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Flippers y Los 80s (La Serie, Claro)





Quién diga que televisión abierta chilena es pura basura, puede lavarse la boca con jabón. Porque aparte de ejemplos como El Gen Mishima, Búscate la Vida o La Ofis, el sólo hecho de tener presente en pantalla una serie como Los 80s, hace replantearse las cosas. Al menos por un rato. Al menos hasta que dure esta etapa de programas con el sello “bicentenario” o hasta que los noctámbulos no se cansen de ver parte de estas series pasada la medianoche.

Creo que esta serie, que está emitiendo actualmente Canal 13 todos los domingo a las 22 hrs. –el verdadero horario prime chileno–, es un verdadero golazo. En primer lugar, por la sorprendente reconstrucción de época, llena de gloriosos mini detalles que funcionan como flashazos que trasladan la mente hacia esos días. Desde productos de la época a la notable selección de imágenes de archivo que desfilan por teles de la época. Félix, el hijo menor de la familia Herrera, protagonista de la serie, debe tener alrededor de 10 años. Creo haber tenido la misma edad que Félix por esos días.



¿Me da una Free?: Es cierto, faltan productos emblemas como la Free o la RC Cola. O la Piña Nobis, la Fanta Sol y la Fanta Frut. De todos modos, la minuciosa reconstrucción de época de los 80s es sencillamente notable y altamente evocativa.

Pero además, la serie se atreve a llegar políticamente donde ninguna otra serie se ha atrevido. Como se ambienta en probablemente los años más oscuros de la dictadura militar, era imposible no tocar el tema. Y Los 80s lo hace con agallas. El capítulo de anoche, donde Daniel Muñoz y Daniel Alcaíno son sacados a “pasear” por un par de clásicos “sapos” de la desaparecida Central Nacional de Inteligencia –vulgares, ignorantes, abusadores– es sencillamente notable.

Eso es lo otro: el guión. La serie, como miniserie, funciona como reloj. De partida, no huele a teleserie, como suele suceder en la televisión chilena. Acá las diversas ramas de la historia se sustentan por sí mismas con igual balance y el montaje y la dirección tratan de elevar de igual manera el producto, transformándolo en algo que muy pocas veces se ha visto en nuestra pantalla. Kudos entonces para Andrés Wood, productor de la serie, a Boris Quercia, su director y a todo el equipo detrás de Los 80s. Porque la serie es de verdad un golazo.

I am the greatest!: los flippers lógicamente que están presentes en Los 80s. Y el Alí, de Stern, tiene protagonismo especial en la historia.


Pero hay más, claro. La excusa para hablar de esta serie en este pasquín: flippers. Porque los pinballs también son parte de la época. Así, vemos como uno de los hijos, Martín, va después del colegio con sus amigotes a jugar flippers a un boliche donde se encuentran maquinitas como la
Alí, la Blackout y el Eight Ball Deluxe.

Es justamente el Alí, la clásica y veloz máquina que Stern construyera en 1980, la que se roba la película. Excelente. Además que fui fan acérrimo de esa máquina en mi época escolar, allá en los flippers de La Quintrala, en la comuna de La Reina. Good times. Esos son los detalles que se celebran y que hacen que inevitablemente todos los flipperos, allá afuera, sonrían.

 

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[Reseña] Mercenaries 2: World in Flames – Burn, Baby, Burn

I yearn for a mission that’s boom, boom, and boom — Mattias Nilsson.

No creo ser el único que ha sentido un vacío después de terminar de jugar Grand Theft Auto IV. De repente vuelvo al juego, para rememorar los rincones de Liberty City y ponerme en los zapatos de Niko Belic, por lejos el mejor personaje del año. Pero no es suficiente. Tampoco me sirve de mucho escuchar las radios del juego en la radio de mi auto. Es divertido, evoca las aventuras del gran juego de Rockstar, uno se ríe con los comentarios de los DJs, pero no alcanza. Por suerte, está el Mercenaries 2.

Recuedo haber jugado la primera parte del juego, para PlayStation 2, y que me gustó. Tenía la onda co-op, así que jugarlo con amigos lo hacía doblemente interesante. Eso, además de conducir distintos vehículos y hacer volar cosas y gente por los aires. Pues bien, esta segunda parte no dista tanto de eso. Pero mejorado, claro está. Si hasta los protagonistas se repiten.

