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Tetris DS: Armando Filas


Para quienes ya superaron la barrera de los 30, pensar en el Tetris es transportarse en un viaje relámpago hacia la nostalgia ochentera de los Delta, en una época en donde los juegos de puzzles eran algo totalmente original y novedoso, que se alejaba radicalmente de los clásicos shooters donde la consigna era matar marcianitos. Claro, acá el objetivo del juego era simplemente armar filas en un espacio determinado, a partir de distintas piezas geométricas que iban cayendo sin parar y cada vez a mayor velocidad.

La simpleza del juego y la infinita creatividad del armado de las piezas para formar un “tetris” (es decir, borrar cuatro filas simultáneamente) transformaron el título en uno de los juegos más populares e imperecederos de la historia de los videojuegos, fama que ostenta hasta el día de hoy y con nuevas generaciones, a tal punto que ha sido trasladado prácticamente a todas las plataformas de juego existentes, además de celulares, calculadoras y otros chiches y en miles de variaciones.

El juego suena a ruso y es porque de verdad su origen es soviético. Creado en junio de 1985 por Alexei Pajitnov, esta enésima versión del juego, creada especialmente para el Nintendo DS, posee algunas particularidades que lo hacen un must para fanáticos de los juegos de puzzle.

De partida, el juego está diseñado para jugarlo vía wi-fi con hasta cuatro jugadores, o hasta 10 jugadores locales (¡con sólo un cartucho del juego!) en partidas competitivas múltiples. Eso ya es impagable y sumamente entretenido. Por cierto, si no te gusta sociabilizar online, siempre puedes tener al computador como tu contrincante.

Pero además, el juego consta de seis variedades sobre el juego original. Está el clásico Tetris, pero también hay modalidades en que hay que completar “misiones”, o mover bloques con el stylus, entre otras variaciones, seis en total que alargan gratamente la vida útil del juego.

Pero quizás el detalle que más llame la atención es la total ausencia de los ingredientes rusos originales (como el cosaco bailarín). En vez, el juego está representado por diversos íconos de la factoría Nintendo. Así, en la seis distintas modalidades, podemos encontrarnos con Mario, Donkey Kong, Zelda, Metroid, el Ice Climber y otros monos más de ese universo. Para bien o para mal. Como si reemplazaran el vodka por sake. Personalmente, eché de menos la música del juego original. Pero ya se sabe: son las nuevas generaciones las que mandan.

El juego salió en Marzo del 2006 y en Metacritic obtuvo un puntaje de 84. Nada de mal. Justificado, incluso, considerando que hasta ahora es de lo mejorcito -y más entretenido- que he jugado en la DS.

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Chasing Ghosts: Idolos Geek


Si hay algo que siempre me motiva es cuando los videojuegos y el cine se entremezclan. No me refiero a las películas basadas en videojuegos (o viceversa), sino que a películas que hablan de videojuegos. O documentales, como es en este caso, y que están aumentando más y más. Eso es bueno, aunque claro, el factor nostalgia tabién tiene lo suyo.

En este caso, eso último se cumple. Chasing Ghosts: Beyond the Arcade es un documental que inicalmente debutó en el pasado festival de cine Sundance (ya saben, ese que organiza Robert Redford) y que hace algunos días fue estrenado oficialmente para el público gringo.

El documental se centra en esos héroes -videogame rock stars- de hace ya 25 años que hicieron noticia en su momento por lograr records mundiales en las máquinas más populares del momento. Ya saben, los clásicos. Lo interesante, según cuenta la reseña de la gente de Joystiq, es que el filme logra adentrarse en la piel de los muchachos, lo que los transformó en gamers en ese momento (como romper con la polola, ja!) y en qué andan ahora. Curiosamente, ninguno de ellos juega con las consolas actuales.

Huddle Formation: los ídolos geeks y sus trofeos (de izq. a der.) el Tempest, Defender, Ms. Pac-Man, Tutankham (¿?), Centipede y al final, el Donkey Kong.


Chasing Ghosts se suma a otros documentales sobre el género, como 8 Bit o Video Game Invasion: The History of a Global Obsession. Algo pasa. Al parecer, ha pasado suficiente tiempo como para mirar hacia atrás y ver las cosas con distancia. Y hasta con humor.

