Clásicos·Flippers·Reseñas

Flippers y Los 80s (La Serie, Claro)





Quién diga que televisión abierta chilena es pura basura, puede lavarse la boca con jabón. Porque aparte de ejemplos como El Gen Mishima, Búscate la Vida o La Ofis, el sólo hecho de tener presente en pantalla una serie como Los 80s, hace replantearse las cosas. Al menos por un rato. Al menos hasta que dure esta etapa de programas con el sello “bicentenario” o hasta que los noctámbulos no se cansen de ver parte de estas series pasada la medianoche.

Creo que esta serie, que está emitiendo actualmente Canal 13 todos los domingo a las 22 hrs. –el verdadero horario prime chileno–, es un verdadero golazo. En primer lugar, por la sorprendente reconstrucción de época, llena de gloriosos mini detalles que funcionan como flashazos que trasladan la mente hacia esos días. Desde productos de la época a la notable selección de imágenes de archivo que desfilan por teles de la época. Félix, el hijo menor de la familia Herrera, protagonista de la serie, debe tener alrededor de 10 años. Creo haber tenido la misma edad que Félix por esos días.



¿Me da una Free?: Es cierto, faltan productos emblemas como la Free o la RC Cola. O la Piña Nobis, la Fanta Sol y la Fanta Frut. De todos modos, la minuciosa reconstrucción de época de los 80s es sencillamente notable y altamente evocativa.

Pero además, la serie se atreve a llegar políticamente donde ninguna otra serie se ha atrevido. Como se ambienta en probablemente los años más oscuros de la dictadura militar, era imposible no tocar el tema. Y Los 80s lo hace con agallas. El capítulo de anoche, donde Daniel Muñoz y Daniel Alcaíno son sacados a “pasear” por un par de clásicos “sapos” de la desaparecida Central Nacional de Inteligencia –vulgares, ignorantes, abusadores– es sencillamente notable.

Eso es lo otro: el guión. La serie, como miniserie, funciona como reloj. De partida, no huele a teleserie, como suele suceder en la televisión chilena. Acá las diversas ramas de la historia se sustentan por sí mismas con igual balance y el montaje y la dirección tratan de elevar de igual manera el producto, transformándolo en algo que muy pocas veces se ha visto en nuestra pantalla. Kudos entonces para Andrés Wood, productor de la serie, a Boris Quercia, su director y a todo el equipo detrás de Los 80s. Porque la serie es de verdad un golazo.

I am the greatest!: los flippers lógicamente que están presentes en Los 80s. Y el Alí, de Stern, tiene protagonismo especial en la historia.


Pero hay más, claro. La excusa para hablar de esta serie en este pasquín: flippers. Porque los pinballs también son parte de la época. Así, vemos como uno de los hijos, Martín, va después del colegio con sus amigotes a jugar flippers a un boliche donde se encuentran maquinitas como la
Alí, la Blackout y el Eight Ball Deluxe.

Es justamente el Alí, la clásica y veloz máquina que Stern construyera en 1980, la que se roba la película. Excelente. Además que fui fan acérrimo de esa máquina en mi época escolar, allá en los flippers de La Quintrala, en la comuna de La Reina. Good times. Esos son los detalles que se celebran y que hacen que inevitablemente todos los flipperos, allá afuera, sonrían.

 

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Clásicos·Noticias·Videojuegos

Space Invaders: La Fiebre Continúa

Seguimos con la trivia consumista que conmemora los 30 años del Space Invaders. Esto ya no es ropa, ni adornos, ni nada similar. En vez, se trata de un periférico, un vistoso teclado que trae entre sus teclas réplicas de los famosos invasores espaciales.

No son exactamente los mismos (si es que uno se pone quisquilloso), pero la intención es lo que vale. Y un must para cualquier fanático que se haya criado con esa vieja entretención que es "matar marcianitos". (Vía Kotaku)

A propósito de eso, más interesante aún es experimentar el nuevo juego oficial -ahora sí- basado en el clásico creado por Taito en 1978. Se trata del Space Invaders Extreme, para la PSP y el Nintendo DS, que profundiza con una sicodélica vuelta de tuerca lo tímidamente enunciado hace unos años en el anterior Space Invaders Revolution.