Los Magníficos: No, pero casi. Hay explosiones, persecuciones en auto, y los tipos -que en esta secuela se repiten- se prestan al mejor postor. No sería malo un juego de la vieja serie en esta onda…


Esta segunda parte ya estaba haciendo olitas hace bastante rato por su ambientación y claro, por la mala imagen que recibe Venezuela como país donde desarrolla el juego, a pesar de que el director del juego, Cameron Browne, ha sido enfático en señalar que el juego es, por dios, ficción. Porque Mercs 2 está justamente ambientado en ese país sudamericano, nación que se ha visto doblegada por guerras internas entre distintas facciones. Todo, por culpa del dichoso petróleo. ¿Suena familiar?

Hasta allá llega Mattias Nilsson, un avikingado mercenario sueco con la voz de Peter Stormare que gusta ganar dinero y hacer explotar cosas. Muchas cosas. Aprovechándose de la situación actual, Mattias se instala en el país para "ayudar" a los distintos grupos (o facciones) con distintas misiones que van desde secuestrar -o asesinar- gente a echar abajo gigantescos edificios. Para eso, cuenta con la ayuda de un grupo de rebledes (algo así como Los Magníficos) que ayudarán logísticamente al tipo en su escalada destructiva. Pero también, como siempre ocurre en estas historias, hay detrás una historia de venganza, que es el motor principal de la historia del juego.

Los estudios Pandemic -famosos por sagas como Star Wars: Battlefront y la divertida Destroy All Humans!– vuelven a hacerse cargo del juego, que si bien no funciona al 100% debido a una cantidad casi impresentable de fallas y bugs, funciona de buena gana a la hora de tener una beuna cantidad de misiones en donde matar hartos soldaditos, manejar vehículos bélicos y ver explosiones de distinto calibre.

Se me quedó prendida la estufa: acaso lo mejor del juego es la posibilidad de crear destrucciones masivas con sólo aprtar un par de botones. En ese sentido, el Mercs 2 se la juega con variadas y vistosas explosiones de distinto calibre.

Como ya es habirtual en este tipo de juegos abiertos, el título cuenta con un vasto mapa que más o menos replica las ciudades más importantes de una Venezuela decadente y derruida por los enfrentamientos y la metralla. Los gráficos están ok, pero nada para llamar a casa. En ese sentido, el GTA IV le da diez patadas. Lo que sí, el juego destaca por sus vistosas explosiones, llenas de efectos de luz y polvo.

La jugabilidad es sencilla, a pesar de los bugs antes mencionados y que ciertos desarrolladores insistan en las tácticas de apretar botones en secuencia para lograr objetivos. Hace tres años, con el God of War, fue divertido. Hoy, ya no. Además, no cuenta con modo co-op offline y eso automáticamente le otroga un punto en contra.

Quítae, quítate que ahí te voy: Mattias se apresta a robar un tanque enemigo. La secuencia es divertida. Pero no lo es el tener que apretar una latera combinación de botones para lograr el objetivo.

El Mercs 2 ha tendio una buena recepción, pero nada para volverse loco. Metacritic lo tiene con un 73%, al igual que el portal GameRankings . Donde sí el juego parece que se cayó, fue en su versión para la aún viva PlayStation 2. Como sea, el juego igual divierte. Por un rato, mientras venga el siguiente.

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[Reseña] Star Wars: The Force Unleashed (Primeras Impresiones)


Tuve la oportunidad de probar el demo del Star Wars: The Force Unleashed en un PlayStation 3 y tengo que decir que el juego fue sumamente agradable de jugar. Por todos lados, destila calidad y provoca continuamente muecas en donde se termina diciendo "cool, este juego funciona".


Desarrollado por LucasArts, básicamente, el demo -al menos en la etapa que jugué- se presenta como un hack’n slash en donde debes infiltrarte en un astillero imperial y matar a todos. Los enemigos van desde los clásicos stormtroopers a soldados rebeledes y androides varios. Principalmente, ocupas tu sable de luz para despachara los enemigos.

Pero lo mejor de todo viene justamente en la forma de "la fuerza", que se teraduce en un poder mental en donde puedes tomar objetos o personas y moverlos o lanzarlos a discreción. Muy similar a la pistola gravitacional del Half-Life 2. Los controles son fluidos y lso resultados, muy satisfactorios y dan potencial para mucho más.

Además, gráficamente el juego se ve de pelos. Desde los monos a los vastos escenarios (derribar tie fighters es una delicia), visualmente The Force se ve muy bueno. Incluso diría que en primera instancia, el juego es probablemente uno de los mejores de la saga de juegos Star Wars. Si no derechamente el mejor. ¿Alguien más lo ha probado?