Entonces, no deja de ser revelador cómo va pasando el tiempo y como también, a la larga, es la generación actual de los treintaytantos la que realmente está liderando la cultura pop histórica de los videojuegos. A continuación, el trailer del doc. Salud!

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Clásicos·Noticias·Videojuegos

Vota por tu Clásico Favorito


Esto nunca está de más. Es decir, una vuelta al asunto, pensar, rememorar y reflexionar. De los juegos clásicos de arcade ochenteros, ¿cuál fue el que más te golpeó? ¿El Space Invaders? ¿El Asteroids? ¿El Defender? ¿Donkey Kong? ¿Frogger? ¿Dig Dug? ¿Mario Bros.? ¿Pac-Man?

Si supiera cómo hacer una de esas encuestas online, la pregunta la haría yo. Pero como mis conocimientos en estas cosas son limitadas (sugerencias bienvenidas), les doy el dato: el magnífico sitio Cnet ha hecho una vez más la pregunta en una encuesta online. Vayan y voten. Aunque me tinca que Mario arrasará. Personalmente, voté por el Asteroids. Fue yo creo la máquina que más fichas me comió. Especialmente durante los veranos, en los flippers de Papudo. Yo feliz la alimeentaba, en todo caso.

A propósito de clásicos arcade, hace pocos días postié sobre la competencia mundial a propósito de la nueva edición del Pac-Man HD para Xbox 360. Pues bien, ya hay un ganador. El que más puntos logró fue un muchacho mexicano de 27 años llamado Daniel Borrego. El logro lo realizó en la final de la competencia, en Nueva York. Logró la friolera de 222.160 puntos, superando el récord establecido desde la fiebre original del Pac-Man, en 1985. Yo con cueva lograba 10 mil, creo.

El muchacho fue premiado por el mismísimo Toru Iwatani, creador del bicho wacka-wacka. El trofeo consistió en una edición especial del juego, autografiada por el mismo Iwatani, además de un premio de 100 mil gamerpoints para Xbox Live. El equivalente en dinero no deja de ser considerable, aunque personalmente, me quedo con el equivalente en moneda. Jeje.

Lo mejor proviene de Jeff Bell, VP Corporativo de Marketing Global y Entretenbimiento de Microsoft, quien dijo que "los latinoamericanos se están caracterizando por tener una gran afinidad con los videojuegos. Y este es el mejor ejemplo". A ver si el resto ahora nos toma más en serio como industria y como consumidores entonces.

Mientras, pueden postear acá sus preferencias sobre los clásicos más influyentes. Para conversar un rato, digo yo.

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Clásicos·Noticias·Videojuegos

El Pac-Man se Renueva en HD


Waka-waka-waka. Claro, el viejo Pac-Man ha tenido una pequeña cirugía estética HD. Resulta que hoy, en
Nueva York, y a propósito de los 26 años del juego creado por Toru Iwatani, se está efectuando un torneo mundial (bueno, al menos donde el Xbox Live está disponible oficialmente) en donde todos puedes participar. ¿El escenario? Obvio: una nueva versión del mono amarillo comepelotas. La inscripción se puede hacer -si quieres, puedes- por acá.

¿Y las novedades? El juego, que Microsoft describió hasta ayer como una notica que iba a cambiar la historia de los videojuegos (yaaaaaaaaaa!), se titula Pac-Man Championship Edition (que nuevamente fue diseñado por Namco y el mismo Iwatani) y como ya habrán adivinado, funciona como descarga exclsuiva para los usuarios de la Xbox 360.

Básicamente, el juego es el mismo de siempre. Los nuevos detalles van más que nada por el lado visual: el juego se ve en formato widescreen, hay nuevos laberintos que van mutando durante el juego, etapas con tiempo, nuevo soundtrack y otros chiches más.

Corre que te pillo: este es el nuevo look del Pac-Man HD. Nice.


El juego ya está disponible para ser bajado y con esto aumenta notablemente la lista de juegos clásicos o retrogames disponibles para descarga -con notables adpataciones, como el
Gyruss, el Defender o el Joust– para nosotros, los más veteranos. Sí, veteranos y aún jugamos. ¿Y qué?

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Flippers·Noticias·Videojuegos

¿Revival de Flippers?


