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Jimmy Hopkins: El Personaje del Año


Adolescente. Pendenciero. Y con identidad sexual poco resuelta. El muchacho sólo tiene 15 años y ya se ha transformado en uno de los personajes más comentados del año. En lo que respecta a videojuegos, claro.

Jimmy Hopkins. Ese va a ser un nombre que definitivamente entrará en los libros de los grandes personajes en la historia de los videojuegos. No sólo porque el nombre suena atractivo y es fácil de recordar, sino que también porque el personaje tiene, de verdad y como pocas veces se ha visto, carácter; es decir, es un tipo con personalidad, background, mañas e incluso sentido de la ética (hasta cierto punto, claro, ya que finalmente es uno quién decide las acciones de Jimmy). El adolescente –protagonista de Bully, quizás el juego más esperado del año–, es un tipo hosco, huraño, refunfuñón, pero con corazón y hasta con cierto grado de madurez. Al menos, si se le compara con sus compañeros. Busca el beneficio personal, pero también tiene un sentido de justicia muy desarrollado. De verdad, Rockstar se ha lucido con el protagonista, logrando la gloria argumental en el panteón de los grandes personajes de videojuegos con otros nombres como Tommy Vercetti, Carl Johnson (protagonistas del Grand Theft Auto) o la misma patota de The Warriors.

La historia de Jimmy es la clásica del chico único bien con una falta grave de atención por parte de sus padres. En este caso, la culpa apunta estrictamente a su superficial madre. La mujer está más interesada en pasar una quinta luna de miel –que durará un año, junto a su nuevo novio millonario– que preocuparse de su hijo de 15 años. Entonces, qué mejor que meterlo una vez más en un internado. En este caso, la “prestigiosa” Academia Bullworth, en Nueva Inglaterra, un viejo complejo de piedra rodeado de verde y, en general, bastante pituco aunque poblado por la crema y nata de los clichés escolares norteamericanos: en Bullworth conviven de manera no armónica nerds, cuicos, cabezas de músculos, matones y tipos pegados en la onda “grease”, con chaqueta de cuero y todo.

Y ese es el gran problema: Jimmy Hopkins no es ninguno de los anteriores.

Hopkins busca sobrevivir. Es un sin duda un tipo con carácter, y sabe perfectamente que para poder sobrevivir en un lugar como Bulworth es necesario romper algunas reglas. Incluso, enamorar a chicas. Y a chicos. Sí, varones. Sucede que Rockstar Studios, creadores del juego y polemistas de corazón –recordemos el torbellino que fue la escena de sexo escondida en el Grand Theft Auto: San Andreas– han decido que Jimmy no tenga reparos a la hora de intimar con sus compañeros en Bullworth, independiente del sexo.

En consecuencia, más complejidad de personalidad, más polémica y claro, más bombo para los chicos de Rockstar que una vez más le pegan el palo al gato.

¿Más info? CLaro, cómo no: 1Up tuvo una entrevista con Jeronimo Barrera, productor de Rockstar, a propósito del juego. Aca, entonces, las impresiones de uno de sus creadores.

Otros Candidatos:

  • Marcus Phoenix – Gears of War

El badass por antonomasia, este ex convicto defensor de la humanidad debe ser el tipo más duro y caradura del último tiempo. Una mezcla entre Duke Nuk’em, un Tommy Lee Jones recargado y el marine del Doom, Phoenix parece ser el tipo ideal para patear en el culo no sólo a los monstruos del Gears of War, sino a quien sea.

  • Cryptosporidium 139 – Destroy All Humans! 2

El tacuaco y mañoso alienígena con voz de Jack Nicholson regresa (su clon, más bien) con más mal genio que nunca y en plena dédaca de los 60s. Como es de esperar, los hippies son su mayor blanco y en plena década del amor libre, Crypto esta vez tiene –gasp– genitales! Totalmente desopilante.

  • Tony Montana – Scarface: The World Is Yours

Pocas veces el mundo de los videojuegos ha conocido un personaje más políticamente incorrecto y extremo que el mismísimo Tony Montana. Garabateando más que vieja de feria, y despachándose antológicas escenas de violencia, el personaje será difícil de olvidar. (Saludos a Tommy Verchetti).

  • Rico Rodríguez – Just Cause

Según palabras de uno de creadores: “Rico Rodríguez es la encarnación de James Bond, Mad Max, El Mariachi, Wolverine, Rambo, Jack Bauer, Han Solo y Vincent Vega, todo, con un toque de Enrique Iglesias”. Y no deja de tener razón, aunque le falte la guitarra.