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Crysis: Maximum Game


Terminé el Crysis. Y me siento un poco viudo. Porque desde el Call of Duty 4 -y dejando de lado el Grand Theft Auto IV, sin duda el juego del 2008– pocas veces un juego me había atrapado tanto. Y en el computador. Porque claro, ha pasado demasiado tiempo desde que jugué a algo en serio en un PC. Y el tema fue hablado largamente cuando el juego salió a la calle, en noviembre del 2007.

Considerando los escasos títulos que han aparecido este año en formato PC, y la tendencia que dicta que la mayoría de los gamers están apostando por consolas (por inmediatez, costos fijos, librería de títulos, etc.), personalmente creo que el Crysis podría ser el último GRAN título (exclusivo) para PC; pero además, uno de los mejores fps que he tenido el placer de disfrutar. No por nada, el juego ha logrado vender más de 3 millones de copias en todo el mundo. Eso, sin contar las miles de copias pirateadas que circulan por la red…

Es más, me queda la duda si al final del día me gusta más el CoD 4 o el Crysis. Ambos están soberbiamente hechos, seguro. Pero el Crysis posee un aire épico/cinematográfico sumamente atractivo. De hecho, la (criticada) historia a mi no me pareció tan mala ni tan simplona. No es material para Hollywood, ok, pero sí tiene todo el potencial para serlo: los primeros encuentros con las fuerzas coreanas, el misterioso encuentro extraterrestre y la batalla final sobre el portaaviones son escenarios que producen escalofríos y conducen fluidamente la historia.

Y si a eso le sumamos que el juego posee los mejores gráficos que he visto hasta ahora (no en mi computador, por cierto), la experiencia es demasiado enriquecedora y satisfactoria. El nivel de detalles, de vistas, de ambientación, todo es fenomenal y ultra minucioso. Y si están los requermientos técnicos necesraios, además de una pantallla de generosas dimensiones, el espectáculo puede llegar a ser de verdad único.

Quizás lo más fascinante del juego es el comportamiento de los enemigos. La inteligencia artificial (AI) de los monos en genral es sumamente creible y en ese sentido, la alemana Crytek hizo un trabajo de joyería. No sólo por el comportamiento enemigo antes de que seas sorprendido (conversando, saludando a superiores, meando, etc.), sino que al momento de descubrirte por cualquier tontera (la mira láser, la linterna, aparecer a campo abierto), los malos se reagrupan, se esconden, cubren, y se ponen a gritar como locos. Muy realista el comportamiento de los coreanitos.

Agáchate que vienen los indios: Nomad, con su nanosuit en armadura al máximo, trata de defenderse de un apestoso helicóptero. Si el cabro tiene el lanzacohetes, todo bien. Si no, ayayayayay…


Las armas y los vehículos creo que fueron absolutamente satisfactorios. Muy balanceados. Por un lado, conducirlos -en vistas en primera y tercera persona- fue muy agradable y útil, mientras que el arsenal y la particular customización de armas permitía dejar satisfecho al más reclamón.

Por otro lado, el personaje protagonista –Nomad– no es un modelo de caracterización, pero es atractivo, al igual que el traje, el famoso nanosuit. Curiosamente, el personaje que más atrae por personalidad es uno de los aliados d elas Fuerzas Especiales, Psycho, que justamente será el protagonista de la secuela del juego. A propósito, ahora resta esperar qué depara el famoso Crysis Warhead (extensión independiente del juego original), que saldría en un par de semanas más, y ver si lo que ha dicho Crytek sobre una trilogía basada en el universo Crysis será o no cierta. Ojalá sí lo sea.

Por lo pronto, el Crysis ya se ha ganado un sitial especial en el corazoncito de este redactor. Maximum game!

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Too Human: More Human than Human


El título, claro, hace alusión a ese clásico noventero de White Zombie. Pero hasta ahí llegan las similitudes de este juego que se demoró diez años –¡una década!– en ver la luz del día. Casi como el caso del Duke Nukem Forever. Pero más piola. Y en este caso, por lo menos, el juego finalmente sí salió.

Desarrollado por la canadiense Silicon Knights, el juego inicialmente mostrado en la feria E3 de 1999 como un proyecto de cuatro discos, exclusivo para PlayStation. Al poco tiempo, el juego cambió de manos y pasó a Nintendo. Y ahí quedó el proyecto… durmiendo. Eso, hasta el 2005, cuando la desarrolladora anunció una alianza con Microsoft para hacer un triología exclusiva para la Xbox 360.

