"You muppets!" — Sgt. Michael "Psycho" Sykes.
Acabo de terminar de jugar al Crysis Warhead y de nuevo me asalta la famosa preguntita: ¿hay futuro para los juegos destinados a PC? Obviamente que todavía sí. Pero no estoy tan seguro de cuánto va a durar esto. Lo digo porque es evidente que la oferta de juegos para computadores (versus consolas) ha disminuido drásticamente, ya sea por ventas globales, migración a consolas, upgrades carísimos de piezas (como las benditas tarjetas gráficas, hoy más importantes que un procesador) o derechamente el pirateo. Las razones son todas válidas para algo que, desde mi perspectiva, es inminente. Porque es cosa de comparar la cantidad de juegos que había disponibles para PC hace, digamos, tres años. Justo antes de la generación actual de consolas. Antes de los LCD y las teles de plasma.
Si uno era gamer, debía jugar en PC. Muchos recordarán incluso, acaso con algo de nostalgia, las sesiones de tarreo que incluso auspiciaban importantes medios de comunicación locales. Nada de eso ocurre hoy.
Master Chief in the jungle?: Nada de eso. Es un pantallazo del Crysis Warhead, acaso el último gran juego de acción y disparos para PCs.
En vez, los juegos para PC se han establecido, irónicamente, en los dos extremos de la curva gamer. Por un lado, en los juegos de nicho que claramente tienen a un público muy claro y totalmente definido. Son principalmente los juegos de rol masivos en línea. Ejemplos como el World of Warcraft y otros, son obvios. Pero es una torta que ya está cortada, porque sería muy difícil que alguien pueda sacar hoy una tajada. Blizzard, lógico, se lleva los honores con su juego estrella (y con el Starcraft, que ya tiene lista su esperadísima secuela, 10 años después del original) y eso sería.
Países como Corea del Sur o incluso Chile poseen fieles jugadores de juegos en línea, de acuerdo, pero no pueden ser considerados como un mercado masivo. Es cosa de ver la cantidad de juegos de la misma onda que se generan y que caen miserablemente por falta de público. Si hasta Second Life dejó de ser lo que era hace sólo un par de años.
Por otro lado, está -ahora sí- el siempre lucrativo de los juegos casuales. Desde réplicas ochenteras de juegos arcade tipo Pac-Man a puzzles tipo Bejeweled, Peggle o Zuma (PopCapGames debe estar haciéndose la américa) hasta juegos en flash para sacar la vuelta en la pega. El mercado es grande y siempre va a haber gente dispuesta a matar unos minutos. Si hasta el Doom ya tiene su propia versión para browsers.
Zuma viene, Zuma va: el clásico juego de PopCap que cada vez suma más fanáticos. A mí, la tontera me encanta. Otro ejemplo de juego casual es el legendario Solitario de Windows, acaso el más popular de todos. Pero un pantallazo de eso es muy fome. Ésta, al menos, es más colorida.
Entre medio, claro, siempre va a estar el hardcore gamer de PC. El que va a defender su tarro por sobre todas las cosas (muy válido); el mismo que infla el pecho diciendo que el mouse y el teclado son infinitamente superiroes a los controles de una consola o que puede costear un sistema gamer que, al menos, debería costar unos $2 mil dólares. Para que luego, un año después, vuelva a tener que actualizar la memoria o la famosa tarjeta gráfica (Nvidia, te amo). Esos son los recalcitrantes, los fanboys.
Finalmente, el signo más evidente: los desarrolladores prefieren portar sus juegos entre consolas antes que llevarlos a PC. Y si lo hacen, lo hacen sudando la gota gorda y con un grado de duda enorme (si es que llegan a las tiendas). Muchas veces, largo tiempo después de su salida en consolas. Como si fuese un premio de consuelo. Pero hay grandes excepciones todavía.
Me explota, explota-me expló: el nuevo Crysis Warhead presenta más acción, más explosiones, más coreanos a los que sacarle la contumelia y, cómo no, más alienígenas que disparan mondadientes de hielo gigantes.
Como el caso de Crytek, la desarrolladora alemana fundada por los hermanos Yerli que con sólo dos títulos -el FarCry (que no tiene nada que ver con su actual secuela) y el Crysis, ambos shooters en primera persona- se ha transformado en acaso la gran marca de juegos exclusiva para PC, más allá de lo antes mencionado, la que exije requerimientos que la mayoría de los mortales no podemos acceder.
Se rumoreó que esta semi secuela (técnicamente no lo es, porque se desarrolla al mismo tiempo que el Crysis) iba a ser desarrollado pensando en consolas. Pero no. Se quedó exclusivamente en PC. Y con los mismos malditos requerimientos del juego original (hay una leve, muy leve optimización de recursos, pero no se siente).
Pucha que se ve bonito: claro, todo se ve realmente alucinante y detallado al extremo. Siempre y cuando se tenga un PC que sea usado en centros nuclerares. O la NASA.
El juego en sí es simplemente más de lo mismo, pero con un protagonista distinto (el británico Michael "Psycho" Sykes, mejor, más divertido, más carismático e igualito a Jason Statham). Es decir, si a uno le gustó el juego original (como a mí), éste está bueno. Hay una variabilidad en el modo de juego que acentúa la acción por sobre la exploración -el Warhead además es levemente más lineal- así que hay más combates, explosiones y destrucción (se agradece), además de un par de armas nuevas, vehículos y personajes. Pero tampoco es algo para volverse loco. Sobre todo considerando lo que hay disponible para consolas en este instante.
Ahora, lo interesante será saber cuál sera la próxima propuesta de Crytek. ¿Será otro fps? ¿Será otro juego "abierto" y exploratorio? ¿Tendrá la palabra "cry" metida entre medio? ¿Pedirá requerimientos para un computador de la NASA? Muy probablemente. Por lo pronto, si me preguntan, prefiero meter el disco, apretar start y comenzar a disparar ipso facto.
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