Reseñas

BURNOUT PARADISE: HIGHWAY STAR

Había expectación. Ansiedad y por sobre todo, curiosidad. Por mi parte, al menos. Porque el popular título de carreras diseñado por Criterion, y que está orientado a gente que justamente NO le gustan los juegos de carrera tradicionales tipo Gran Turismo, daba un cualitativo salto para las actuales consolas. Y porque, bueno, es mi saga de juegos de carrera favorito.

Porque más allá de contar con el clásico tono de choques, velocidad extrema y destrucción automovilística que ha hecho de esta saga una favorita, hay un par de novedosos detalles: espacios abiertos (tipo Need for Speed) y jugabilidad online. Todo eso, claro, sobre la base de grandes mejorías gráficas y finísimos detalles a la hora de apreciar un auto estrellándose contra otro entre vidrios y fierros retorcidos. Aclaremos de inmediato: los gráficos de este nuevo Burnout son sobresalientes en ese sentido.


Pero es la libertad de manejar a donde a uno se le antoje y tomar las pruebas que uno guste es lo que hace que el título destaque entre los anteriores capítulos que poco innovaron el estilo.
Estilo de juego que nos encanta, seamos claros: porque se mantiene esa adrenalina de velocidad, las locas y agresivas carreras, los exuberantes choques y los escenarios exóticos de fondo. Lo que ya no están son los menús de carga, la selección de carreras y el avance por medallas obtenidas. En vez, estamos en Paradise City, ciudad abierta (que sí, algo tiene que ver con Guns n’ Roses).

Take me down to Paradise City where the grass is green and the girls are pretty: Así reza la canción, que adorna los títulos del juego. Pasto hay, pero chicas lindas no. Así que no se hagan ilusiones. Los autos están de miedo, eso sí.


En ella, conviven escenarios rurales y urbanos en amplios espacios, llenos de puentes, atajos, túneles y caminos secundarios. En algunos cruces y puntos se encuentran repartidos los eventos y las distintas carreras, 120 en total. No hay que clasificar ni nada: todo está disponible desde que se aprieta por primera vez el acelerador.

En palabras de Alex Ward, uno de los creadores del juego, es una “total reinvención de la franquicia”. Ahora existen condiciones climáticas y ciclos de noche y día que pueden alterar el desempeño al manejar. También, existen montones de datos, puntajes y estadísticas para tener todos los detalles a mano.

¿Parche curita?: No hay de qué preocuparse. Ningún ser humano conduce los autos en el juego. En serio. De hecho, los autos se manejan solos y no se ve ningún ser humano. En ninguna parte. Paradise City debe ser la ciduad más desierta y transitada del universo.

Pero también está el tema de la dificultad. Acá es donde el juego se puede escpara de las manos y puede llegar a transformarse en algo realmente frustrante: los choques, la sensibilidad, ver a cada rato cómo tu auto se hace maravillosamente añicos (las primeras 10 veces es choro; luego es una lata).

Y la pregunta del millón: ¿hay “Crash Mode”, acaso lo mejor del juego en donde chocar y cometer la mayor destrucción posible era la premisa? Sí y no. El tradicional “Crash Mode” ya no está, pero sí una nueva versión llamada “Showtime”, a la cual se puede acceder en cualquier momento del juego y que sí, resulta divertido ver cómo tu vehículo, cual bola de flipper, se mueve por las autopistas destruyendo autos. Pero al final, no iguala en destrucción al insuperable Crash Mode. Eso se echó de menos.

¡Echen pajaaaaa!: en la modalidad "stunt", el que rompe más leteros, se pega más vueltas y se manda más saltos, gana. El resto, derecho al hospital. Así que no inteneten esto en casa. O en la calle.


El juego ha tenido excelentes críticas y un buen puntaje en GameRankings, además de una muy buena recepción por parte del público, lo que automáticamente lo ensalza como el juego de carreras que hay que tener. Personalmente, el juego me enrabia repetidamente y he estado a punto de lanzar el control por la ventana. Pero pasa. Porque nunca chocar fue tan divertido y tan frustrante a la vez.

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Comics·Reseñas

TUROK: PARQUE JURÁSICO

Atención a los nostálgicos: este Turok no es precisamente una continuación ni tampoco tiene que ver con la saga iniciada en 1997 para el Nintendo 64, y que fue una pequeña sorpresa al mezclar en un juego de disparos tradicional elementos jurásicos como dinosaurios, junglas y su protagonista, un indio nativo norteamericano que cazaba velociraptors y mercenarios. Todo, sacado originalmente del cómic del mismo nombre.

En vez, esta es una reinvención. Ignorando los seis títulos anteriores basados en esa premisa original, la franquicia fue retomada por los estudios Touchstone -en su primer juego- y rediseñada como un sólido shooter en primera persona, pero que nunca despega del todo. El indio nativo ya no está, pero los dinosaurios sí, y durante el juego pueden participar como enemigos o aliados, dependiendo del jugador, lo que le da un cierto toque táctico al juego.

Esta vez, el protagonista es Joseph Turok un tipo con entrenamiento militar –y sólo de raíces indias, el único guiño a la serie original– que debe detener a una horda de patos malos en un planeta verde alterado genéticamente. La típica.