La variación es que el juego mezcla ritmos, sonidos electrónicos, disparos y hasta algo de puzzle. Suena raro, pero es como meter a la juguera el Space Invaders original (obvio), junto con el Geometry Wars, el Tetris y algún juego de ritmo nipón. El resultado es rápido, hipnótico, muy satisfactorio (el nivel de variación en la modalidad de juego es alta) y claro, altamente entretenido y refrescante. El video a continuación expone un poco la idea:


Ideal para quienes creían que el Space Invaders ya no tenía nada que aportar. E ideal también para paliar la espera del cacareado Grand Theft Auto: Chinese Wars para DS.

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[Reseña] Star Wars: The Force Unleashed (Primeras Impresiones)


Tuve la oportunidad de probar el demo del Star Wars: The Force Unleashed en un PlayStation 3 y tengo que decir que el juego fue sumamente agradable de jugar. Por todos lados, destila calidad y provoca continuamente muecas en donde se termina diciendo "cool, este juego funciona".


Desarrollado por LucasArts, básicamente, el demo -al menos en la etapa que jugué- se presenta como un hack’n slash en donde debes infiltrarte en un astillero imperial y matar a todos. Los enemigos van desde los clásicos stormtroopers a soldados rebeledes y androides varios. Principalmente, ocupas tu sable de luz para despachara los enemigos.

Pero lo mejor de todo viene justamente en la forma de "la fuerza", que se teraduce en un poder mental en donde puedes tomar objetos o personas y moverlos o lanzarlos a discreción. Muy similar a la pistola gravitacional del Half-Life 2. Los controles son fluidos y lso resultados, muy satisfactorios y dan potencial para mucho más.

Además, gráficamente el juego se ve de pelos. Desde los monos a los vastos escenarios (derribar tie fighters es una delicia), visualmente The Force se ve muy bueno. Incluso diría que en primera instancia, el juego es probablemente uno de los mejores de la saga de juegos Star Wars. Si no derechamente el mejor. ¿Alguien más lo ha probado?


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Crysis: Maximum Game


Terminé el Crysis. Y me siento un poco viudo. Porque desde el Call of Duty 4 -y dejando de lado el Grand Theft Auto IV, sin duda el juego del 2008– pocas veces un juego me había atrapado tanto. Y en el computador. Porque claro, ha pasado demasiado tiempo desde que jugué a algo en serio en un PC. Y el tema fue hablado largamente cuando el juego salió a la calle, en noviembre del 2007.

Considerando los escasos títulos que han aparecido este año en formato PC, y la tendencia que dicta que la mayoría de los gamers están apostando por consolas (por inmediatez, costos fijos, librería de títulos, etc.), personalmente creo que el Crysis podría ser el último GRAN título (exclusivo) para PC; pero además, uno de los mejores fps que he tenido el placer de disfrutar. No por nada, el juego ha logrado vender más de 3 millones de copias en todo el mundo. Eso, sin contar las miles de copias pirateadas que circulan por la red…

Es más, me queda la duda si al final del día me gusta más el CoD 4 o el Crysis. Ambos están soberbiamente hechos, seguro. Pero el Crysis posee un aire épico/cinematográfico sumamente atractivo. De hecho, la (criticada) historia a mi no me pareció tan mala ni tan simplona. No es material para Hollywood, ok, pero sí tiene todo el potencial para serlo: los primeros encuentros con las fuerzas coreanas, el misterioso encuentro extraterrestre y la batalla final sobre el portaaviones son escenarios que producen escalofríos y conducen fluidamente la historia.

Y si a eso le sumamos que el juego posee los mejores gráficos que he visto hasta ahora (no en mi computador, por cierto), la experiencia es demasiado enriquecedora y satisfactoria. El nivel de detalles, de vistas, de ambientación, todo es fenomenal y ultra minucioso. Y si están los requermientos técnicos necesraios, además de una pantallla de generosas dimensiones, el espectáculo puede llegar a ser de verdad único.