No sé si dará para tanto, pero algo pasa. Hace unos días se realizó el lanzamiento de la nueva línea de una conocida marca deportiva en la Casa Baco, centro de eventos ubicado en Avda. Perú, en Bellavista, y cuyo dueño, entre otros, es Felipe Izquierdo. El lugar es coolísimo, amplio, taquilla, fue mucha gente y el evento funcionó a la perfección. Bien.

Pero el gran detalle para este humilde servidor fue presenciar una interesante colección de viejos pinballs –flippers– que "decoraban" el lugar. Justo en la sala de la revista Rolling Stone -que coauspiciaba el evento- había dos lindas máquinas: el clasiquísimo Blue Note, de Gottlieb, y el chillón Tales from the Cript, de Data East. Incluso, había más máquinas dando vueltas (por ahí estaba el Lethal Weapon), pero no logré acercarme lo suficiente. Así de lleno estaba el lugar en ciertos sectores (foto cortesía de Vivi Peláez).

Bueno, ¿y? Pasa que las máquinas nunca estuvieron desocupadas. Siempre estuvieron llenas. Con chicos y chicas. Y eso que los flippers estaban en un estado discutible. Pero no importó. Se podía jugar. For free. Todos jugaban y eran felices. Me incluyo. ¡Queremos más flippers!

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Reseñas·Videojuegos

Heatseeker: Explosiones Aéres Hi-Tech

Que levanten las manos los que alguna vez se sentaron a jugar ese fenomenal arcade llamado After Burner. Ya saben, ese juego que sacó Sega por allá por 1987 y que todos los que alucinamos con Top Gun nos sentíamos como Maverick piloteando un F-14 sobre el Atlántico. Fue de los primeros simuladores arcade que exitosamente lograban trasladar la emoción de manejar un avión de guerra, pero en un ambiente dinámico, sencillo de manejar y sobre todo, explosivo. En resumen, un deleite de experiencia.

El Heatseeker, desarrollado por el veterano equipo de Codemasters, se nutre de lo anterior para crear un juego que en esencia es básicamente un After Burner enchulado, a medio camino entre un simulador del tipo Ace Combat, pero con un pie puesto firmemente en los códigos del arcade tradicional. En otras palabras, sacrifica realismo por entretención.

El juego te sitúa en medio de un conflicto terrorista, según nos enteramos por un noticiario ficticio. Eres parte de un Comité Internacional de defensa que busca acabar con los planes de un dictador cargado de ojivas nucleares (¿guiño a Corea del Norte?). El juego ofrece la posibilidad de pilotear más de 30 aeronaves modernas, incluyendo el siempre popular F-15, el futurista F-35 Lightning II, el poderosísimo F-22 raptor y el siempre impresionante (aunque obsoleto) Blackbird SR-71 en misiones que cubren suelo americano, el Caribe y hasta el territorio antártico.

Pero quizás lo más destacable del juego, más allá de lo atractivo que son los combates aéreos, es el pequeño gran detalle de que al disparar misiles, una cámara adosada al proyectil permite ver la trayectoria de éste, hasta el momento de impactar (o no) al avión enemigo. Si bien al principio la cosa marea, al final termina siendo un gran agregado que permite disfrutar más profundamente al juego. Claro, siempre es agradable presenciar una flamante explosión aérea.

Qué lo pilleeeen, que lo atrapeeen: una de las lindas vistas del Heatseeker. Un juego entretenido, simpático, a ratos novedoso, pero nunca como para volverse loco.

En ese sentido, la experiencia varía por consolas. La versión para Wii, gracias a su control sensible al movimiento, permite que los controles del avión sean hechos por los movimientos físicos del jugador. Nada de mal. E incluso más entretenido.

La versión para PS2 sacó un puntaje de 61 en Metacritic, mientars que la versión para Wii, 64 (la de PSP no estaba disponible). O sea, ahí, salvando. La página oficial de Codemasters, por acá.