Forward a agosto del 2008. Estamos en las oficinas de Microsoft Chile para probar finalmente el juego, que debuta esta semana en Chile y el mundo. Y el resultado es un tanto dispar. O más bien, genérico. Porque uno se imagina que si el juego se demoró 10 años en realizarse, uno supone que el tiempo invertido debiera verse reflejado en los gráficos, la jugabilidad, las cinemáticas, etc. Pero no.

Too Human es un hack’n slash futurista en tercera persona con un fuerte sabor a rpg. De lo que se puede intuir, la historia versa sobre dioses nórdicos cibernéticos (!) y Baldur, hijo de Odín y protagonista del juego. Esta gente vela por la raza humana ad portas a una invásión de máquinas sedientas de sangre. La verdad es que la historia es muchísimo más alamabicada, compleja e inentendible que esto, pero por ahí va la cosa. Creo.

God of War futurista: Nunca tanto. Sí, se actualizan distintas armas, el personaje tiene cara de pocos amigos todo el rato y es más malo que pegarle a Dios. Pero hay años luz de distancia entre uno y otro.


El resultado, como decíamos, es promedio. No sólo por la historia. Las cinemáticas que acompañan al juego no aportan demasiado (más bien confunden) y los combates son algo repetitivos. Lo iunteresnate son justameneten los detalles sacados de algún juego de rol: las clases de combatientes, la actualización y upgrade de armas y habilidades, acumulación de tesoros, etc.

Quizás lo más interesantes sean los modos de combate, en donde se mezcla ataques de armas en mano (o melée), que incluyen espadas, martillos y cuanto tontera se imagine, mezclado con pistolas, rifles, lásers y todo eso. O sea, para todos los gustos.

Así mismo, las críticas de la prensa esdpecializada también han sido dispares, aunque inclinándose más hacia lo positivo. Metacritic, hasta ahora, le da un un puntaje de 68 a las reseñas obtenidas. No está mal. Pero pudo haber sido mejor. Mucho mejor.

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TimeShift: Chanta la Moto

 

Este juego, realizado por el estudio ruso-norteamericano Saber Interactive, fue de aquellos proyectos que estuvieron en el papel por más tiempo del que uno hubiese querido. Problemas varios durante su desarrollo se encargaron de llenarlo de rumores y fechas que se iban posponiendo. Hasta que finalmente le jueguito vio la luz y, bueno, todo finalmente fue mucho ruido y pocas nueces. Pero las pocas nueces, digámoslo desde ya, no están nada de mal.

El Timeshift en un shooter de ciencia ficción en primera persona que se nutre de otros juegos que recorren la misma senda post apocalíptico-futurística, como la saga Half-Life. Pero con clima lluvioso. En este caso, la historia y la ambientación del juego, si bien están logrados –sobretodo los escenarios al aire libre– no pasan de ser finalmente lugares genéricos para ejercitar disparos y explosiones. De la misma manera, los enemigos son soldados humanos revestidos con gruesas armaduras, como ya se ha visto infinidad de veces. En ese sentido, se ha visto lo mismo, mejor hecho.

Pero la gran gracia del Timeshift es, como se nombre en inglés lo indica, la posibilidad de manipular el tiempo. Tal cual. Porque el cibernético traje del protagonista le permite al jugador ralentizar, detener o derechamente revertir el tiempo. Literalmente.

Time stands still: la posibilidad de manipular el tiempo -a veces para sadísticas diversiones- es lejos lo más interesante del juego. El resto va ok. Para fanáticos de los fps. Como un amigo que conozco.


Este truquito, matizado con excelentes efectos especiales, es lo que le da el plus de originalidad al juego, al tener la posibilidad de contar con múltiples maneras de acercarte a tus enemigos y aniquilarlos sin que se den cuenta.

Lo mejor: robarles las armas y, una vez que el tiempo se restaura, ver sus caras de asombro al constatar que “alguien” le robó sus metralletas, para luego reventarles la cara de un escopetazo en la nariz. Notable.

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Weekend RoundUp: FPS Extravaganza Edition


Estoy rodeado de fps. Y me encanta. Se ha dado la casualidad -para mi alegría- de que todos los juegos que tengo actualmente a la mano son títulos en primera persona. Y shooters. Todo, a dos bandas, yendo y viniendo entre la Xbox 360 y el PC.