Quizás lo más fascinante del juego es el comportamiento de los enemigos. La inteligencia artificial (AI) de los monos en genral es sumamente creible y en ese sentido, la alemana Crytek hizo un trabajo de joyería. No sólo por el comportamiento enemigo antes de que seas sorprendido (conversando, saludando a superiores, meando, etc.), sino que al momento de descubrirte por cualquier tontera (la mira láser, la linterna, aparecer a campo abierto), los malos se reagrupan, se esconden, cubren, y se ponen a gritar como locos. Muy realista el comportamiento de los coreanitos.

Agáchate que vienen los indios: Nomad, con su nanosuit en armadura al máximo, trata de defenderse de un apestoso helicóptero. Si el cabro tiene el lanzacohetes, todo bien. Si no, ayayayayay…


Las armas y los vehículos creo que fueron absolutamente satisfactorios. Muy balanceados. Por un lado, conducirlos -en vistas en primera y tercera persona- fue muy agradable y útil, mientras que el arsenal y la particular customización de armas permitía dejar satisfecho al más reclamón.

Por otro lado, el personaje protagonista –Nomad– no es un modelo de caracterización, pero es atractivo, al igual que el traje, el famoso nanosuit. Curiosamente, el personaje que más atrae por personalidad es uno de los aliados d elas Fuerzas Especiales, Psycho, que justamente será el protagonista de la secuela del juego. A propósito, ahora resta esperar qué depara el famoso Crysis Warhead (extensión independiente del juego original), que saldría en un par de semanas más, y ver si lo que ha dicho Crytek sobre una trilogía basada en el universo Crysis será o no cierta. Ojalá sí lo sea.

Por lo pronto, el Crysis ya se ha ganado un sitial especial en el corazoncito de este redactor. Maximum game!

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Too Human: More Human than Human


El título, claro, hace alusión a ese clásico noventero de White Zombie. Pero hasta ahí llegan las similitudes de este juego que se demoró diez años –¡una década!– en ver la luz del día. Casi como el caso del Duke Nukem Forever. Pero más piola. Y en este caso, por lo menos, el juego finalmente sí salió.

Desarrollado por la canadiense Silicon Knights, el juego inicialmente mostrado en la feria E3 de 1999 como un proyecto de cuatro discos, exclusivo para PlayStation. Al poco tiempo, el juego cambió de manos y pasó a Nintendo. Y ahí quedó el proyecto… durmiendo. Eso, hasta el 2005, cuando la desarrolladora anunció una alianza con Microsoft para hacer un triología exclusiva para la Xbox 360.

Forward a agosto del 2008. Estamos en las oficinas de Microsoft Chile para probar finalmente el juego, que debuta esta semana en Chile y el mundo. Y el resultado es un tanto dispar. O más bien, genérico. Porque uno se imagina que si el juego se demoró 10 años en realizarse, uno supone que el tiempo invertido debiera verse reflejado en los gráficos, la jugabilidad, las cinemáticas, etc. Pero no.

Too Human es un hack’n slash futurista en tercera persona con un fuerte sabor a rpg. De lo que se puede intuir, la historia versa sobre dioses nórdicos cibernéticos (!) y Baldur, hijo de Odín y protagonista del juego. Esta gente vela por la raza humana ad portas a una invásión de máquinas sedientas de sangre. La verdad es que la historia es muchísimo más alamabicada, compleja e inentendible que esto, pero por ahí va la cosa. Creo.

God of War futurista: Nunca tanto. Sí, se actualizan distintas armas, el personaje tiene cara de pocos amigos todo el rato y es más malo que pegarle a Dios. Pero hay años luz de distancia entre uno y otro.


El resultado, como decíamos, es promedio. No sólo por la historia. Las cinemáticas que acompañan al juego no aportan demasiado (más bien confunden) y los combates son algo repetitivos. Lo iunteresnate son justameneten los detalles sacados de algún juego de rol: las clases de combatientes, la actualización y upgrade de armas y habilidades, acumulación de tesoros, etc.

Quizás lo más interesantes sean los modos de combate, en donde se mezcla ataques de armas en mano (o melée), que incluyen espadas, martillos y cuanto tontera se imagine, mezclado con pistolas, rifles, lásers y todo eso. O sea, para todos los gustos.