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Clásicos·Entrevistas·Flippers

Breve Oda a los Arcades

¿Qué recuerdos tienen de los viejos arcades capitalinos? De los que me acuerdo cuando más-más chico son lugares como el Flamingos, en el Shopping de Vitacura (luego Flipperlandia), los Delta por todo Santiago, claro, los DIana en el centro. Pero hay uno en particular, que no me acuerdo cómo se llama, que estaba al lado del Bowling de Apoquindo, en un segundo piso, donde después funcionó la mítica Discola (donde no servían copete, sólo gaseosas) que le tengo un cariño especial. Ya, se me cayó pesao el carné, lo sé.

(UPDATE: Gracias a la inacabable trivia (y memoria) del señor Hernán Díaz T., hemos recordado el nombre del lugar: el Galaxy Bowl!)

El ambiente es imposible olvidarlo: cuasi oscuridad, explosión de luces y ruidos electrónicos, aire acondiciando a full, baldosas brillantes, paredes alformbradas, música disco y olor a década de los 70s. Eran pasillos eternos de máquinas, entre flippers y videos. Videos con muebles originales y todo. Pero también había otras máquinas. Las clásicas eran los taca-tacas y mis favoritas, las mesas de air hockey, una especie de ping-pong futurista sobre una superficie llena de hoyos que expulsaban aire. Genial. Los arcades eran geniales. Estar envuelto en ese miasma de estímulos eléctricos era fascinante. Mataría por un lugar así en Santiago. Sí, algunos malls tiene algo similar, pero nada se compara a lo que era antes.

Pero claro, en el primer mundo sí existen algunos arcades. En EE.UU. también son considerados objetos de nostalgia, pero los hay. Como las cadenas Gameworks o los Dave’n Busters, que son una especie de Chuck E. Cheese para adultos en el midwest y la costa oeste. También, se supone que en el área de Chicago está lleno de lugares que tiene videos y flippers, onda bares y pizzerías. Cómo en los ’80s.

Happy happy, joy joy: antes, uno iba a lugares como éste para entretenerse. Bueno, algo así. Ahora en Chile casi ya no existen, pero en EE.UU. sí.


Gamasutra hace poco le hizo una entrevista a Bill Cravens, hijo de Matt Cravens, un tipo que en los ochenta trabajó para la Capcom e introdujo al mercado occidental títulos tan emblemáticos como el Street Fighter II, Mr Do!, Final Fight y Super Punch Out, entre otros. Ahora, Matt lleva las reindas del negocio: Betson, uno de los más grandes distribuidores de maquinitas en EE.UU. Acá, cuenta en qué está el negocio en la tierra del tío Sam. A ver si alguien se tienta por acá…

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Clásicos·Videojuegos

Shmups: Por Qué Nos Gusta Tanto Matar Marcianitos


A través del portal ClassicGaming, me enteré de que en EE.UU. van a organizar una competencia dedidacada a los shmups en la ciudad de Oconomowoc (sic), Wisconsin. Organizado por un grupo de gente, entre ellos el blog dedicado a este género, Shoot the Core, la idera es pillar al mejor jugador de esto estilo en el mundo. (Por si te interesa, las bases están por acá).

Pero, ¿a los qué? ¿Shqué?!?… Tranquilidad. Los shmups se refieren a los shoot’em ups. Ya sabes, esos juegos donde desde a una nave matas marcianitos. Porque desde la época del cuasi estático Space Invaders y su ominosa música a lo Tiburón, matar marcianitos se ha transformado casi en un, eh, estilo de vida. Para algunos, al menos. Gente que uno conoce por ahí… El punto es que estos shooters sí que tienen harto cuento. Es más, son considerados como un género propio, al que se le denomina “shmups”, apócrifo de “shoot’em up”.

Y me quise tomar la molestia de hacer un breve recorrdio personal, de acuerdo a mi exposición en el género, sobre los shmups que me ha tocado jugar. Son hartos, así que lo haré en al menos dos partes. Y me di cuenta que el fanatismo hacia el género es bastante extenso, con una cuantiosa lista de sitios que honrar e informan sobre el tema. De hecho, si buscan una historia cronológica exhaustiva sobre el tema, hagan click por acá. Pero más rato.

Pero ¿qué hace que un shoot’em up -shmup de ahora en adelante- califique como shmup? Bueno, hay ciertas teorías. O clichés. Una detallada lista al respecto puede ser pillada por acá. Ahora, vamos a la historia.