¿Va a servirse otro?: un velociraptor se come a un humano como si fuese un Big Mac. Es la esencia del juego: cazar o ser cazado. Y chao con el cuidado de los animales.


El juego funciona como cualquier fps y en ese sentido no aporta mayores novedades a un género que ya se sostiene por sí mismo, sobre todo tras la horda de excelentes shooters como el sensacional Call of Duty 4. En vez, el Turok se la juega por crear escenarios gráficamente sobrecogedores –la mayoría detalladas y frondosas junglas–, pero que tampoco son algo que logre de verdad destacar. Hay un buen arsenal de armas (incluido el arco y flecha original) que incluso se pueden tomar en ambos brazos, como en el
Halo. Pero fuera de eso, y de un buen sistema multiplayer, poco más.

Sólo recomendable para fanáticos de las aventuras en primer apersona, nostálgicos y fans de Jurassic Park. Si les srive de referencia, en Metacritic el juego promedió 69 puntos. No está mal, pero tampoco es para volverse loco.

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Reseñas

HELLGATE: (PANIC IN THE STREETS OF) LONDON

A pesar de que los fanáticos lo nieguen o no quieran reconocerlo, el PC está quedando relegado a juegos de nicho. Si antes el PC era una plataforma más, ahora se ha transformado en un bastión para simuladores, juegos de rol masivo y de estrategia. Ni siquiera los shooters en primera persona –género punta de lanza para los juegos para PC– ha podido resistir al atractivo poder y accesibilidad de una consola.

El caso del Hellgate: London confirma lo anterior: un juego exclusivo para PC, que eventualmente podría caer a las consolas, pero que se siente mucho más cómodo en un computador. Y cómo no, es justamente un juego de estrategia en tiempo real con toques de shooter en primera/tercera persona y de multiplayer masivo, con pagos de suscripción, formación de clanes y todo. El resultado final es interesante, a ratos entretenido, pero no impresiona. Cómo sí lo hizo, por ejemplo, el World in Conflict, aunque sean distintos entre sí.

Si bien el juego posee elementos para una campaña a solas, son los elementos en línea los que le sacan el jugo al juego. La premisa se ambienta en un Londres post apocalíptico. Es el año 2038 y la capital inglesa está dominada por diversos demonios que infestan calles, laberintos y zonas abiertas de la ciudad. Como buen juego de rol, el personaje que se elige para combatir los bichos dependerá de los gustos del jugador y las distintas clases disponibles. Además, el juego presenta un motor capaz de generar enemigos y mapas al azar, lo que le otorga una frescura única. Todo, gracias a la gente de Flagship Studios, los mismos creadores del popular saga Diablo.

Panic on the streets of Camden Town: mezcla de ciencia ficción con imaginería medieval, el Hellgate es sumamente atractivo, peo le falta un no se qué…

De hecho, muy similar en estructura al Diablo, pero enchulado para las nuevas generaciones, Hellgate: London es un juego específicamente diseñado para gente que aún se mantiene fiel y fanática de los juegos para PC, esa que prefiere un mouse y un teclado antes que un joypad. Y de que las hay, todavía las hay. Por mi parte, creo que ya voy en retirada.

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Películas·Reseñas

WEEKEND ROUND UP 03/03/2008: CARNAZA EDITION


Acabo de terminar de jugar al Soldier of Fortune: Payback. Me demoré menos de una semana. Es un fps genérico, del montón, que ni siquiera se compara con las versiones anteriores del juego (especialmente con la segunda parte, el Double Helix, que hizo noticia hace algunos años por lo gore de sus desmembramientos). Ahora claro, si e spor disparar aras de distinto calibre, tirar grandas, volar autos y barriles y decapitar enemigos a punta de balazos, sí, el juego cumple como pasatiempo de fin de semana.

Voy a perder la cabeza por tu amor: No es un zombie, es simplemente una de las tantas víctimas a la que le volaron la cabeza de un escopetazo. En el juego, es tan común como el pan con mantequilla. Rico, pero mucho, enguata y cansa.


Sí me sorprende el poco esfuerzo a la hora de generar un juego que destaque. No te digo que todos los shooters de ahora ena delante deban ser como el Bioshock o el Call of Duty 4, pero por favor, un poquitito de creatividad. Desarrollemos la historia un poco. Agreguemos algo que no sólo sea correr y disparar (nada de malo con eso, pero al final cansa).

Lo divertido es que este fin de semana también vi Rambo. La nueva. La película es bastante discutible y Stallone se ve como si tuviera retención de líquido, pero sí satisface como cinta de acción y principalmente como ejercicio splatter. Es que es carnaza al chancho. La cantidad de ultraviolencia, chorros de sangre, decapitaciones y desmembramientos es de verdad increible. De hecho, es oficialmente la película que más muertes contiene en pantalla: 236 (ó 2.59 ¡por minuto!). De verdad que es heavy, algo gratuita, y no apta para estómagos sensibles. Nice.