Así mismo, las críticas de la prensa esdpecializada también han sido dispares, aunque inclinándose más hacia lo positivo. Metacritic, hasta ahora, le da un un puntaje de 68 a las reseñas obtenidas. No está mal. Pero pudo haber sido mejor. Mucho mejor.

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Reseñas·Videojuegos

TimeShift: Chanta la Moto

 

Este juego, realizado por el estudio ruso-norteamericano Saber Interactive, fue de aquellos proyectos que estuvieron en el papel por más tiempo del que uno hubiese querido. Problemas varios durante su desarrollo se encargaron de llenarlo de rumores y fechas que se iban posponiendo. Hasta que finalmente le jueguito vio la luz y, bueno, todo finalmente fue mucho ruido y pocas nueces. Pero las pocas nueces, digámoslo desde ya, no están nada de mal.

El Timeshift en un shooter de ciencia ficción en primera persona que se nutre de otros juegos que recorren la misma senda post apocalíptico-futurística, como la saga Half-Life. Pero con clima lluvioso. En este caso, la historia y la ambientación del juego, si bien están logrados –sobretodo los escenarios al aire libre– no pasan de ser finalmente lugares genéricos para ejercitar disparos y explosiones. De la misma manera, los enemigos son soldados humanos revestidos con gruesas armaduras, como ya se ha visto infinidad de veces. En ese sentido, se ha visto lo mismo, mejor hecho.

Pero la gran gracia del Timeshift es, como se nombre en inglés lo indica, la posibilidad de manipular el tiempo. Tal cual. Porque el cibernético traje del protagonista le permite al jugador ralentizar, detener o derechamente revertir el tiempo. Literalmente.

Time stands still: la posibilidad de manipular el tiempo -a veces para sadísticas diversiones- es lejos lo más interesante del juego. El resto va ok. Para fanáticos de los fps. Como un amigo que conozco.


Este truquito, matizado con excelentes efectos especiales, es lo que le da el plus de originalidad al juego, al tener la posibilidad de contar con múltiples maneras de acercarte a tus enemigos y aniquilarlos sin que se den cuenta.

Lo mejor: robarles las armas y, una vez que el tiempo se restaura, ver sus caras de asombro al constatar que “alguien” le robó sus metralletas, para luego reventarles la cara de un escopetazo en la nariz. Notable.

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Noticias·Videojuegos

Juegos Olímpicos y Videojuegos

Mientras veo a miles de chinos hacer coreografías imposibles durante la inauguración de los Juegos Olímpicos 2008 de Beijing, no me queda más que preguntarme… ¿y los videojuegos, qué? Tranquilidad, porque lógicamente algo de eso hay. Y hace ya un buen rato. Revisemos.

Por un lado, tenemos a Sega como el publisher "oficial" de estos JJ.OO. que, cómo no, ha hecho un par de jueguitos homenajeando estos eventos deportivos. La lata es que la mayoría de las veces, justamente estos juegos son básicamente un compendio más o menos débil de competencias deportivas que, más allá de tener -quizás- gráficos atractivos, no logran generar mayor admiración.

En esta oacisón, entonces, le tocó a Sega. Presentaron el Beijing 2008 hace como un mes, con críticas bastante dispares y para todos los formatos, obvio. Personalmente aún no he tenido el placer de jugarlo, pero me entero de que el juego consta de 35 disciplinas oficiales -además de modos online- que se desarrollan en los recintos oficiales, incluido el famoso Cubo de Agua. (Vía Reuters)


Mientras, y de manera exclusiva para la Wii y el Nintendo DS, Sega sacó una compilación deportiva de corte más arcade que tiene nada menos que a los monos del universo de Mario y Sonic compitiendo entre sí, como un crossover videojueguístico deprotivo en el Mario & Sonic at the Olympic Games.

La versión en DS la tengo en mi poder y sí, es entretenida y novedosa principalmente gracias al aporte del stylus. Pero tampoco es para volverse loco. Digamos que está ideal para ponerse a tono con estos JJ.OO. O para ponerse a jugar en caso de que algunos relatores se pongan particularmente lateros. O mamones.