Variaciones dentro de este subgénero hay muchas, pero sí podríamos estar de acuerdo en mencionar al ultramegaclásico Space Invaders (Taito, 1978) como el papá de estos títulos. Si bien al Spacewar! se le considera no sólo el primer shooter per se, sino que también el primer videojuego de la historia, podemos considerar al Space Invaders como el más tradicional de los shmups clásicos.

Pero claro, con todas las innovaciones tecnológicas en 3D, pensar en un shooter tradicional hoy en día sería un poco ingenuo. Pero eso no quita lo bien que uno lo pasaba disparando sin cesar, toda una tarde, agarrando power ups y esquivando lluvias de balas.

¿El concepto principal? Una nave espacial o avión de combate (casi siempre en punta, casi siempre azul y rojo el segundo jugador) avanzando por el espacio (o lo que la imaginación dictaba) disparando sin parar a un ejército de bichos de distintos calibre y forma. Todo, mientras se esquiva una verdadera coreografía de balas. Muy sencillo. Días felices.

¡Un, dos, tres, momia es!: En un Delta de Valparaíso había un cartel que decía: "los videojuegos estimulan la coordinación psicomotriz". Yo lo creía. Aún lo creo. En el Space Invaders, como en cualquier videojuego, si no eres coordinado, no llegas ni a la esquina.


Pero hagamos más memoria. Principios de los ochenta. Luego del boom de los marcianitos monocromáticos que descendían, comenzaron a aparecer diferentes versiones del mismo cuento. Por esos días, recuerdo cuando un amigo me dijo: “hay un juego nuevo, es como el Space Invaders, pero los bichos esta vez bajan ¡de a uno!, en grupo o no, pero se mueven. A veces individualmente”. Me costó un buen rato asimilar la idea. Hasta que volé al Delta más cercano (Delta 11, en el Pueblo del Inglés) y efectivamente, ahí estaba. Era el Galaxian (Namco, 1979). Era increíble. Y a colores. Rompía esquemas.

Según Chris Lindsey, director del National Video Game and Coin-Op Museum (Museo Nacional de los Videojuegos) en St. Louis "Capitalizó con el entusiasmo de la era dorada de los videojuegos creada por el Space Invaders al proveer una experiencia más colorida, divertida y demandante. Galaxian tenía enemigos más inteligentes que los del Space Invaders, por tanto requería que el jugador prestara mucha atención a lo que sucedía en la pantalla. Además, no había escudos, como los tienen muchos juegos de hoy."

Luego vino el Phoenix (Amstar, 1980), con acaso el primer boss del que tengo recuerdo (la nave grande al final), y el popular Galaga (Namco, 1981), de los primeros juegos en donde podías tener un upgrade (la nave capturada que después podías recuperar para ensamblarla) y un novedoso bonus stage. Como a muchos, me quedé pegado con los bichos del Galaga por demasiados meses. Incluso, cuando logré tener una deslavada versión en diskette para el Commodore 64.

Pero Namco tenía más: dos años depsués, en 1984, lanzaron el Gaplus (también conocido como Galaga 3) que era más de lo mismo, pero claro, con mejores gráficos, más difícil, velocidad infartante, formaciones freak y otros detallitos. Muy entretenido, especialmente el bonus stage.

Darle hasta que duela: el Phoenix fue de los primeros shmups que incorporó el concepto de un boss al final de las etapas.


Los shooters se fueron diversificando, claro. Aparecieron algunos horizontales, como el Scramble (Konami 1981) o el pionero Defender (Williams, 1982). Pero los más populares siguieron siendo los verticales.

Un paso adelante en esta evolución fue la llegada del popular Xevious (Namco, 1982), cuyas principales particularidades eran que podías disparara a tierra con bombas (segundo botón) y los escenarios iban avanzando. Toda una locura para la época, amén además de los sofisticados efectos metálicos de los bichos y naves enemigas.

¿Y el 1942? Por dios, que maravilla de juego. Tantas tardes pensando que era uno de los tigres voladores, volando sobre el Pacífico derribando zeros. El juego fue sacado por la japonesa Capcom (¿probablemente su primer gran hit?), y tuvo notables secuelas: el 1943: The Battle of Midway, el 19XX: The War Against Destiny y el 1944: The Loop Master (no es talla).