  • Gene – God Hand

El personaje más freak, en el juego más freak del año (lejos). Gene es un tipo que debe luchar contra unos tipos sacados de Dragon Ball Z, pero todo ambientado en un western. ¿La mano de Dios? Sí claro: permite que Gene le saque la cresta a cuanto pato malo se le cruce en este far west bizarro.

  • Frank West – Dead Rising

Ser fotógrafo no es una profesión muy común en el mundo de los videojuegos. Pero existe. Y si la “pega” es estar encerrado en un moderno mall repleto de hambrientos zombies, entonces la cosa se justifica un poco más. En realidad, no pero da lo mismo. De todos modos, gran –y divertido– personaje. Punto extra por la cantidad de armas que al bueno de Frank se le ocurre utilizar.


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Reseñas·Videojuegos

Just Cause: Derribando Dictaduras

Reconozco que este juego hacía mucho tiempo que le tenía puesto el ojo. Y me moría de ganas de probarlo, principalmente por un detalle en particular. Es más, incluso un récord: ser el juego de video más “grande” en extensión virtual jamás creado. Es decir, el juego –que funciona como una variación de la saga Grand Theft Auto– posee un terreno “real” para que el jugador pueda recorrer. Pero antes de eso, revisemos la historia de Just Cause.

Adoptas el rol de Rico Rodríguez, un agente secreto de la CIA que engloba las personalidades de “James Bond, Mad Max, El Mariachi, Wolverine, Rambo, Jack Bauer, Han Solo y Vincent Vega, con un toque de Enrique Iglesias”, según palabras de Odd Ahlgren, uno de su creadores. ¿Su misión? Derrocar la dictadura del General Salvador Mendoza, en la ficcional isla tropical de San Esperito. De hecho, el nombre no sólo es un juego de palabras (“causa justa”), sino que además es una directa alusión a la operación norteamericana en panamá realizada a fines de los 80s con el fin de derrocar a Manuel Noriega.

Así, el jugador debe infiltrarse entre los rebeldes, asesinar agentes del gobierno, realizar atentados y asociarse con carteles de droga, entre otras misiones paralelas. Todo, con el clásico display de armas, vehículos y gadgets necesarios para completar los objetivos, además de un par de trucos que le dan más carácter a su protagonista.

Pero más allá del cautivante escenario tropical y de las reiterativas y poco creativas misiones, lo que realmente sorprende del juego es lo inabarcable de su terreno. Literalmente, el juego cuenta exactamente con 1.024 km2 de superficie para recorrer, además de la costa de la isla. Un gran detalle en esto es que al cruzar la isla nunca se verá una pantalla de carga. Punto para Just Cause.

El problema en todo esto es que la inmensa extensión del terreno no sólo hace que los viajes (y repetirlos, si te matan) sean un tanto lateros. Además, muchas veces las misiones son demasiado genéricas y extremadamente difíciles, por lo que el nivel de frustración a veces puede subir rápidamente.


Volaréeee, oooooh: el infatigable Rico Rodríguez en su misión número 12.368.


Aún así, el juego se sostiene por sus propios méritos. Pero hasta cieto punto. Y ojo, que la versiones para PC y Xbox 360 son muchísimo mejores –visualmente hablando– que para el resto de las plataformas.

 

Metacritic le otorgó un 68 a su versión para PS2, mientras que a la versión para Xbox 360, un 74. Y por si acaso, el link al sitio oficial del juego está acá.

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Scarface: The World is Yours, Cabrón

“Sey hellooo to ma littel frend!!!”—Tony Montana en Scarface.

Lo mejor del juego es su premisa: ¿qué hubiese pasado si al final de la película de Brian de Palma, Tony hubiese adivinado que alguien venía por atrás para volarlo en mil pedazos y la cosa hubiese sido alm revés? Pues así es como comienza el juego: mata s a todos los hombres de Soza, escapas de la mansión y comienzas de cero. La idea, claro, es retomar el control de tu imperio y de la ciudad de Miami. Tal como en el GTA: Vice City.

Entonces, la idea es renacer. Para esto, Tony deberá realizar una serie de misiones que van desde perseguir tipos, amenazarlos a golpes, aniquilar bandas rivales, transar cocaína y hasta conseguir chicas. Todo esto, por dos motivos básicos: amasar dinero (que finalmente es el gran objetivo del juego) y aumentar tu reputación. Tal como en, em, el GTA: Vice City. La diferencia es que acá cuentas con un medidor de bolas (sí, de testículos) que al momento de ser llenado, desata el modo “rage” que no sólo transforma el juego en primera persona y te hace invulnerable por algunos segundos; además, regenera tu salud por cada tipo que matas. Gran detalle que hace que el juego cobre un interés extra.