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Ninja Gaiden II: Voy a Perder la Cabeza por tu Amor

La situación es la siguiente: estuve prácticamente todo el fin de semana jugando Ninja Gaiden II. Todo bien. El juego es apasionante, visualmente muy atractivo, entretenido, violento y todos esos comentarios que hacen disfruta un juego. Incluso, el juego ha tenido objetivamente buenos comentarios. Hasta ahi, todo bien.

El problema se poresenta a la hora de enfrentar a los bosses. Y claro, puede ser que al final de las primeras etapas no cueste tanto superarlos. Pero inevitablemente llegará un punto en donde no podrás pasar al boss de la etapa. Estamos hablando de que aún utilizando un faq o un cheat, y aún así no se puede superar.

En mi caso, ese maldito punto llegó al final de la tercera etapa del juego. Todo iba bien hasta que me tocó enfrentarme al boss de la tercera etapa, un tal Demon Train, una especie de monstruo metálico en forma de tren eléctrico, muy freak, y muy mañoso de matar. Lo intenté de varias maneras y nada, hasta ahora no he podido superarlo. Es más, me entero de que es el boss más apestoso de todo el juego, según opiniones de algunos foros.

¿Qué pasa? Pasa que simplemente llegas a un punto de frustración en donde simplemente no puydes seguir avanzando. Y tiras el control por la ventana y apagas la consola con rabia y todavía más frustración. Pasa el rato, te calmas. Quieres seguir jugando, saber qué nuevos escenarios y villanos aguradan. Pero no. Vuelves a pelear con el boss y te sigue machacando deonde mismo. Resultado: vuelves a tirar a la cresta el control y pones el Grand Theft Auto.

Voy a perder la cabeza por tu amor: los desmembramientos están a la orden del día en el Ninja Gaiden II. Y los cariuctarurescos chorros de sangre provocan alegría en el jugador. Lo que no provoca sonrisas es la a veces inaguantable dificultad del juego.


Pregunta: ¿cómo puede ser que considerando la actual arquitectura de un videojuego, éste pueda perder toda su vida útil debido a que un mono no te dejó avanzar más? O sea, ¿es ese el final del juego? No debiera ser. Si Team Ninja, desarrolladores del juego, hubiesen sido más considerados, en primer lugar quizás no deberían haber generado una curva de dificultad tan bruta; y segundo, hubisese sido lindo que existiera la posibilidad de proseguir por otro lado en caso de quedarse pegado. Como sí sucede con el Grand Theft Auto.

Ahora, no quiero que se me malinterprete: el juego es bueno. Incluso muy bueno. Pero es impresentable que a estas alturas del partido exista un valla que no te permita avanzar en el juego. Porque así, todos perdemos. Además que es un detalle tan noventrero

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Grand Theft Auto Manía (#8): Primeras Impresiones


Lo había prometido, y bueno, (casi) he cumplido. Dije que no escribiría más sobre el Grand Theft Auto IV hasta que lo tuviera en mis manos. Pues bien, ya lo tengo (yes!), en su gloriosa versión para Xbox 360, carátula con relieve y todo. Lo conseguí durante la hora de almuerzo del viernes y tuve que bancarme toda la tarde en la pega, ansiosísimo, hasta que me pude escapar a mi casa para jugarlo. Y de ahí no paré. Por un buen, buen rato. Y varias horas después, apenas puedo decir que recién estoy comenzando el juego. Vayan entonces las primeras impresiones, hoy sábado en la mañana.

Primero que nada, el juego es GTA puro, no adulterado. Tiene todo el espíritu de los capítulos anteriores y se nota que es un producto Rockstar. Y no es un salto ultra mega sofisticado, lo que se agradece (creo). Y en ese sentido, su look & feel es perfecto y balanceado para quienes querían ver algo novedoso, más brillante, más next-gen, e ideal para quienes se acerquen a la saga por primera vez. Tiene miles y miles de pequeños detalles, chistes, diálogos y elementos –en distintos niveles– que van a arrancar sonrisas durante varias partes del juego. Rockstar style, claro. ¡Si hasta Chile sale mencionado (para variar) en una de las escenas!


