centipede (!), logra el puntaje más alto durante el boom del Donkey Kong. Corría 1982.

Al otro lado del país, en Washington, un recientememente desempleado Scott Wiebe decide matar el tiempo instalando un juego original del DK en su casa y superar el récord de Mitchell. Lo que sigue a continuación es más épico que Gladiador y Buenos Muchachos juntos.

  • Tilt: The Battle to Save Pinball: Esto sí me emocionó. De hecho, me gustó más que The King of Kong. Porque va al callo: el documental rememora el tristemente inútl plan que tuvo la Williams para mantener vivos los flippers con la inclusión del Pinball 2000, a fines de los noventa. Seguramente algunos de ustedes los jugaron en los Diana.

    Eran máquinas un tanto más pequeñas que un flipper tradicional, y que tenían la particularidad de reflejar imágenes y animaciones en 3D. Que eana atodo trapo. Lástima que el flipper en sí no lo era tanto. Sólo hubo dos hasta que todo se fue a la porra. El Revenge from Mars, obviamente una secuela al popular y genial Attack from Mars, salvaba bastante y las animaciones eran muy cómicas; y el Star Wars: Episode One, que era hediondo de fome, tal como la película. Y sería todo. Hasta ahí llegó el plan del Pinball 2000.

    El documental cuenta todos esos sabrosos detalles, de cómo la industria pasó de ser una mina de oro a, de un año a otro, caer estrepitosamente frente al gigantesco mercado de las consolas caseras. Obvio. Y una pena. Porque claqro, ningún operador estaba dispuesto a invertir las enormes cantidades de dinero que un flipper demandaba. Proque los flippers son casi como los autos a la hora de mantenerlos.

  • jPod: Probablemente lo más interesate de todo. jPod es originalmente una novela escrita por el canadiense Douglas Coupland, el mismo autor de Generación X y Microsiervos. O sea, algo cacha de la generación techie.


El libro -y la serie- cuentan las desventuras de un grupo de seis amigos veinteañeros y empleados de una empresa desarrolladora de videojuegos que prefctamente podría ser Electronic Arts. Es el sueño de cualquier aficionado a los vidoejuegos. Claro que la vida cotidiana en los cubículos de jPod no es tan paradisíaca como se podría pensar.

La Canadian Broadcasting CorporationCBC para los amigos y la televisora y emiosora radial más imprtante de Canadá- decidió producir la serie con la asesoría del mismo Coupland. Esta debutó en enero de este año con mucho éxito de crítica.

Pero lamentablemente, el rating no la acompañó y los ejecutivos decidieron cancelarla a las pocas semanas. Es decir, no pasará de su primera temproada. Una pena, porque la serie salvaba bastante. O sea, el libro es sumamente superior, pero como serie televisiva era muy original, fresca, disrtinta y tenía a los videojuegos como eje central. Qué mas se podría pedir.

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Noticias·Videojuegos

Toallas Invasoras del Espacio


No, nunca tanto. No es el título de una mala película B. Pasa que este año el sin par, legendario e inolvidable Space Invaders cumple 30 años desde que fue creado por Tomohiro Nishikado para la Taito, por allá por 1978.

Entonces, como la cosa este año se va a venir de seguro en grande, los preparativos ya comienzan. De seguro vendrán versiones remezcladas del juego original y una tonelada de merchandising apropiada. Como esto, veraniegas toallas inspiradas en los marcianos del juego. Yo inmediatamente me anoto con una, claro está. Mal que mal, tan sólo valen 20 morlacos y son 100% de algodón egipcio. La única lata es que estarán duisponibles a mediados de año.

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Noticias·Videojuegos

¿Records? Guiness los Tiene

¿Crees que pasas mucho tiempo frente a la tele o al monitor? Ja, seguro que no será nada comparado con las 38 horas y 30 minutos que acumuló Eric Furrer al frente de un Space Invaders en 1980. Y eso que sólo tenía 12 años.

Furrer, claro, ya tiene asegurado su rincón en el Guiness. Específicamente, en el Guinness World Records Gamer’s Edition 2008, libraco que obviamente está enfocado al mundo gamer, desde comienzos de los 70s, con las primeras consolas caseras, a las máquinas de última generación.

Yo lo he gritado hartas veces a los cuatro vientos y el editor del libro, Keith Pullin, me sigue: «La industria de videojuegos es el sector del entretenimiento que más rápido crece en el mundo». Aprendan.

Algunos botones de muestra:

  • Después del Space Invaders, el Pac-Man es el segundo juego más popular de todos los tiempos.

  • Sid Meier, creador del Civilization y fundador de la legendaria y hoy defunta Microprose, es la persona que más premios ha recibido en la industria.