Repasemos: en la consola acabo de dejar en pausa al Turning Point: Fall of Liberty, un juego que nunca cosechó mayores loas y pasó muy piola bajo el radar, pero que a mí siempre me llamó la atención el concepto del juego, así que decidí comprarlo -en oferta- durante mi pasada estadía en México.

El concepto se basa en el qué hubiera pasado sí… y el foco es que Winston Churchill, durante su visita a los EE.UU. en 1931 no hubiese podido sobrevivir a ese atropello menor que tuvo mientras cruzaba la Quinta Avenida en Nueva York. Entonces, como no hubo líder inglés, la historia tomó un curso distinto y la Alemania Nazi logró ganar y conquistar el frente europeo a tal punto de concretar una invasión de avanzada a la costa oeste norteamericana -Nueva York como blanco principal-, como si el Día D hubiese ocurrio al otro lado del Atlántico. Notable premisa, si me preguntan.

I’m a Nazi in New York!: Esa es la premisa ficción del Turning Point. Y todo comienza de maravillas. La Estatua de la Libertad cae bajo la swastika. Después, la cosa guatea.

La introducción del juego es sencillamente notable: eres un obrero de la construcción que de repente, desde la altura, ve cómo decenas de aviones alemanes y paracaidistas surcan los cielos con explosiones y caos masivo. Nadie entiende nada. Y la misión es lógicamente reponerse del shock inicial, ser parte de la resistencia y acabar con la amenaza nazi. Todo bien hasta ahí.

La lata es que, efectivamente, el juego se nota que fue hecho a la rápida, con mala producción, gráficos que se vuelven feos y genéricos, pésima animación, diálogo, etc. Es decir, un juego que es más interesante leerlo que jugarlo. Igual salva, claro, especialmente para fanáticos. Pero el juego que lo reemplazó días después está notable.

Se trata del Battlefield: Bad Company. Algo había mencionado de este esperado shooter bélico que, para mi gusto, es un upgrade de los anteriores títulos de la saga, más orientados a la jugabilidad en líena y el paso por distintas clases militares. Este es un shooter que sabe que el Call of Duty 4 está hace rato afuera. Y en ese sentido, más allá de lo rutinario de las misiones -pon una bomba, defiende el pueblo, aniquila las fuerzas enemigas- salva sobre el promedio principalmente por dos cosas: sus gráficos, sus escenarios destructibles su onda tipo Los 12 del Patíbulo o Los Héroes de Kelly (o más recientemente Tres Reyes) y, principalmente, su sentido del humor. Vamos recién en la segunda o tercera misión y la cosa entretiene bastante. Me gusta.

Granadas y lingotes: es la premisa del Bad Company, que deja un poco de lado el modo multijugador de entregas anteriores para sumergirse más en la historia y los chistes. El resultado es agradable, muy explosivo y made in Sweeden.



Pero también me gusta el Crysis. ¿No lo sabían? Ja. El punto es que esta vez es el juego original, con cajita y todo. Y sí, los estoy haciendo correr en low, con los gráficos casi básicos del juego, pero aún así es un juego notable y me atrevería a decir que tiene el dudoso honor de ser el último gran fps disponible hoy en el mrcado (más adelante veremos). La historia, el escenario gigante, la isla, los detalles, su realismo es una cosa de verdad que deja sin habla. Así tanto vale la pena jugarlo, por mucho que en mi PC se vea "desaprovechado". Da lo mismo.

Y para rematar, tengo el famoso Terrorist Takedown 2 que mencionaba hace un par de días y que no he logrado hacer correr por problemas con el disco… Hmmm…. Y el Rainbow Six: Lockdown que salió la semana pasada en la colección de Cosar. Qué alegría, hay fps para rato, señores.

Y vo’ qué mirai, carejarro: este pobre coreano es una de las víctimas de Nomad. O sea, tú. Todo esto es parte del Crysis, probablemente el mejor fps, evah!

¿Más Call of Duty? Porque hay novedades. Ya adelantábamos que la secuela al mejor y más popular fps del último tiempo iba a volver a escenarios de la Segunda Guerra Mundial. Pues bien, ahora tenemos videos, harto rostizamiento (parece ser que los lanzallamas tendrán un rol protagónico) y declaraciones de la gente de Treyarch, que está desarollando el juego, donde explican el porqué de sus decisiones y de cómo no saldrá una versión para PlayStation 2, entre otros interesantes detalles. El video, a continuación.