Pero seré quisquilloso. Partiendo de la base de que todo el juego se ve, escucha y siente como pocos y ninguno (no por nada ha tenido puntuaciones perfectas en todos lados), me detendré en tres detalles negativos que me han llamado la atención inicialmente, luego de varias horas de juego y… para variar un poco de tanta cosa positiva.

  1. La conducción: Esta es probablemente la parte más importante del juego: manejar. Y más allá de que los autos, las vistas cinemáticas y los detalles de Niko manejando son para babear, la conducción de los autos es sumamente complicada. Inestable. Los virajes son demasiado sensibles, aunque asumo que con más horas de juego la cosa será asimilada. Pero en principio, manejar es complicadísimo. Uno dobla y el auto se vuelca. Casi siempre.

  2. Subir escaleras: Claro, se puede escalar. Pero curiosamente, Rockstar eligió el modo más engorroso posible para subir una escala. Acercarse y apretar Y y Niko sube. Suena fácil, pero uno puede perder preciosos segundos hasta que finalmente el mono comienza a escalar.

  3. La cámara: Ah, la clásica queja de la saga. ¿Qué sería de un juego GTA sin problemas de cámara? Acá, increíblemente, vuelve a pasar. Entonces, existen muchas situaciones en donde no podremos ver lo que queremos, la cámara se vuelve loca, no se logra “apuntar” como se debe, etc.

Bad cops, bad cops: Acá, una instantánea de Niko escapando de los malos o los pacos pacos, cosa que pasa bien seguida en el juego. También es común que en la curva que viene, Niko se saque la cresta porque el auto se volcó.

Eso. Y aclaro: son detalles casi menores. El resto es perfecto: el soundtrack, la historia, los diálogos (insisto, unas joyas), el mismo personaje de Niko (digno de un Oscar) y especialmente, la ciudad. Es agobiante tanta “libertad”. Pero ojo, definitivamente esa sensación era muchísimo mayor con el San Andreas, cuyo territorio era todo un estado norteamericano.

Es más: en principio, la sensación inicial que me queda es que el juego se parece más al Saints Row (se viene secuela, cabros) que al San Andreas. Y no sé si eso es bueno, malo o qué. Pero detalles menores, créanme. El juego es un must, un evento que hay que conocer y un nuevo estándar a la hora de jugar videojuegos. Rockstar, alabado seas.

Ahora, si me permiten, he de volver al juego.

 

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[Reseña] Super Smash Bros. Brawl: Todo Vale

Por Mario Caruffo Madrid / Afrokid Administrador Wiichile.com

(Esta reseña sobre el juego más popular actualmente para el Nintendo Wii fue redactaba por el arriba suscrito, para la edición de abirl de la revista CeroUno. Mario se prestó gentilmente a colaborar, ya que a mí ni siquiera me mandaron un pantallazo del juego. Wena onda…)

Para los fanáticos de Nintendo, la espera llegó a su fin el domingo 9 de marzo. Ese día, con una afluencia de gente en las tiendas que pocas veces se ha podido ver con un videojuego, fue el lanzamiento de Super Smash Bros. Brawl, el juego de peleas insigne de Nintendo y uno de los más esperados del año pare el Wii. El fanatismo se tradujo en un millón de copias vendidas a dos días de su lanzamiento.

El juego ha alcanzado su popularidad no sólo por ser uno de los crossovers de videojuegos más grandes de la historia, sino también por tener un modo de juego muy simple, ya que contamos con dos botones de ataque, uno de salto y ya. Sobre esta base se van generando las combinaciones de combos y patadas. Esta tercera entrega de la serie destaca por su cantidad de personajes, incluyendo a íconos de otras empresas como son el caso de Solid Snake (Konami) y Sonic (Sega).

Si bien la jugabilidad es bastante conservadora en relación a sus anteriores entregas, tiene ciertos cambios que renuevan la dinámica haciendo el juego más balanceado. A pesar de que el mayor atractivo del Wii es su mando con sensor de movimiento, el juego no incluye ninguna optimización para éste, ni siquiera en los menús, lo que puede ser un punto negativo. Sin embargo, se agradece que no forzaran su implementación como ha ocurrido en otros juegos.