Entretenido, ¿no? Claro que sí. ¿Más ejemplos? Gamespot tiene más botones de muestra. El libro va a estar disponible en Norteamérica a contar del 11 de marzo. La lata es que dudo mucho que alguna de las librerías locales se atreva a importar semejante volumen (que sí estará editado en español), pero bueh, siempre está a la mano Amazon.

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Clásicos·Flippers·Videojuegos

Peter Hirschberg es Dios


Soy un nostálgico recalcitrante. Los recuerdos que tengo pasando tardes enteras en el Galaxy Bowl de Apoquindo, al lado el Bowling, donde después funcionó la legendaria -gasp!- Rockola son imborrables. En los Delta, particularmente el 11 (en el Pueblo del Inglés), que estaba al lado de mi casa, o los Flamingo’s y, posterioremente, el Flipperlandia del Shopping de Vitacura. Grandes momentos de felicidad absoluta.

Amo los arcades. Amo esa específica ambientación de luces, ruidos, músicas, aire acondicionado y olor a electricidad. La adrenalina que significaba hacer la cola para comprar las fichas, introducirlas en el monedero y apretar start. Lo máximo. Pero claro, eso son sólo buenos recuerdos. Nada de eso existe por acá ahora. Una lata.

Pero este tipo, Peter Hirshberg, construyó al lado de su casa lo más cercana a ese nirvana electrónico. Se dio la lata de construir un verdadero arcade ochentero -el Luna City Arcade– con flippers y videojuegos de la época. La colección es sublime. Vean esas fotos, el video y hasta el blog que tiene del lugar. Notable. Quiero ser amigo de ese maestro. O mejor: vivir ahí.

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Clásicos·Listas·Videojuegos

Los Mejores Gabinetes de la Historia


Cuando chico y uno iba a los flippers, era muy común que uno se acercara a una máquina simplemente porque el gabinete era atractivo. Rico, vistozo. O tenía monos y colores atractivos. Pasa que antes, mucho antes, los juegos de video tenían sus propios muebles originales, con el arte del juego y todo. Muchas veces los dibujos tenían poco y nada que ver con el juego, cierto, pero ayudaban a generar en nuestras inocentes cabezas la idea del juego más allá de gráficos pixelados. Como pasaba también con las carátulas del viejo Atari. Además, eran los ochenta.

Con el tiempo, al menos en nuestro país, las gabinetes pasaron a ser meros muebles genéricos al que prácticamente sólo se le incrustaba la pantalla. Todos tenían el mismo front plate que decía "videogames" y que eran más fomes que chupar un clavo. Después ya nadie siquiera se molestó en traer videojuegos originales. Seguramente era muy caro.

Pero bueno, como la nostalgia pega, el sitio i-Mockery se encargó de enumerar los mejores gabintes originales de videojuegos. La selección es tremenda. Está el Space Invaders con sus marcianos eléctricos, el Battlezone, con su periscopio y sus dos joysticks, el de las Tortugas Ninja, para cuatro jugadores, el Afterburn, con cabina incluida (en la foto), el minimalismo del Pong y muchos, muchos más. Seguramente te encaramaste en alguno de ellos. Una verdadera delicia. (Vía Destructoid)

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Clásicos·Películas

Fight!: A 20 Años del Street Fighter


Para los que se criaron jugando videojuegos en los ochenta, gastando el vuelto del pan toda la tarde en los Delta o Flipperlandia, el Street Fighter marca un antes y un después en lo que a jugar flippers se refiere.

Antes del Street Fighter, las combinaciones para jugar eran muy sencillas: sólo un joystick y dos botones, y listo. Había excepciones, claro. Juegos como el Robotron (con dos joysticks, sin botones) o el Asteroids y el Defender, con hasta cinco botones de control. Y ya eso era mucho. Pero en 1987, apareció un juego de pelea one-on-one que además del joystick, tenía ¡seis botones de ataque! Después de eso, nada fue igual.

Rewind. En la primera mitad de los ochenta, la japonesa Capcom (apócope de “capsule computers”) desarrollaba juegos arcade de mediano éxito como el Commando, el 1942, el clásiquísimo Ghost’n Goblins o el Gunsmoke. Básicamente, shooters para el mercado norteamericano. Pero en agosto de 1987, y tras éxitos de otras compañías con juegos de pelea como el Karate Champ o el Kung-Fu Master (ambos sacado por la hoy desaparecida Data East, en 1984), deciden lanzar al mercado un juego de pelea, con dos peleadores, frente a frente, en exóticas locaciones alrededor del mundo como telón de fondo. Se llamó Street Fighter.

Ojo por ojo, patada por patada: pantallazo del primer Peleador Callejero (se entiende por qué), el de 1987 y el que comenzó todo. Hace 20 años.


El juego fue exitoso. Estableció una legión de fanáticos y un nuevo standard en lo que se refiere a controles y combinaciones de ataque que terminaron siendo el modelo a seguir hasta el día de hoy. En términos comerciales, el juego estableció la franquicia. Pero no fue hasta entrada la década siguiente, en 1991, que su secuela, el Street Fighter II, catapultó la marca a las nubes. O más bien, al mainstream.