Yo, Adriaaaaan!: La que le espera al soldado birmano es de miedo: un certero machetazo a la yugular. La cabeza sale volando con una fuente de sangre. Queda la grande. La diversión comienza. Es Ram-booo…

Y efectivamente, tiene bastante detalles que le dan similitudes con los actuales fps bélicos. El Philadelphia Inquirer lo dijo: "con su perspectiva en primera persona y su narrativa gun-and-run, ésta es una película para la generación PlayStation." Ja. Quizás no como el Call of Duty 4, como dijo un periodista no hace mucho, pero sí, justamente, con el Soldier of Fortune. Mal que mal, eso es lo que es Rambo: un mercenario bueno para sacar chorros de sangre.

Me gusta, eso sí, el detalle de que la Xbox se consolida como la plataforma favorita para fps. Porque confieso que a pesar de haberle hecho un considerable upgrade de hardware al PC, finalmente me quedo con las consolas para jugar. Lo frustrante del Crysis fue en parte la causa. Porque finalmente, la comodidad y la inmediatez para jugar son fundamentales. Si hasta el mismo Cliffy B -padre del Unreal Tournament y el Gears of War– lo reconoce.

¿Qué se viene? En consolas, tengo el Lost Odyssey en mi poder. También el Jericho. Se viene el Burnout Paradise (espero). De lo que acaba de salir o se viene luego, quiero el Frontlines: Fuel of War, The Club, el Army of Two, el Devil May Cry 4 (que siento que nadie lo pescó mucho), la nueva versión del maravilloso Bully, el Conflict: Denies Ops (que según reseñas es aún peor que el Soldier of Fortune) y cómo no, el juego de Lost, que tampoco ha tendio muy buenos comentarios.

Arena y sol: Sawyer y Michael (que reaparece junto a un crecido Walt en la cuarta temporada), son parte del tutorial de Lost: El Videojuego.


Como sea, durante el fin de semana estuve viendo los primeros cinco capítulos de la
cuarta temporada y están de pelos. Tremendos. Gran serie. ¿Y el juego? Nada aún por ahora, excepto este comentario por parte de los chicos de Eurogamer.

IN OTHER NEWS:

  • Lego y más Lego: A los ya anunciados Indiana Jones y Batman (justificdos por los próximos estrenos cinematográficos), ahora la fiebre Lego -que el pasado 28 de enero cumplió 50 años– se exande y suma… ¿al Halo? Así parece. Según la edición de abril de la revista Electronic Gaming Monthly (EGM para los amigos), ese es el plan de LucasArts, Bungie. Entonces, ¿para cuando podría estar el juego? Lo más probable es que nunca, y aquí viene la tramapa: es una broma del día de los inocentes o el Pez de Abril. Jo, jo, jo, very funny. (vía Joystiq)

  • Bioshock gana premio al mejor sonido del año: Así de específicos estamos. La ya premiada aventura submarina ahora acaparó las principales categorías de la sexta premiación anual de la Game Audio Network Guild (G.A.N.G. para los amiguetes). El juego se llevó ocho pemios en total, incluyendo audio, música y diálogos. Un aplauso, por favor. Gracias. (vía Gamasutra)

  • Take-Two se ríe de Electronic Arts: Una de las noticias importantes dentro de la industria esta semana fue la frustrada apuesta hecha por el gigante Electronic Arts -hoy el mayor desarrollador y distribuidor de videojuegs del mundo- para comprar Take-Two, empresa neoyorquina que cuenta con Rockstar y otras desarrolladoras más- y que está a punto de sacar al mercado el que de seguro será el juego del año: el Grand Theft Auto IV.

    La oferta de EA fue de $2 mil millones de dólares y Take-Two la rechazó. Es más, incluso se quebraron diciendo que hay otros interesados. Y quedó la crema. Las acciones de Take-Two se dispararon, todos especularon y opinaron, Activision dijo que no le interesaba Take-Two porque son basura, analistas saltaron diciendo que a Rockstar sí le convenía irse a EA, etc. Me encanta cuando la industria se mueve como panal de abejas.

  • Finalmente, para rematar, un favorito: Conan O’Brien. En su show estuvo hace poco Will Arnet, actor que algunos reconocerán por su papel de Gob en la subvalorada serie de tv Arrested Development, además de ser marido de la simpatiquísima Amy Poehler, de SNL. Pues bien, Arnet le confesó en cámar a Conan su fanatismo por el Call of Duty 4 y cómo juega online con sus amigos. ¡Grande Will!


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Reseñas

MASS EFFECT: AVENTURAS INTERESTELARES

Hay que aclararlo de inmediato: el Mass Effect (Bioware / Microsoft Game Studios) es un juego grande. Gigantesco. Pantagruélico. Y en todo orden de cosas. Es probablemente lo más cercano a una novela gráfica interactiva que podamos ver esta temporada y con un universo tan rico en detalles que no tiene nada que envidiarle a, digamos, la saga de La Guerra de las Galaxias.

Así de profundo y complejo es el Mass Effect. Porque el juego, en lo que a dimensiones se refiere, genera un universo de espacios, personajes e historias que perfectamente podría llenar varios temas de cualquier saga de ciencia ficción. Porque eso es lo que es Mass Effect: una gran aventura de ciencia ficción.