Se pueden elegir cuatro formas de batallar: con el mando clásico, Wiimote, Wiimote + Nunchuk y Gamecube Controller. Creo que todos aquellos que jugaron Melee se van a sentir más cómodos con ésta última opción, ya que mantiene la configuración de dicho juego. Porque si bien el Wiimote + Nunchuk es cómodo, requiere de una mayor curva de aprendizaje.

Todos contra todos: es la filosofía del juego. Nintendo, Sega, toda la carne a la parrilla. Y al parecer, por las hordas de fanáticos que tienen el juego, la cosa funciona bastante bien. Por mi parte, yo ni siquiera lo he podido ver en acción.

El valor de replay es increíble. Desde un sistema de trofeos (similar a los achievement de la Xbox 360), hasta la posibilidad de jugar clásicos cómo el Super Mario Bros, Super Metroid, Ice Climbers, etc. en sus versiones originales, durante un tiempo determinado. También destaca su banda sonora, una de las más grandes jamás vista, superando las 150 canciones, muchas de ellas con arreglos nuevos.

Pero lejos el mejor agregado es el “Subspace Emissary”, modo que nos trae remembranzas de los cada vez más extintos juego de plataformas horizontales, donde utilizando diferentes personajes del juego deberemos ir pasando etapas en solitario o en modo cooperativo, todo esto acompañado por secuencias de video de alta calidad que van narrando la historia.

Dentro de los aspectos negativos hay momentos de carga que a veces superan los 20 segundos, la nula optimización del wiimote y el no tener un mecanismo de voz chat en las peleas opacan un poco la performance del juego.

Smash Bros., es uno de los títulos potentes del 2008 y ha logrado sortear con éxito una tarea compleja el no quedar bajo la sombra del también popular Melee y continuar con el legado de la saga, la adición de peleas en línea (con un retraso o lag casi inexistente) y la cantidad de extras disponibles. Todo esto lo hace ser un título obligado y de lo mejor que tenemos actualmente para el catálogo del Nintendo Wii.

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[Reseña] Burnout Paradise: Highway Star

Había expectación. Ansiedad y por sobre todo, curiosidad. Por mi parte, al menos. Porque el popular título de carreras diseñado por Criterion, y que está orientado a gente que justamente NO le gustan los juegos de carrera tradicionales tipo Gran Turismo, daba un cualitativo salto para las actuales consolas. Y porque, bueno, es mi saga de juegos de carrera favorito.

Porque más allá de contar con el clásico tono de choques, velocidad extrema y destrucción automovilística que ha hecho de esta saga una favorita, hay un par de novedosos detalles: espacios abiertos (tipo Need for Speed) y jugabilidad online. Todo eso, claro, sobre la base de grandes mejorías gráficas y finísimos detalles a la hora de apreciar un auto estrellándose contra otro entre vidrios y fierros retorcidos. Aclaremos de inmediato: los gráficos de este nuevo Burnout son sobresalientes en ese sentido.


Pero es la libertad de manejar a donde a uno se le antoje y tomar las pruebas que uno guste es lo que hace que el título destaque entre los anteriores capítulos que poco innovaron el estilo.
Estilo de juego que nos encanta, seamos claros: porque se mantiene esa adrenalina de velocidad, las locas y agresivas carreras, los exuberantes choques y los escenarios exóticos de fondo. Lo que ya no están son los menús de carga, la selección de carreras y el avance por medallas obtenidas. En vez, estamos en Paradise City, ciudad abierta (que sí, algo tiene que ver con Guns n’ Roses).

Take me down to Paradise City where the grass is green and the girls are pretty: Así reza la canción, que adorna los títulos del juego. Pasto hay, pero chicas lindas no. Así que no se hagan ilusiones. Los autos están de miedo, eso sí.


En ella, conviven escenarios rurales y urbanos en amplios espacios, llenos de puentes, atajos, túneles y caminos secundarios. En algunos cruces y puntos se encuentran repartidos los eventos y las distintas carreras, 120 en total. No hay que clasificar ni nada: todo está disponible desde que se aprieta por primera vez el acelerador.