Para realizar las misiones encomendadas, el juego provee un generoso arsenal de armas y vehículos: autos y lanchas –de todo tipo, tamaño y velocidades– al clásico arsenal que va desde armas cuerpo a cuerpo (la motosierra es obviamente la más divertida de todas) a potentes carabinas de asalto como la que uso Tony para defenderse de los matones de Soza al final de la película.

Los gráficos del juegos son totalmente estándar para un juego de este tipo. Y si fuera un poco más crítico, diría que el GTA: San Andreas tiene gráficos mucho mejores. Sí hay que reconocer que el modelo de Al Pacino está muy bueno y se parece bastante al original. El resto de los habitantes de Miami es totalmente genérico y repetitivo (los policías, los dealers, los pandilleros, las chicas, etc.). Los diálogos están ok, aunque con un impresionante léxico de garabatos que harían sonrojar al mismísimo Daniel Viclhes y sus Académicos de la Lengua, especialmente cuando uno aplica el modo “rage”, donde Montana se manda una perorata de aquellas.

Who’s your daddy cool, cabrón: Tony despacha una banda rival, pero siempre con estilo (latino, claro).


El otro detalle interesante son las voces. La de Montana no está doblada por Al Pacino, pero sí por un actor (un tal André Sogliuzzo) que fue personalmente escogido por él. Y lo hace bien. Se acerca bastante al acento, a los modos y al estilo de Pacino en el original. Como trivia, Robert Loggia (Frank López en la película) y Steven Bauer (Many en la película, brazo derecho y mejor amigo de Tony, además de estar obsesionado con su hermana Gina) aparecen con breves cameos vocales interpretando a personajes en el juego. Cool.

Por su parte, la banda de sonido es un agrado. Muy en la onda de revival de las estaciones de radio del GTA: Vice City, el soundtrack de Scarface está lleno de hits (y one-hit-wonders) ochenteros, desde Billy Ocean e Iggy Pop a desconocidas joyitas como los new-wavers Wire Train. Pero también hay hip-hop old skool, música cubana, neo-heavy metal, hardcore (¡está Suicidal Tendencies!) y hasta reggaeton. Todo, armado como compilaciones en casete (buen detalle).

Metacritic le otorgó una nota promedio de 75 al juego y si aún no lo has probado, puedes visitar la página oficial del juego acá.

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Coming Soon at Your Xbox 360

El otro día, Microsoft tuvo la gentileza de invitarme a jugar algunos de sus nuevos títulos para la Xbox 360 en una gloriosa tele de plasma de 42". Ok, eran sólo demos, pero para estar jugando toda una tarde, estuvo bien. Son previews y valen. Acá, los comentarios preliminares:


Lost Planet (Capcom / Capcom)


Interesante shooter en tercera persona que recuerda la jugabilidad del Rogue Trooper, en donde el protagonista se transforma en un súper soldado que en un atmosférico paraje helado debe lidiar contra a) unos bichos estilo Starship Troopers y b) otros soldados enemigos. Hay elementos destructibles dentro del entorno (de donde sacas energía) y está el clásico arsenal de armas de distinto calibre. Nada del otro mundo.

Saints Row (Voilition / THQ)


Una copia descarada al modelo del Grand Theft Auto. Es difícil poder apreciar este juego por sus propios méritos, porque de verdad la imitación es burdísima. Ok, hay ciertos elementos gráficos (recordemos que esto es la 360) que hacen que el juego en general luzca más atractivo, pero eso es sólo maquillaje. Una patudez del porte de un buque, aunque igual cautiva. Sólo para fanáticos del free roam o para saciar la sed en espera del Grand Theft Auto IV.

Ninety Nine Nights (Q Entertainment / Microsoft)


Épico e intenso. Así es este juego, con una estética medieval ajaponesada, en donde las batallas implican luchar con cientos de enemigos blandiendo una enorme espada que, gracias a varios combos y técnicas, puede dejar la crema. La lata es que a veces, cuando te matan, debes repetir las batallas que a veces son medio lateras y hasta repetitivas. Mucha apretada de botón, que agota un tanto. De todos modos, un buen título con harto potencial.

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