Estamos en el año 2183 y vastas partes del universo han sido colonizadas por humanos y alienígenas que viven en una frágil cordialidad interestelar. El protagonista es el Comandante Shephard (o “Pastor”, obvio), quien, tras una misión de rutina que termina mal, debe convencer al Consejo de una amenaza galáctica que puede poner en jaque a varias razas y planetas. De hecho, es probablemente la única persona capaz de detener una gigantesca guerra que parece ser inevitable.

El nivel de detalles del juego es realmente impresionante. No sólo gráficos (el juego se ve realmente next generation, con escenarios, texturas de piel y ojos que se ven como nunca), si no que desde la extensiva personalización del personaje (al que se le puede modificar TODO) hasta los lejanos rincones del espacio a los que es posible viajar y explorar; el juego es inmenso, complejo y detallista. Bioware, los mismos creadores canadienses del clásico Knights of the Old Republic, de verdad se las mandaron.

No sé tú, pero yo: casi como una postal de Benetton, el Mass Effect se jacta de sus relaciones interespecies. Incluso, sexualmente hablando.


Y ese puede ser justamente el gran problema del juego. ¿Quién puede hoy en día disponer de tanto tiempo libre como para engancharse, descubrir y explorar todas las misiones y detalles que ofrece? Son fascinantes muchas, claro, pero el tiempo que pide el juego es demasiado.

Mass Effect sólo puede ser disfrutado en su totalidad por algún estudiante durante sus vacaciones de verano. O alguien con demasiado tiempo libre en sus manos. Y no es justo. Es un lujo, pero un lujo que sólo unos pocos se podrán dar. Pero si pueden, prepárense para la aventura más ñoña y fascinante de sus vidas. Ideal para fanáticos del Sci Fi Channel.

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Tetris DS: Armando Filas


Para quienes ya superaron la barrera de los 30, pensar en el Tetris es transportarse en un viaje relámpago hacia la nostalgia ochentera de los Delta, en una época en donde los juegos de puzzles eran algo totalmente original y novedoso, que se alejaba radicalmente de los clásicos shooters donde la consigna era matar marcianitos. Claro, acá el objetivo del juego era simplemente armar filas en un espacio determinado, a partir de distintas piezas geométricas que iban cayendo sin parar y cada vez a mayor velocidad.

La simpleza del juego y la infinita creatividad del armado de las piezas para formar un “tetris” (es decir, borrar cuatro filas simultáneamente) transformaron el título en uno de los juegos más populares e imperecederos de la historia de los videojuegos, fama que ostenta hasta el día de hoy y con nuevas generaciones, a tal punto que ha sido trasladado prácticamente a todas las plataformas de juego existentes, además de celulares, calculadoras y otros chiches y en miles de variaciones.

El juego suena a ruso y es porque de verdad su origen es soviético. Creado en junio de 1985 por Alexei Pajitnov, esta enésima versión del juego, creada especialmente para el Nintendo DS, posee algunas particularidades que lo hacen un must para fanáticos de los juegos de puzzle.

De partida, el juego está diseñado para jugarlo vía wi-fi con hasta cuatro jugadores, o hasta 10 jugadores locales (¡con sólo un cartucho del juego!) en partidas competitivas múltiples. Eso ya es impagable y sumamente entretenido. Por cierto, si no te gusta sociabilizar online, siempre puedes tener al computador como tu contrincante.

Pero además, el juego consta de seis variedades sobre el juego original. Está el clásico Tetris, pero también hay modalidades en que hay que completar “misiones”, o mover bloques con el stylus, entre otras variaciones, seis en total que alargan gratamente la vida útil del juego.

Pero quizás el detalle que más llame la atención es la total ausencia de los ingredientes rusos originales (como el cosaco bailarín). En vez, el juego está representado por diversos íconos de la factoría Nintendo. Así, en la seis distintas modalidades, podemos encontrarnos con Mario, Donkey Kong, Zelda, Metroid, el Ice Climber y otros monos más de ese universo. Para bien o para mal. Como si reemplazaran el vodka por sake. Personalmente, eché de menos la música del juego original. Pero ya se sabe: son las nuevas generaciones las que mandan.

El juego salió en Marzo del 2006 y en Metacritic obtuvo un puntaje de 84. Nada de mal. Justificado, incluso, considerando que hasta ahora es de lo mejorcito -y más entretenido- que he jugado en la DS.

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[Reseña] John Woo’s Stranglehold: Tequila Time

(ACLARACIÓN: Esta reseña es parte de los últimos comentarios que escribí por casi dos años en la revista Rolling Stone. Por motivos ajenos a mi voluntad y porque estoy abocado a otros proyectos editoriales que espero detallar muy, muy pronto, esta columna -que pueden leer en la edición actual de la RS, con Soda Stereo en la portada- por ahora ha llegado a su fin.)