En palabras de Alex Ward, uno de los creadores del juego, es una “total reinvención de la franquicia”. Ahora existen condiciones climáticas y ciclos de noche y día que pueden alterar el desempeño al manejar. También, existen montones de datos, puntajes y estadísticas para tener todos los detalles a mano.

¿Parche curita?: No hay de qué preocuparse. Ningún ser humano conduce los autos en el juego. En serio. De hecho, los autos se manejan solos y no se ve ningún ser humano. En ninguna parte. Paradise City debe ser la ciduad más desierta y transitada del universo.

Pero también está el tema de la dificultad. Acá es donde el juego se puede escpara de las manos y puede llegar a transformarse en algo realmente frustrante: los choques, la sensibilidad, ver a cada rato cómo tu auto se hace maravillosamente añicos (las primeras 10 veces es choro; luego es una lata).

Y la pregunta del millón: ¿hay “Crash Mode”, acaso lo mejor del juego en donde chocar y cometer la mayor destrucción posible era la premisa? Sí y no. El tradicional “Crash Mode” ya no está, pero sí una nueva versión llamada “Showtime”, a la cual se puede acceder en cualquier momento del juego y que sí, resulta divertido ver cómo tu vehículo, cual bola de flipper, se mueve por las autopistas destruyendo autos. Pero al final, no iguala en destrucción al insuperable Crash Mode. Eso se echó de menos.

¡Echen pajaaaaa!: en la modalidad "stunt", el que rompe más leteros, se pega más vueltas y se manda más saltos, gana. El resto, derecho al hospital. Así que no inteneten esto en casa. O en la calle.


El juego ha tenido excelentes críticas y un buen puntaje en GameRankings, además de una muy buena recepción por parte del público, lo que automáticamente lo ensalza como el juego de carreras que hay que tener. Personalmente, el juego me enrabia repetidamente y he estado a punto de lanzar el control por la ventana. Pero pasa. Porque nunca chocar fue tan divertido y tan frustrante a la vez.

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Reseñas·Videojuegos

Hellgate: Panic in the Streets of London

A pesar de que los fanáticos lo nieguen o no quieran reconocerlo, el PC está quedando relegado a juegos de nicho. Si antes el PC era una plataforma más, ahora se ha transformado en un bastión para simuladores, juegos de rol masivo y de estrategia. Ni siquiera los shooters en primera persona –género punta de lanza para los juegos para PC– ha podido resistir al atractivo poder y accesibilidad de una consola.

El caso del Hellgate: London confirma lo anterior: un juego exclusivo para PC, que eventualmente podría caer a las consolas, pero que se siente mucho más cómodo en un computador. Y cómo no, es justamente un juego de estrategia en tiempo real con toques de shooter en primera/tercera persona y de multiplayer masivo, con pagos de suscripción, formación de clanes y todo. El resultado final es interesante, a ratos entretenido, pero no impresiona. Cómo sí lo hizo, por ejemplo, el World in Conflict, aunque sean distintos entre sí.

Si bien el juego posee elementos para una campaña a solas, son los elementos en línea los que le sacan el jugo al juego. La premisa se ambienta en un Londres post apocalíptico. Es el año 2038 y la capital inglesa está dominada por diversos demonios que infestan calles, laberintos y zonas abiertas de la ciudad. Como buen juego de rol, el personaje que se elige para combatir los bichos dependerá de los gustos del jugador y las distintas clases disponibles. Además, el juego presenta un motor capaz de generar enemigos y mapas al azar, lo que le otorga una frescura única. Todo, gracias a la gente de Flagship Studios, los mismos creadores del popular saga Diablo.

Panic on the streets of Camden Town: mezcla de ciencia ficción con imaginería medieval, el Hellgate es sumamente atractivo, peo le falta un no se qué…

De hecho, muy similar en estructura al Diablo, pero enchulado para las nuevas generaciones, Hellgate: London es un juego específicamente diseñado para gente que aún se mantiene fiel y fanática de los juegos para PC, esa que prefiere un mouse y un teclado antes que un joypad. Y de que las hay, todavía las hay. Por mi parte, creo que ya voy en retirada.

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