Y para finalizar, vean este comercial de la Asociación Anti Tabaco de Florida, EE.UU. Para que vean, cabros, la influencia pop de estos juegos.

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Ninja Gaiden II: Voy a Perder la Cabeza por tu Amor

La situación es la siguiente: estuve prácticamente todo el fin de semana jugando Ninja Gaiden II. Todo bien. El juego es apasionante, visualmente muy atractivo, entretenido, violento y todos esos comentarios que hacen disfruta un juego. Incluso, el juego ha tenido objetivamente buenos comentarios. Hasta ahi, todo bien.

El problema se poresenta a la hora de enfrentar a los bosses. Y claro, puede ser que al final de las primeras etapas no cueste tanto superarlos. Pero inevitablemente llegará un punto en donde no podrás pasar al boss de la etapa. Estamos hablando de que aún utilizando un faq o un cheat, y aún así no se puede superar.

En mi caso, ese maldito punto llegó al final de la tercera etapa del juego. Todo iba bien hasta que me tocó enfrentarme al boss de la tercera etapa, un tal Demon Train, una especie de monstruo metálico en forma de tren eléctrico, muy freak, y muy mañoso de matar. Lo intenté de varias maneras y nada, hasta ahora no he podido superarlo. Es más, me entero de que es el boss más apestoso de todo el juego, según opiniones de algunos foros.

¿Qué pasa? Pasa que simplemente llegas a un punto de frustración en donde simplemente no puydes seguir avanzando. Y tiras el control por la ventana y apagas la consola con rabia y todavía más frustración. Pasa el rato, te calmas. Quieres seguir jugando, saber qué nuevos escenarios y villanos aguradan. Pero no. Vuelves a pelear con el boss y te sigue machacando deonde mismo. Resultado: vuelves a tirar a la cresta el control y pones el Grand Theft Auto.

Voy a perder la cabeza por tu amor: los desmembramientos están a la orden del día en el Ninja Gaiden II. Y los cariuctarurescos chorros de sangre provocan alegría en el jugador. Lo que no provoca sonrisas es la a veces inaguantable dificultad del juego.


Pregunta: ¿cómo puede ser que considerando la actual arquitectura de un videojuego, éste pueda perder toda su vida útil debido a que un mono no te dejó avanzar más? O sea, ¿es ese el final del juego? No debiera ser. Si Team Ninja, desarrolladores del juego, hubiesen sido más considerados, en primer lugar quizás no deberían haber generado una curva de dificultad tan bruta; y segundo, hubisese sido lindo que existiera la posibilidad de proseguir por otro lado en caso de quedarse pegado. Como sí sucede con el Grand Theft Auto.

Ahora, no quiero que se me malinterprete: el juego es bueno. Incluso muy bueno. Pero es impresentable que a estas alturas del partido exista un valla que no te permita avanzar en el juego. Porque así, todos perdemos. Además que es un detalle tan noventrero

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Assault Heroes 2: Más Videojuegos Hechos en Chile


Gamers criollos seguramente recordarán que hace aproximadamente un año y medio atrás, debutó en Xbox Live el hasta ahora único juego made in Chile para consolas: el Assault Heroes. El título, un shooter futurista de vista zenital, fue desarrollado acá en Santiago por los chicos de Wanako Games. Y el juego fue un éxito, tanto en crítica (IGN lo consideró el juego arcade del año) como en descargas. Tan bien le fue que Sierra Online, distribuidor del título, le pidió a Wanako una secuela. Dicho y hecho.

Asi que casi 18 meses después, Wanako contraataca con el Assault Heroes 2. Disponible para descarga desde mediados de mayo a un valor de 800 puntos, el juego sigue la senda de su predecesor, es decir, un arcade shooter cooperativo sin mayores aspavientos que intensifica en vehículos, armas y explosiones lo que ya agradablemente ofrecía la primera parte. Además que, citando las reseñas del juego, se ve muchísimo mejor y con escenarios completamente destructibles (lo que a estas alturas ya parece ser un estándar).

¡Abran canchaaa!: Más y mejor, esa es la premisa de esta gran secuela que, aunque usted no lo crea, es hecha en Chile. Sí, en Chile se hacen videojuegos.