A estas alturas, cualquier lector de Rolling Stone debiera conocer al hongkonés John Woo. Eximio director de cintas de acción orientales, Woo comenzó a destacar en Occidente a fines de los ochenta. Una vez que su nombre comenzó a sonar, cintas como The Killer, A Better Tomorrow y Hard Boiled comenzaron a dar que hablar. Lo mismo pasó con su actor fetiche, Chow-Yun Fat. La última película que Woo hizo en Hong Kong antes de emigrar a Hollywood fue Hard Boiled, en 1992, un ultraviolento thriller policial que tenía todo el sello Woo: balazos a granel, coreografías de peleas, mexicanas, cámaras lentas y claro, las infaltables palomas blancas.

15 años después, y varias películas más en el bolsillo, Woo ha decidido realizar una secuela a Hard Boiled. Pero no en cine. En un videojuego. Porque Stranglehold es oficialmente la continuación de las aventuras del elástico Inspector Tequila Yuen. Chow Yun Fat vuelve a retomar su papel en el juego y desde hay que decir que el parecido gráfico es asombroso.

Are you talkin’ to me?: Chow Yun-Fat vuelve a ponerse los pantalones del acrobático Inspector Tequila. Y hay que decir que el parecido físico del mono es sorprendente.


La historia del juego comienza en Hong Kong, donde Tequila debe luchar contra tríadas chinas y mafias rusas con la misión de encontrar a una niña desaparecida. Entre medio, hay un policía muerto y dinero sucio involucrado. El título se juega en tercera persona y no hay que se muy brujo para adivinar que el juego es efectivamente un shooter en tercera persona que posee todas las características artísticas clásicas de John Woo.

Durante las batallas, que se desarrollan en diversos escenarios en donde todo el utilizable, desde cubrirse tras una mesa hasta ocupar un carritos para desplazarse y rematar a tiros a los malos. Todo, claro, muy estilizado y cool, y matizado con atractivas cinemáticas que le dan un espíritu muy cinematográfico al juego. Como de película interactiva.

El juego recuerda mucho al Max Payne. De hecho, una de las características del juego es el modo “tequila time”, en donde la acción se ralentiza –muy en la onda Woo nuevamente– y el jugador tiene la oportunidad de apuntar mejor y al mismo tiempo salir de algún aprieto. Como buen shooter, existe un variado arsenal de armas. ¿Que si Tequila es capaz de tener una pistola Beretta en cada mano, como suele pasar en las películas de Woo? Por supuesto. Es su marca registrada y en el juego eso también es posible.

Say hel-loo to mah littel friend!: con ustedes, una de las tantas batallas a balazos entre el Inspector Tequila y los patos malos.


En ese sentido, el Straglehold es un juego intenso, dramático y adictivo, con todo el estilo que puede tener una película de Woo. Es decir, se nota que el tipo estuvo involucrado en la creación del juego, desde la historia hasta las dinámicas de juego. O sea, un director de cine con alma gamer. Es lo que se lleva.

Al juego le fue bastante bien en general. GameRankings le ha dado un porcentaje de un 79% basado en reseñas de medios varios. Stranglehold cuenta además con un modo multijugador y está disponible para Xbox 360, PlayStation 3 y PC.

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Weekend Roundup: Edición Argentina 2 – Chile 0


Terminé el Bioshock y quedé gratamente encantado con el juego. Lo terminé ayer durante el día, antes y después del partido Chile-Argentina y me atrevería a decir que es probablemente el mejor shooter en primera persona que eh jugado desde el Half-Life 2. Así de bueno es.

Básicamente, hubo tres componentes que me encantaron: la historia (elaborada, profunda, original, sorpresiva y con excelente personajes como el insuperable Big Daddy, en la foto), los gráficos (verdaderamente de nueva generación, además de contar con una cuidada y detalladísima dirección de arte y la dinámica de juego (que incluye puzzles, algo de rpg y un poderoso y mega cool arsenal de modificaciones genéticas y armas retro).

Y bueno todo lo demás que se requiere para aventuras de este tipo: adictivo, sicótico, con una buena curva de dificultad, atmosférico, violento, con una banda de sonido única y con la inmejorable posibilidad de guardar el juego en cualquier momento. Finalmente, muy superior al Halo 3 (que ojo, es un estupendo juego). A todo esto, tuve la posibilidad de ver el juego corriendo en pc con dos tarjetas Nvidia y se veía alucinante. Mejor que en la Xbox 360.

Mientras tanto, sigo explorando los juegos del Nintendo DS y mis impresiones en general no son muy buenas. Básicamente, no sólo porque encuentro que gráficamente la consolita es pobre (¿porqué Nintendo nunca se la juega por algún tipo de sueprioridad gráfica? De hecho, tengo el recuerdo que ya en los 80s, los juegos para Sega siempre eran más bonitos que los de Nintendo), peor aún: tiene esa apestosa cualidad infantililla y medio rpg (con esas interminables introducciones de texto que me revientan) tan característica de la casa de Mario y que te dice que eres demasiado guailón para estar jugando con esas cosas. Obviamente hay títulos que salvan bastante, pero no son muchos. Ya se viene el mega review…

IN OTHER NEWS:

  • Más ferias: este jueves 18 -y hasta el domingo 21- debuta la E for All Expo en Los Ángeles, una suerte de feria pública dedicada, cómo no, al magnánimo pasatiempo de los videojuegos y la entretención interactiva (y por acá cuando, ¿ah? Bueno, estuvo la Animé Expo, pero nah). El evento le lleva . El gran detalle es que esta feria, que cuenta con el patrocinio de la Entertainment Software Association (ESA), vendría a ser una especie de sucesora de la vieja E3, la feria que hasta el año pasado era la más popular en estas lides y que el 2007 se achicó para ser sólo un eventillo para la industria y la prensa especializada. La idea es que esta feria sea abierta para toda la gallá.