Para muchos, el Street Fighter II es el juego favorito de sus vidas. Y no es para menos: su elenco de peleadores (Ryu, Ken, Guille, Chun Li, etc.), sus escenarios, los combos de ataque y sus one liners (“fight!”) ya son parte –hace rato– de la cultura pop: secuelas varias, copias de otros juegos, cómics, series y películas animadas, juguetes, flippers y una película que tuvo a Jean Claude Van Damme a la cabeza (y se viene una nueva el 2009, centrada en la vida de Chun Li) son sólo parte del fenómeno pop.

Anyone who opposes me shall be destroyed!: dos ociosos emulan magistralmente el juego con tiza, un pizarrón y una buena dosis de creatividad. Son los efectos pop del Street Fighter.


Pero más allá del legado, aún quedan mochas, ciudadanos. Considerando que la última entrada en la franquicia fue el Street Fighter III (además de sus tres versiones) en 1997, la espera por una cuarta versión ha sido más larga de lo común. Pero se biene. Ya ha sido anunciada. En octubre, Capcom publicó un video teaser que mostraba algo de la novedad –en imágenes pre rendereadas en 3D– , como indicio de que la franquicia sigue más viva que nunca. Excelente.

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Eventos·Smartphones·Videojuegos

Nokia Se Pone Gamer (y Ochentera)

Anoche, en el Salón San Cristóbal del Hotel Sheraton de Santiago, Nokia celebró su evento de fin de año. Nada especial hasta ahora, sobre todo considerando que todo el mundo y su abuelita realizan este tipo de eventos para clientes, prensa, proveedores, etc. Pero en este caso, los ingredientes del evento me llenaron medio a medio. Paso a detallar.

Primero, al entrar al salón, habían apostadas varios videojuegos "ochenteros". Ya felicidad absoluta. Estaba el Ms. Pac-Man, el Wonder Boy, el Final Lap (con el gabinete original completo a dos pantallas). Además, había un PlayStation 2 con su respetivo plasma y con el Top Spin corriendo.

También había un tremendo EZ2Dancer (el popular rhythm game coreano que en Chile tiene hasta su propio foro) que hizo las delicias de la mayoría. Y por supuesto, había un flamante Nokia N 95 conectado a una tele para jugar Snake 3D. Pero lo que personalmente más me atrapó el ojo (y los dedos) fueron varios flippers.

Bailan sin cesar: Prieto & Stark, de Fayerwayer, bailando por un sueño, fama contra fama. Quizás debieron haber visto esto antes.

Estaba el Fish Tales, el Super Mario Bros., el Lethal Weapon y mi favorito de la velada, el Terminator 2: Judgement Day, máquina en la que pasé noches veraniegas enteras jugando y jugando. Por suerte, todo ese magnánimo esfuerzo al fin valió la pena. Resulta que cada máquina tenía un monitor que supervisaba los puntajes más altos de cada una. La persona que registraba mayor puntaje, se llevaba premio (y no, no era un N95 como muchos rumoreaban).

Yo, obviamente, me anoté con el Terminator, aunque el mismísimo Coco Legrand (que es parte de las celebridades Nokia) se me adelantó. Me decía: "¡este es de mi época, weón!" Ja, qué patudo. Le dije que no fuera fresco, que más bien el Kiss o el Golden Arrow eran de su época. De lolo palanca.

Cuando finalmente me puse a jugar -y a pesar de que la máquina no estaba en las mejores condiciones (paletas sin fuerza, elementos del flipper fundamentales que no funcionaban, etc.)-, logré el record, poco menos de 40 millones. No está mal. Y como nadie lo pudo superar (yesss!), me llevé para la casa unos magníficos audífonos Nokia.

Pero eso no fue todo. Además, había mucha comida. Comida ad hoc, por cierto: hamburguesas, mini pizzas, tacos, papas fritas, brochetas de pollo con cebolla, bar abierto y el broche de oro: una fuente de chocolate para untar marshmallows y frutas. Uf. Fue como el cumpleaños que siempre quisiste celebrar cuando chico. ¡Gran evento, Nokia!

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Clásicos

EL FLIPPER MÁS GRANDE DEL MUNDO


Es una tontera, como se puede ver, pero un récord al fin y al cabo: el flipper (arcade más bien) más grande de la historia. La simpática ridiculez fue hecha por los nerds del programa Attack of the Show. Mide 13 pies de alto, tiene una pantalla de 70 pulgadas y parece que los chicos de la foto están jugando Rampage. Podrían estar jugando algo al menos más modernillo, digo yo.

Obviamente la gente del libro de Guiness World Records fue invitada a presenciar tamaño mamotreto. La noticia llegó vía Engadget. Más fotitos, por acá.

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