El resultado hasta ahora ha sido positivo, al igual que los comentarios. Personalmente no he podido disfrutar el juego (¿cuándo va a llegar Xbox Live a Chile de una vez?), pero sé que me va a gustar. Como el primero, que me encantó. Así que kudos a Tiburcio de la Cárcova y a los chicos de Wanako. Ahora, el desafío es que de esa cantera (o cualquier otra que esté en nuestro territorio), salga con un jueguito full para consolas. Ahí sí que va a cantar Gardel…

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Ponte en Forma: Wii Fit Ya Está en Chile


Ah, qué gusto da cuando pasan estas coas. Nintendo puede que no se la juegue mucho con sus títulos triple A (es decir, los de más alto perfil, como el Super Smash Bros. Brawl o el Mario Kart Wii), pero cuando quiere gritarle al mundo que tiene un chiche nuevo, lo hace.

El homenajeado del día del hoy fue nada menos que el Wii Fit. Ya saben, ese juego ("que más que un juego, es una experiencia", según Nintendo) en donde a través de un periférico llamado balance board (que se conecta con el Wii vía bluetooth) se pueden realizar más de 40 ejercicios distintros de acondicionamiento físico. Claro, porque el "b-board" cuantifica la masa corporal de la persona que esté encima, como una súper pesa megaenchulada. Y el resultado, a juicio inicial de este humilde redactor, es un nuevo batatazo para Nintendo.


El lanzamiento del chiche ocurrió hoy martes, al mediodía, en los salones del Museo de Artes Visuales, en la Plaza Mulato Gil. Evindentemente, estaba todo el mundo: prensa, clientes, retail, etc. Todos juntos, pero no revueltos. Un agrado. Y el lugar, óptimo para este tipo de eventos.

Un detalle dentro de la concurrencia: puedo equivocarme, pero me llamó la atención que estuvieran todos los medios grandes, entre diarios y canales de TV. Pero faltó uno: TVN. Insisto, no me consta, pero estoy casi seguro que así fue. Irónicamente, hoy en Crónicas del noticiario central 24 Horas, Consuelo Saavedra e Ivan Núñez presentaron una nota sobre el boom acrtual de los videojuegos donde, como guinda de la torta, aparecía este servidor. Ya la comentaremos

Pero a lo nuestro, el lanzamiento. Luego de los saludos iniciales, comenzó la presentación. Los fuegos los abrió Mark Wentley, Gerente de Marketing y Ventas de Nintendo para Latinoamerica. Sí, un gringo. Pero hablaba perfecto español. Y se notaba que sabía de qué estaba hablando. Mal que mal, este lanzamiento es simultáneo en prácticamente el continente.

Luego de varios gráficos que demostraron lo que ya todos básicamente sabemos (Nintendo domina el mundo), subió al estrado Rodrigo Martínez, cerebro de la marca como representante local (vía Ecogar) para hacer una demostración del Wii Fit. El público se volvió loco. Había expectación. A continuación, una muestra de lo que fue (cortesía de Fayerwayer).


Luego, todos corrieron al segundo piso del museo a probar el jueguito en la media docena de Wiis que estaban habilitadas. La gallada se sacaba los calcetines, se subía al balance board y se reía mientras todos movían la cinturas y las piernas y chillaban de alegría. Daba gusto ver a tanta gente
contenta. El suscrito, al principio reacio a probar el gadget ante tanta multitud, finalmente cedió al encanto del juego y aleteó como loco.

El dato duro: el juego -la experiencia- va a estar disponible para público el próximo 21 de mayo y tendrá un valor sugerido de $84.990 en nuestro país. El juego ya tiene varias reseñas aparecidas en medios gringos, y el resultado hasta ahora ha sido más que positivo. Era que no.

Y por cierto, el portal WiiChile tiene un acabadísimo hands-on del Wii Fit, para saber hasta el último detalle del juego sensación de esta temporada (después del GTA IV, claro).

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Reseñas·Videojuegos

Grand Theft Auto Manía (#8): Primeras Impresiones


Lo había prometido, y bueno, (casi) he cumplido. Dije que no escribiría más sobre el Grand Theft Auto IV hasta que lo tuviera en mis manos. Pues bien, ya lo tengo (yes!), en su gloriosa versión para Xbox 360, carátula con relieve y todo. Lo conseguí durante la hora de almuerzo del viernes y tuve que bancarme toda la tarde en la pega, ansiosísimo, hasta que me pude escapar a mi casa para jugarlo. Y de ahí no paré. Por un buen, buen rato. Y varias horas después, apenas puedo decir que recién estoy comenzando el juego. Vayan entonces las primeras impresiones, hoy sábado en la mañana.