    Según el programa, Nintendo (quien anunció que no bajará de precio el Wii para las fiestas navideñas) es quien más presencia tendría en esta feria, que además permitirá probar nuevos títulos y comprar prodctos que an no han salido a la calle. Habrá conferencias, exhibiciones de arte, salas de negocios, merchandising al por mayor e incluso estará la gente de ese show de música videojueguística (me gusta inventar neologismos) que se llama VideoGames Live. Se ve choro. Iría feliz a dar una vuelta.

  • Las mejores 25 cinemáticas: en general, siento que a la gente no le gusta mucho ver escenas introductorias en los juegos. Eso que se llama cinemáticas. Parece que a la gallá no le gusta perder tiempo y prefiere ir director al grano. O al juego, en este caso. Yo prefiero ver las introducciones. Me gustan. Me divierten. Y creo que a la larga definen el espíritu del juego. Gamespy realizó un ranking con las 25 mejores cinemáticas y esta es la lista (vía Ecetia, la versión en español) para que se hagan una idea de lo que estoy hablando. ¿Ustedes tienen alguna? Yo quiero hacer una lista con las mejores introducciones o secuencias de créditos de juegos. Pero de seguro ya existe alguna por ahí…

  • We Didn’t Push the Pixels: el video de la semana se lo lleva este mashup extraído del sitio freak Game Jew (judío tenía que ser) basado en el clásico hit radial de 1987 We Didn’t Start the Fire, de Billy Joel. Al igual que la canción original, el videíto muestra hitos históricos, pero de las primeras generaciones de consolas. Je. Simpático.




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Reseñas·Videojuegos

Earth Defense Force 2017: Rápido y Furioso (Y con Poco Presupuesto)

Estamos frente a una nueva generación de juegos, y como tal, se exige rigurosidad acorde con los tiempos: se demanda producción, buenos gráficos, historia, etc. Es natural. Puede que los juegos actuales tengan más peso tecnológico y logren generar mayor impacto visual. Es cierto. Y es agradable constatar como la tecnología efectivamente va avanzando de la mano con nuestro pasatiempo favorito. Pero hay algo que es irremplazable y que finalmente decide si el juego vale la pena o no: su factor de entretención. Si un juego entretiene, puede pasar la prueba con honores. Mientras, por muy visualmente sorprendente que sea otro, si es fome, nunca se ganará el corazón de un gamer. Puede que sorprenda por unas horas y ya. Sería todo. Y este titulo menor es un muy buen ejemplo del primer caso. O sea, entretención pura.

El escenario del Earth Defense Force 2017 no puede ser más sencillo. Ñoño, incluso. Eres parte de una tropa de elite encargada de defender el planeta de una ominosa invasión extraterrestre que incluye hormigas gigantes, arañas gigantes, robots gigantes y platillos voladores gigantes. Todo es gigante en el juego. Enormemente gigante. Y en grandes cantidades. Hay veces que las oleadas de hormigas, robots y arañas ahogan la pantalla y uno exclama frases del tipo “¡Se pasóooo!”, “Musho”, “Qué abuso” o “¡Este juego sí que es chulo!”. Eso último también se repite harto durante el juego.

Pasa que la producción del juego se nota que no contó con mucho presupuesto: los monos son rascas, los gráficos son pobretones, el doblaje en inglés son cursis y parece que fueron hechos por la familia de los diseñadores antes que por actores profesionales. Los bichos son chulos y la onda del juego es media flaite. En resumen, se nota que el juego fue hecho con dos pesos.

Pero qué más da. La entretención es lo que prima en este discreto, pero altamente atractivo shooter en tercera persona proveniente de Japón. De hecho, esta es técnicamente la tercera parte de una saga en donde bichos gigantes y humanos armados pelean frente a frente, de gran éxito en la tierra del sol naciente.

Dale con el látigo: parece David contra Goliath. El soldadito no tendrá una honda, pero sí posee un vastísimo arsenal de armas para deribar a los gigantescos bichos.


Lo mejor de todo es la simpleza del juego. Elijes dos armas entre miles de variedades de escopetas, lanza misiles, granaderas, rifles de largo alcance, bombas, metralletas y un sinnúmero de armas especiales, todas con municiones ilimitadas. Una vez escogidas las armas, se va a la pelea. Los escenarios van desde entornos urbanos en donde todo, TODO es destructible (uno dispara una bala y se cae un rascacielos de 40 pisos) a oscuras cavernas, cañones y ríos y playas abiertas. También está la posibilidad de subir a tranquees, helicópteros y robots, pero la experiencia dura poco. Las máquinas apenas se mueven.