Capcom fue de las marcas que más se asoció con este género, sacando un buen puñado de títulos de esta onda, como el Vulgus. Pero quizás la más recordada sea el Gunsmoke (Capcom, 1985). En rigor, junto con el Commando (su hermano más viejo, también de Capcom), funcionaba como un shmup. El vaquero funcionaba perfectamente como la analogía de una nave espacial. Pero claro, en el viejo oeste. Ja, qué manera de rayar con ese juego. Me recuerda a la playa en verano. En fin. No nos desviemos del tema.


We shall return: Para mi gusta, el mejor juego de la serie fue el 1943. El resto ya fue un poco musho más de lo mismo.


Antes de entrar a la época dorada de los shooters verticales a fines de los ochenta, mencionemos que en 1985 salieron a la calle dos shooters que ya daban pie de lo que se veía venir.

Títulos como el Tiger Heli (Taito, 1985), un complicado juego donde un helicóptero militar evitaba balas y destruía lo que se movía, gracias a dos mega bombas que eran de los más novedoso par la época y el Gradius (Konami, 1985), que si bien era un shooter horizontal, presentaba novedosas innovaciones, sobre todo en materia de armas y upgrades.

 

Dale con el látigo: shooter horizontal, el Gradius permitía arrastrar esas pelotas que daban vuelta alrededor de la nave. Como esos amigos jotes, pero que idual ayudan.


Reconozco que me pegué varios meses al
Gradius, mientras que el Tiger Heli (que a su vez dio paso al Twin Cobra) lo encontraba particularmente difícil. El Gradius, a su vez, dio paso a otros verticales notables como el Darius (Taito, 1986; lo jugué en los Diana, en un cabinete horizontal enorme), el Salamander o el fantástico R-Type (Irem, 1987).

Es más, esta última saga, junto con el Gradius y la de los 19XX son consideradas como las tres dinastías principales en la historia de los shmups, según Wikimup, el portal wiki sobre el tema. Pero lo más freak estaba por venir…

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Los 10 Mejores Videojuegos de 8 Bits


Esto, según el imperdible sitio GameTrailers. La lista va conformada por los siguientes títulos que alguna vez jugamos:

  • 10. River City Ransom
  • 9. Castlevania III: Dracula’s Curse
  • 8. Shinobi
  • 7. Dragon Warrior IV
  • 6. Tecmo Super Bowl
  • 5. Mike Tyson’s Punch-Out!!
  • 4. Mega Man 2
  • 3. Contra
  • 2. The Legend of Zelda
  • 1. Super Mario Bros. 3


¿Aceptable? A mi me suena bastante justa la lista. Para más detalles, el video está por acá. Ahora, si se quedan con gusto a poco, a continuación una sabrosa lista con las peores consolas ever, según el mismo sitio. Y si se quedan con ganas de más top tens, pues pueden matar el rato por acá.

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Clásicos·Videojuegos

Revival Ochentero: Los Juegos que Faltan

Tortugas Ninja, Transformers y se vienen unos nuevos Ghostbusters. Clásicos monos ochenteros que siguen invadiendo las pantallas y las consolas. Es lógico, es lo que se llama revival. Quien tenga más de 30 y se asombre por esto, quiee decir que no tuvo infancia. O vivió debajo de una roca.

A mí, me gusta. Siento una extraña afinidad con lo ochentero que será todo lo que ustedes quieran, pero inevitablemente, fue la década donde crecí. Época feliz, por cierto: tele, música, películas, cultura pop en general y claro, juegos de video. Cómo olvidar esas sobreestimuladas y eternas tardes en los Delta

Y en esa época, constatar que la cultura pop nipona rescataba como loca la influencia chatarra de occidente tampoco era ningún misterio. Basta revisar algunos diseños de vidoejuegos clásicos japoneses de la época, pero que igual fueron súper populares acá, como el Contra:

Mortalmente parecidos: Sly & Arnold vs. Bill & Lance. Gay.


Queda claro. La clásica dupla de Konami se basa evidentemente en los grandes
héroes norteamericanos de la época Sylvester "Rambo" Stallone y Arnold "Depredador" Schwarzenegger. Yo me pregunto: ¿qué pasó con Van Damme y Steven Seagal? Si quedan dudas, acá hay más ejemplos.

