Hay que aclararlo de inmediato: el Mass Effect (Bioware / Microsoft Game Studios) es un juego grande. Gigantesco. Pantagruélico. Y en todo orden de cosas. Es probablemente lo más cercano a una novela gráfica interactiva que podamos ver esta temporada y con un universo tan rico en detalles que no tiene nada que envidiarle a, digamos, la saga de La Guerra de las Galaxias.
Así de profundo y complejo es el Mass Effect. Porque el juego, en lo que a dimensiones se refiere, genera un universo de espacios, personajes e historias que perfectamente podría llenar varios temas de cualquier saga de ciencia ficción. Porque eso es lo que es Mass Effect: una gran aventura de ciencia ficción.
Estamos en el año 2183 y vastas partes del universo han sido colonizadas por humanos y alienígenas que viven en una frágil cordialidad interestelar. El protagonista es el Comandante Shephard (o “Pastor”, obvio), quien, tras una misión de rutina que termina mal, debe convencer al Consejo de una amenaza galáctica que puede poner en jaque a varias razas y planetas. De hecho, es probablemente la única persona capaz de detener una gigantesca guerra que parece ser inevitable.
El nivel de detalles del juego es realmente impresionante. No sólo gráficos (el juego se ve realmente next generation, con escenarios, texturas de piel y ojos que se ven como nunca), si no que desde la extensiva personalización del personaje (al que se le puede modificar TODO) hasta los lejanos rincones del espacio a los que es posible viajar y explorar; el juego es inmenso, complejo y detallista. Bioware, los mismos creadores canadienses del clásico Knights of the Old Republic, de verdad se las mandaron.
Y ese puede ser justamente el gran problema del juego. ¿Quién puede hoy en día disponer de tanto tiempo libre como para engancharse, descubrir y explorar todas las misiones y detalles que ofrece? Son fascinantes muchas, claro, pero el tiempo que pide el juego es demasiado.
Mass Effect sólo puede ser disfrutado en su totalidad por algún estudiante durante sus vacaciones de verano. O alguien con demasiado tiempo libre en sus manos. Y no es justo. Es un lujo, pero un lujo que sólo unos pocos se podrán dar. Pero si pueden, prepárense para la aventura más ñoña y fascinante de sus vidas. Ideal para fanáticos del Sci Fi Channel.