La historia se divide en poco más de 50 episodios con distintos niveles de dificultad, pero quizás lo mejor de todo es la posibilidad de jugar en cooperación. Coop, como se le conoce. Porque al no tener la posibilidad de una opción multijugador, esto es lo que hay para jugar con amigos. Amigos de carne y hueso, aclaremos. Y cuando eso sucede, la sinfonía de destrucción ya no puede ser más entretenida. De eso esos juegos que no se dejan hasta altas horas de la madrugada. Un verdadero must.

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Transformers: The Game: Menos de lo que Ves

Desde que los famosos robots transformables se hicieron masivos en nuestra cultura pop, por allá a mediados de los 80s, fue natural que los videojuegos fueran de la mano con el fenómeno. Porque una cosa era verlos, pero otra muy distinta era controlarlos. El Commodore 64 y el Sinclair ZX Spectrum fueron testigos de los primeros juegos basados en la serie televisiva y en los juguetes que Hasbro nos dio a conocer acá en Occidente. Pero esos juegos nunca estuvieron a la altura. Es más: eran bastante malos y poco creativos, dado el tremendo potencial que ofrece la franquicia: numerosos robots de distinto porte y tamaño, transformaciones en diversos vehículos y armas de grueso calibre a granel; lo más cercano a un sueño húmedo diurno masculino. De eso, poco y nada se vio en videojuegos durante esa década dorada.

La verdad sea dicha, de una media docena de títulos basados en la serie, sólo uno merece nuestro respeto: el Transformers (2004) creado para el PlayStation 2, y basado en la saga televisiva Armada. Entonces, tres años después, había expectación por un nuevo título de la saga, más aún considerando dos grandes factores: sería el primer juego para las consolas de nueva generación –lo que de cierta manera garantizaba que el juego fuese visualmente muy atractivo– y cómo no, la película. La de Michael Bay. La que todavía está en cines en este momento.

Ahora tenemos una nueva adaptación de película-evento a las consolas. A todas las consolas. Y con los mismos problemas de siempre: una historia corta y poco inspirada (¡a pesar de su fuente!), mecánicas de juego flojas y poco atractivas y una sensación general de que el juego se hizo con muy poco amor.

Porque si bien a la película de Bay se le pueden hacer múltiples críticas, al menos la cinta guardaba una cierta alma en donde uno podía llegar a emocionarse con tanta ñoñez y nostalgia con la que uno disfrutó cuando chico. Con el juego, eso no sucede.

La premisa básica del juego permite elegir campañas entre los dos bandos: Autobots y Decepticons. Si uno elije a los héroes, la historia sigue esa línea. Primero, comandando a Bumblebee a través de la ciudad y realizando labores menores (manejar del punto A al B) y luego con el resto, básicamente manejando y enfrentando a los Decepticons a lo largo del mapa. Es decir, transformarse, avanzar, transformarse de nuevo y pelear. Ad nauseam.

Autobots, transfórmense y adelante: pantallazo de la campaña Autobot. Créanme, se ve mucho más entretenido de lo que es.


Mientras, la campaña Decepticons es un poco más entretenida e intensa, ya que la premisa básica de esta parte es destruir. Tal como al comienzo de la película, encarnas a Blackout, quien debe destruir contrarreloj las inmediaciones militares en el desierto de Qatar con un atractivo arsenal de armas.

Luego, es lo mismo, pero con Skorponoc. Y así. Las campañas se alternan, hay algunas pequeñas misiones secundarias que ni siquiera vale la pena hacer y ya, estamos. ¿Entretiene? Claro que sí. Pero después de un fin de semana, ya estamos pensando en un próximo juego.

Gráficamente el juego satisface. No es algo para salir a la calle a gritar, pero los robots se ven bien, los detalles son rigurosos, las luces y sombras están a la altura y la ciudad, en general, se ve realista. Como es de esperar y como es la tendencia en la nueva generación de juegos, los escenarios son totalmente destructibles.

Y si bien el entorno responde con realismo ante los golpes y explosiones, la destructibilidad salpica demasiado y va en bloques demasiado gruesos. Eso le resta credibilidad a todo lo anterior. Y es altamente confuso. Más aún, si a eso le agregamos una cámara que, más que ayudar, confunde aún más la experiencia, tenemos un juego que lamentablemente tendrá que pasar a engrosar el baúl de los juegos-fomes-basados-en-películas.

Como sea, el juego obtuvo en GameRankings una puntuación que va entre el 50% y el 60%, siendo la versión para PSP la con peor puntuación (50.1%) y la versión para PC (60.6%), la mejor. Para más detalles, clickear por acá. Y el home del juego, por acá.

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Reseñas·Videojuegos

SWAT 4: El Brazo Largo de la Ley


Este juego es viejo, pero igual vale la pena comentarlo. La reseña salió publicada en el actual número de la revista Rolling Stone (la con Homero en la portada).