El punto es que la gran mayoría de los monos, seriales y películas de la época han tenido su versión vidoejuego. Diablos, si hasta el mismísimo Tony Montana tuvo lo suyo con el Scarface: The World is Yours. Ahora le toca el turno a los Transformers. Pero, ¿y el resto? Hace unos días, el sitio español Qj.net planetó la pregunta y he aquí algunos destacados:

  • She-Ra: El spinoff femenino de He-Man. Podría ser un RPG, mezclado con acción. Un crossover gigante. O un mmorpg, tipo World of Grayskull.

  • Jem: Las chicas -las Holograms– tenían superpoderes estéticos: pelo de color y habilidad para cantar. Sería un Singstar perfecto. O un Dead or Alive Xtreme. Je.

  • M.A.S.K.: Más máscaras que toda la lucha libre mexicana, carreras u atos enchulados con armas. Podría ser una especie de Driver, mezclado con el Midnight Club y cómo no, pasado por el Grand Theft Auto.

  • Los Pitufos: Los monos de Peyo perfectamente podrían ser un Sim. O una versión tripeada de los Lemmings. Los Snorkels también servirían.

  • Thundercats: Wiimote + espada del augurio= ¡hagan este juego ya, por Dios!

  • Voltron: Ensamblar leones puede ser divertido. Creo. En poco tiempo podremos borrar este de la lista, pero el juego no saldrá de Japón.

  • G.I. Joe: Seamos justos: existieron versiones para arcade otra para computadores personales. Ambas versiones eran bien pobres, la verdad. "Para actualizar, habría que cambiar al Comandante Cobra por Hugo Chávez y tienes un nuevo episodio de Ghost Recon", dice el sitio Escetia. Yo le agregaré el Metal Gear Solid.

  • Mazinger Z: Seguro que en Japón deben existir dos docenas de títulos referidos a este mecha japonés que iluminó mis tardes por años. Pero que hace falta un buen juego basado en Mazinger, falta.


La pregunta entonces queda dando bote: ¿que mono animado o serial te gustaría tener en tu consola? Me anoto con un juego múltiple basado en ese clásico vespertino japonés titulado Festival de los Robots.

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Weekend RoundUp 15/04/07: Edidicón Tortugas Ninja

Confieso que me estoy dejando llevar por la resaca de la temporada. Ando flojo. Pero eso es debido a que no han salido juegos que de verdad valgan la pena ni grandes novedades, a excepción del clásico "ya viene" (ver post a continuación) o seguir hablando por enésima vez del God of War II. No me malinterpreten, por favor. Sigo creyendo que la nueva de Kratos es uno de los mejores juegos de la vida (aunque no sé si sea mejor que la primera parte, la nueva tiene demasiados puzzles para mi gusto), pero fuera de eso, poco más.

Por eso, con el PlayStation 2, tengo en segundo plano al Heatseeker, un arcade de los veteranos británicos de Codemasters, que funciona como un cruce entre el Ace Combat y el clásico Afterburner, de Sega. Pero la verdad no me agarró tanto. Ni siquiera por la novedosa cámara que sigue a los misiles hasta que impactan (buen detalle, pero no es suficiente).

Otra cosa que me apesta son los juegos doblados al español. Me refiero al español de España (no al castellano neutro de las pelíuclas, por ejemplo). Es que no soporto el sonsonete ibérico en los juegos. Que una chica lo diga (onda Penélope Cruz), todo bien. Incluso, súper sexy. Pero en los juegos no. Es una de las cosas por las que aplaudo a las consolas de nueva generación: seleccionas el idoma que quieres y listo. Nadie te impone nada, joer!

No voy en tren, voy en avión: el Heatseeker está ideal para los fans ochenteros del Afterburner. Harta explosión, poca simulación.


El otro que saqué, a propósito de la novedad en cines, fue el de la nueva vesrión de las Tortugas Ninjas, también conocidas como
TMNT. Bien fome el juego. Y básico. Entretiene por una tarde y sería todo. Mientras jugaba, me acordé del clásico Tortugas Ninjas del Nintendo de 8 bits, que jugaba en la casa de una polola, con su hermana chica. Claro, era la época de los monos animados de las tortugas, que pasaban en las tardes por Canal 13, hacían furor. Y era la época también de las películas, que la verdad, eran bien, bien malas.