Primero que nada, el juego es GTA puro, no adulterado. Tiene todo el espíritu de los capítulos anteriores y se nota que es un producto Rockstar. Y no es un salto ultra mega sofisticado, lo que se agradece (creo). Y en ese sentido, su look & feel es perfecto y balanceado para quienes querían ver algo novedoso, más brillante, más next-gen, e ideal para quienes se acerquen a la saga por primera vez. Tiene miles y miles de pequeños detalles, chistes, diálogos y elementos –en distintos niveles– que van a arrancar sonrisas durante varias partes del juego. Rockstar style, claro. ¡Si hasta Chile sale mencionado (para variar) en una de las escenas!


Pero seré quisquilloso. Partiendo de la base de que todo el juego se ve, escucha y siente como pocos y ninguno (no por nada ha tenido puntuaciones perfectas en todos lados), me detendré en tres detalles negativos que me han llamado la atención inicialmente, luego de varias horas de juego y… para variar un poco de tanta cosa positiva.

  1. La conducción: Esta es probablemente la parte más importante del juego: manejar. Y más allá de que los autos, las vistas cinemáticas y los detalles de Niko manejando son para babear, la conducción de los autos es sumamente complicada. Inestable. Los virajes son demasiado sensibles, aunque asumo que con más horas de juego la cosa será asimilada. Pero en principio, manejar es complicadísimo. Uno dobla y el auto se vuelca. Casi siempre.

  2. Subir escaleras: Claro, se puede escalar. Pero curiosamente, Rockstar eligió el modo más engorroso posible para subir una escala. Acercarse y apretar Y y Niko sube. Suena fácil, pero uno puede perder preciosos segundos hasta que finalmente el mono comienza a escalar.

  3. La cámara: Ah, la clásica queja de la saga. ¿Qué sería de un juego GTA sin problemas de cámara? Acá, increíblemente, vuelve a pasar. Entonces, existen muchas situaciones en donde no podremos ver lo que queremos, la cámara se vuelve loca, no se logra “apuntar” como se debe, etc.

Bad cops, bad cops: Acá, una instantánea de Niko escapando de los malos o los pacos pacos, cosa que pasa bien seguida en el juego. También es común que en la curva que viene, Niko se saque la cresta porque el auto se volcó.

Eso. Y aclaro: son detalles casi menores. El resto es perfecto: el soundtrack, la historia, los diálogos (insisto, unas joyas), el mismo personaje de Niko (digno de un Oscar) y especialmente, la ciudad. Es agobiante tanta “libertad”. Pero ojo, definitivamente esa sensación era muchísimo mayor con el San Andreas, cuyo territorio era todo un estado norteamericano.

Es más: en principio, la sensación inicial que me queda es que el juego se parece más al Saints Row (se viene secuela, cabros) que al San Andreas. Y no sé si eso es bueno, malo o qué. Pero detalles menores, créanme. El juego es un must, un evento que hay que conocer y un nuevo estándar a la hora de jugar videojuegos. Rockstar, alabado seas.

Ahora, si me permiten, he de volver al juego.

 

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Grand Theft Auto IV Manía (#6)


Ya no me quedan uñas con esta espera. Siguen apareciendo más comentarios y reseñas sobe el Grand Theft Auto IV. IGN ya posteó su reseña completa y ¿adivinan? le puso un redondo 10 al juego de Rockstar. Y no sólo eso: hace 10 años que IGN no le ponía un 10 a un juego (de nuevo, insisto en jugármela por calificarlo desde ya el juego de la década). ¿Cál fue ese último 10? El Legend of Zelda: Ocarina of Time. Hace una década.

Más allá de la detallada reseña escrita, el mismo sitio tiene posetado una video reseña del juego, donde se pueden aprecir varios detalles inéditos anteriormente. Y lo que se ve de verdad es sobrecogedor. Los autos, las armas, la ciudad (que dicen, es la verdadera estrella del juego), los peatones, el humor, el cameo de Karl Langerfeld como DJ (ja!), las chicas ligeras de ropa y, sobre todo, el sistema multijugador que parece es de lujo máximo. Qué festín.

A continaución, un video más "casero" del juego muestra también varios aspectos novedosos del gameplay del juego. Lástima que el tipo de la cámara sea un imbécil. Pero igual salva para saciar la sed de curiosidad que, al menos a mí, me carcome hace semanas.

Bonus track: hoy, en la sección Tendencias de Las Últimas Noticias, este humilde servidor aparece citado hablando sobre el Wii Fit y la locura que se viene en mayo.

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