El número anterior comentábamos la buena salud que viven los siempre atractivos shooters en primera persona –o fps– en el mundo de los computadores personales, que hasta ahora siguen siendo la mejor plataforma disponible para jugarlos. Se sabe: esa irreplicable combinación de teclado y mouse –y en general, mejores gráficos– hacen que la experiencia sea mucho más satisfactoria que en consolas.

La gran diferencia con los títulos clásicos de fps –Doom, Quake, Unreal, CounterStrike, Half-Life 2– es que en esta ocasión los disparos no son a mansalva. Hay que pensar un poquito. Detenerse y analizar situaciones. Tampoco hay escenarios futuristas ni de ciencia-ficción. Y mucho menos monstruos ni demonios espaciales. Acá los malos son seres humanos. Bueno, patos malos. Y la idea no es avanzar y disparar como energúmenos. No negaremos que eso es entretenido, pero este juego ofrece otra modalidad: la del shooter táctico. Con estrategia. Como los juegos de Tom Clancy tipo Rainbow Six, el Ghost Recon o la saga Delta Force.

Tu personaje y tu equipo son integrantes de una unidad SWAT. Tú eres el líder, claro. La misma de las películas y que claro, existe en los EE.UU. Como tal, acá, la idea es que si te vas a enfrentar a una balacera, rehenes o amenzas de bomba, lo hagas de la manera más discreta posible. Ojalá que nadie salga herido. Es más: el juego te anima a que no ocupes armas letales para doblegar y arrestar a los malos. Tú eres el que comanda las distintas órdenes a tus cuatro compañeros virtuales, así que tú decides. Y no hay espacio para errores. Es más, las misiones se van pasando de acuerdo a un sistema de puntuación, en donde se te descuentan puntos por no arrestar a los malos o por matar civiles. En ese sentido, el nivel de tensión antes de entrar a un escenario es máximo.

Me da un whopper doble por favor: ser piola y pasar inadvertido es la consigna de este fps táctico-estrtégico- policial.

Pero al mismo tiempo, el juego puede llegar a ser tremendamente frustrante. Las distintas circunstancias alrededor de un caso pueden ser tales, y las órdenes demasiado precisas, que fallar –no por que te maten, sino porque no logras el objetivo que te pide el juego– puede ser más común de lo que uno espera. Sobre todo si el dedo en el gatillo es más rápido que el pensamiento.

Al juego no le fue nada de mal al momento de ser comentado. En GameRankings, el Swat 4 tiene una nota que alcnaza el 85%. Nada de mal. Popr acá está el home.

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Reseñas·Videojuegos

Tenchu Z: Silencioso y Mortal (y Fome)

En el amplio mundo de los videojuegos, los ninjas siempre han sido protagonistas de varios títulos y aventuras varias que van desde clásicos arcade como el Dragon Ninja o el Shinobi a sagas más estables como la del Ninja Gaiden o ésta, la del Tenchu, que en japonés quiere decir “castigo del cielo”. Whatever.

El caso es que esta saga, a diferencia de su contrincante clásico, el Ninja Gaiden, no funciona como un juego de acción puro. En vez, se centra en el arte mismo del ninjitsu tradicional, es decir, actuar y atacar sigilosamente sin que nadie te pueda ver. Casi como si fueras invisible. Y ese es justamente el punto de este juego, que se apoya en otros juegos stealth como la saga Metal Gear Solid. Pero acá estamos en medio del Japón feudal, donde también se entrecruzan elementos fantásticos y típicos de la mitología nipona en la historia.

La serie comenzó con el PlayStation original y actualmente hay varios títulos disponibles para la Xbox y las consolas portátiles. El Tenchu Z es la última adición a la franquicia y el ocatvo en la serie.

En esta nueva versión, exclusiva para la Xbox 360, vuelves a comandar a uno de los dos protagonistas de la serie en medio de una guerra civil entre clanes feudales. Entre dojos, bosques y azoteas, la idea es sorprender a los enemigos y rebanarlos con la katana –u otras armas–, entre misiones secundarias que involucran a traficantes de opio, mercaderes corruptos y monjes pervertidos.

La jugabilidad y el comando de los protagonistas son extremadamente técnicos, porque claro, la idea es que no te descubran. Entonces hay que ocupar mucho las sombras y cubrirse. Todo el rato, aunque si quieres ir repartiendo sablazos a mansalva… también funciona. Y si bien las fórmulas de ataque son más o menos satisfactorias (lo serán aún más para los fanáticos de la serie) finalmente los resultados cansan rápidamente, debido a una cierta monotonía en las acciones. En otras palabras, al poco rato de jugar, el Tenchu Z peca de fome.

¿Sientes como se hunde?: Diría que hay que tener una paciencia oriental para poder disfrutar este juego en clave stealth que definitivamente no satisface.


Pero quizás lo más grave de todo es la mediocridad gráfica del juego. Uno asume que ya a casi un año de haber comenzado esta nueva generación de consolas, exista una media mínima de calidad gráfica. Esa que no te permita decir: “esto se vería igual en un PlayStation 2”. Eso acá no sucede. Y a estas alturas, eso es imperdonable.

El juego tuvo una puntuación de un 58.6% en GameRankings, que creo está bien merecida. El home del juego, en todo caso, por acá.

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