Turtle power!: Vuelven las tortugas come pizzas. ¿Qué preferirán? ¿Domino’s o Pizza Hut? Hmm…

Aprovechando, también me metí al bazar de la Xbox Live para bajar alguna cosilla. A saber: la versión de prueba del clásico Defender (enamorado del juego desde los 10 años del juego, aunque siempre fui malísimo). Lo malo es que sólo se puede jugar hasta ¡la primera etapa! Es decir, nada.

Además, como me quedé con el bichito de los mechs a propósito del Lost Planet, también bajé el trailer del Armored Core 4, que según rezaba la pantalla, estaba aún en desarrollo (se nota, el demo era bien espartano). Finalmente, también bajé el demo del chachareado Boom Boom Rocket, de los mismos creadores del maravilloso Geometry Wars. Y bueno, si te gustan los juegos de ritmo (o rhythm games, onda Guitar Hero), está bien. Yo, la verdad, me aburro rápidamente.

Dale, dale con el beat: el Boom Boom Rocket es ideal para los fanáticos del Guitar Hero que no tengan la guitarra. O para stoners que quieran ver fuegos artificiales. Da lo mismo.

En cuanto a noticias, poco. Destaco que Sony decidió no fabricar más el PlayStation 3 de 20 gigas (me parece bien). ¿Pasará lo mismo con la Xbox 360?

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Reseñas·Videojuegos

Dead or Alive: Xtreme 2: No Culpes a la Playa

La franquicia del Dead or Alive es vieja. Y, se supone, popular. La saga comenzó en las salas de flippers como un aracde por allá poor 1996, como un juego pelea ‘one-on-one‘ al estilo Mortal Kombat, Tekken o Street Fighter que incluso tiene hasta un par de películas inspiradas en el juego (una de Takashi Miike, y otra más nueva y más hollywoodense). Desde entonces, ha habido varias secuelas y juegos basados en ese título original. Como éste, que la verdad no tiene mucho que ver.

Este título (que tiene el apellido “Xtreme”) es una variación que básicamente sitúa al jugador en un resort playero. El detalle es que los personajes del juego son puras chicas veinteañeras de origen multicultural que gozan de un esculpido físico y una voluptuosidad que dejaría pálida a cualquier de las argentinas festivaleras de por acá.

El juego y la historia en sí son bastante freak, como buen título de origen japonés. Mezcla de ‘party game’ (es decir, mini juegos) con algún The Sims, el objetivo del juego es pasarlo lo mejor posible en el paradisíaco y tropical resort playero de Zack Island. Eliges a una de las chicas y listo: puedes hacer lo que quieras durante el día, ya sea tomar sol en la playa o en la piscina, forjar amistades, ir de compras, jugar un partido de voleyball, andar en motolanchas y hacer carreras e ir al casino, además de hacer amigas en el lugar, entre muchas otras actividades que más allá de cautivar principalmente al público masculino por el nivel de detalle de los escenarios y particularmente de las chicas, el juego no ofrece mayores sobresaltos.

Visto de otra manera: gran asombro por la capacidad gráfica, desilusión por lo superficial del juego en sí. Al final, DOA es un título más para mirar que para jugar. Si tan sólo el stock de trajes de baño de las chicas es para quedar boquiabierto, y para qué hablar del ululante movimiento de sus pechos. ¿Juego voyerista? Y por qué no.

A mo-ver el coolo: créanlo o no, uno de los mini juegos del DOA es una pelea de potazos en medio de una piscina. Uf.


Todo lo anterior, adornado con una banda sonora extremadamente veraniega, happy y playera que incluye a gente como Big Mountain y Hilary Duff transforman a
DOA Extreme 2 en una divertida –aunque breve– experiencia voyerista digital o en el juego más gratuito de la historia.

El juego obtuvo una claidfifacion de 53 en Metacritic. Ninguna sorpresa. Y la página oficial de la serie está por acá. Finalmente, como regalito, el trailer del juego (muy recomendado) que resume el carácter del jueguito. Y si el fanatismo se vuelve obsesión, acá hay un foro que también le puede gustar a los más cochinones.

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